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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
12 NOVIEMBRE 2000








Reportaje: aduana

“La corrupción está extendida”

Por Roberto Navarro

Hace dos años Eduardo Casullo elaboró desde la Unión Industrial uno de los informes más duros sobre el funcionamiento de la Dirección General de Aduana. Hace tres meses su amigo José Luis Machinea lo puso al frente del organismo. Con 33 años de actividad en el sector privado, los últimos en Techint, reconoce que no es un especialista del sector público, pero asegura que es capaz de dotar de un nivel de excelencia a la Aduana. Entrevistado por Cash, exageró con que “no va a permitir que en el país se pierda un solo puesto de trabajo más por culpa del contrabando y la subfacturación”. Durante distintos tramos de la charla habló de ineficiencia, de presupuesto escaso y de falta de personal especializado. En todas las respuestas, directa o indirectamente, manifestó que encontró focos de corrupción en todos los sectores del organismo.
¿Por qué no funciona la Aduana? ¿Por ineficiencia, por corrupción o porque su inoperancia es funcional al plan económico de apertura?
–Lo voy a poner en sentido positivo. Las falencias de la Aduana son tan obvias que hasta yo me doy cuenta.
Entonces, ¿corrupción o ideología?
–No creo que pase por lo ideológico. Los negocios que se hicieron con la Aduana son enormes, tanto que cortarlos puede resultar peligroso. A mí me dijeron que tenía que tener cuidado con quién me metía porque me podían matar. Pero yo soy un tipo religioso, tengo una visión particular de la vida y una actitud coherente. No soy un Superman, pero cumplo con mis compromisos. En el país llegamos a un límite. Ahora sabemos que no podemos perder más puestos de trabajo. Hay que cambiar la Aduana ya mismo. Yo no me puedo permitir que se pierda un solo puesto laboral más por culpa del organismo que conduzco.
¿Tiene respaldo político para realizar ese cambio?
–Estoy sorprendido de la cantidad de veces que me llama el presidente Fernando de la Rúa para preguntarme cómo andan las cosas. Eso me convence de que la reorganización de la Aduana es una política de Estado. Este gobierno formó un comité de lucha contra el contrabando del que yo formo parte, en el que están los jueces de frontera, los fiscales, las fuerzas de seguridad y el Poder Ejecutivo; todos discutiendo cómo terminar con el contrabando. Y lo positivo es que yo ahora conozco a todos los actores: llamo a los jueces; ellos me llaman a mí. Y esto es muy importante. Durante mucho tiempo hubo una inadecuada relación entre, por ejemplo, las fuerzas de seguridad y los magistrados, que fue aprovechada por los delincuentes. Hubo filtraciones que alertaron sobre procedimientos que habían sido el fruto del trabajo de años.
¿La Aduana sigue siendo un colador, como usted mismo la calificó?
–Yo me pongo un plazo de tres años para lograr un nivel de excelencia, para conseguir la certificación ISO 9000, para formar un buen grupo profesional y tener una aduana absolutamente transparente. Pero en el corto plazo estoy terminando con ciertas situaciones escandalosas.
En la base de datos de la Aduana siguen apareciendo subfacturaciones ridículas, como bicicletas a un peso o destornilladores a un centavo.
–Sé que todavía sigue pasando, estamos trabajando. Tengo un equipo de 100 técnicos que están desarrollando el Módulo de Seguimiento de Valor, un proyecto que estaba insólitamente retrasado. Por otra parte, aunque no puedo usar el concepto de precio de transferencia, porque la Organización Mundial de Comercio lo prohíbe, me voy a encargar de que la Aduana sepa cuánto se pagan los mismos productos en otros países.
¿Quiénes son los socios de la corrupción en la Aduana?
–El primero es el importador que ingresa las mercaderías evadiendo una parte del impuesto o directamente todo, porque la trae de contrabando. Pero, es cierto, tiene socios. Los despachantes, por ejemplo, dicen que a ellos no les interesa el precio al que entran los productos. Pero cuando yo analizo sus conductas encuentro que las subfacturaciones ingresan siempre con los mismos despachantes.
¿Y el inspector de Aduana que debe verificar la relación mercadería y precio?
–Por supuesto que sin la complicidad del personal directo de control no se podría organizar. Pero no es sólo el que está controlando. La corrupción está extendida. En muchos casos, se detecta una subfacturación y hay gente adentro que la revaloriza mal. Si una bicicleta entra a 1 peso y la ajustan a 2 pesos, se está entregando un certificado de legalidad para delinquir. Esto, que yo ya sabía, lo comprobé personalmente el sábado pasado en Mendoza.
¿Despidió gente?
–No, de ninguna manera.
¿Y qué pasó con los que estaban involucrados en hechos de corrupción?
–Se les instruye un sumario y se los separa de las funciones operativas hasta que el sumario concluya. Es toda una novedad en la Aduana, pero es un tema que por ahora prefiero no tocar.
¿Es cierto que se gastaron 200 millones de dólares en contratar empresas de control de preembarque, para verificar en origen, y no cumplieron su función?
–Es muy llamativa la diferencia entre la performance que tuvieron algunas empresas y otras. Salvo alguna excepción, el rendimiento de estos controladores fue bajísimo. Pasaban las subfacturaciones como si no estuvieran. Además, cuando se planificó, se dijo que lo iba a pagar el importador. Al final, terminó pagándolo el Estado y no sirvió.
¿Una persona formada en el sector privado puede manejar un organismo estatal con semejante nivel de corrupción?
–Yo he participado de procesos de transformación muy grandes, de organizaciones de más de 20 mil personas y empresas de más de 5 mil empleados. La Aduana tiene 4400. Es una ley general que en grandes grupos humanos hay tres tipos de individuos: los que son notoriamente corruptos y su comportamiento refleja sobre los demás e incide en la imagen institucional; luego una minoría de incorruptibles y los que observamos el partido de la tribuna y vamos para donde va el ganador. Esto se arregla trabajando para ganar la partida y llevar a la mayoría para el lado bueno. Y se puede hacer. Si se logra mejorar la eficiencia, los mismos sistemas de control van a ir desalentando la corrupción.

Plan anticolador

- Control Computarizado de tránsito: Se controlará el tiempo que tardan los camiones entre dos puestos aduaneros para impedir desvíos de mercaderías.

- Nuevo sistema de precintado: Se utilizarán métodos probados internacionalmente para precintar los contenedores.

- Escaneo de cargas en aeropuertos: Se controlarán mediante rayos X el contenido de equipajes y contenedores.

- Funcionamiento pleno del Módulo de Seguimiento de Valor: Así se detectarán subfacturaciones y sobrefacturaciones.

- Verificación tecnológica de cargas: Se utilizarán pórticos electrónicos y equipos móviles de inspección para controlar el interior de los camiones.

- Instalación de túneles de control en el puerto de Buenos Aires.

- Se instalarán sistemas de video portuarios y controles de salida.

- Extensión a juzgados, fiscalías, cámaras y fuerzas de seguridad del sistema informático María y capacitación para su uso.

- Revisión permanente de métodos de selectividad: Se cambia el criterio por el que algunas mercaderías ingresaban siempre por el canal verde. Ahora será un proceso dinámico que no permitirá saber con anterioridad el canal seleccionado.

“Se descuidó el capital humano”

Hay tributaristas que afirman que el personal de Aduana no tiene suficiente capacitación.
–Se dejó ir a personal imprescindible. El retiro voluntario fue un error que yo no hubiese cometido. Se descuidó totalmente el capital humano. Incluso fue un perjuicio financiero para el Estado, porque salió muy caro. Fue un acto indiscriminado, que dejó en desventaja al organismo con el sector privado.
¿Qué va a hacer?
–Primero debo aclarar que no se fueron todos los buenos. Quedaron excelentes profesionales. En muchos casos están desaprovechados, porque, increíblemente, han ubicado a los más preparados en puestos que no son los decisivos. Yo los quiero en los lugares en los que se juega el partido. Donde se hacen las verificaciones y las contraverificaciones. El mal uso del personal fue uno de raros errores que se cometieron.
¿Qué otros errores encontró?
–Lo único que se hizo bien fue mantener el sistema María, que es muy bueno. Pero sin información no sirve. La Aduana estaba preparada para no controlar. La esencia del control es contrastar lo que se informa con la realidad y no están los elementos para hacerlo. En el organismo hoy convive el platillo de comunicación satelital con la zona primaria aduanera sin alambrada y puestos fronterizos en los que se mojan las computadoras porque llueve adentro. No se están pesando los camiones porque no andan un montón de balanzas. No digo cuáles son para no avivar a “los muchachos”. Las zonas francas no cumplen con los compromisos que marca la ley. Estoy verificando que los depósitos fiscales tampoco cumplen las normas. Y lo principal es que hay una maraña burocrática que no resuelve ningún problema.
¿Qué más no funciona además de las balanzas?
–Si lo digo avivo delincuentes. En general lo que no anda es la capacidad y la vocación por discernir. Acá se trata a todo el mundo igual, sabiendo que no son todos iguales. Si la Aduana se ocupa de controlar a los que sabe que están operando fuera de la ley puede cumplir su función.

Para la foto

Casullo no quiere que se piense que los resultados de su política sólo se podrán verificar luego de varios años. Por eso armó en su oficina una mesa repleta de productos capturados en procedimientos realizados durante su corta gestión. Durante la entrevista, y antes de que le pregunten, el funcionario tomó varios de esos productos para mostrárselos al cronista y “sin querer” posó para la foto. “Seamos serios”, advirtió, mientras seguía mostrando sus primeros éxitos al fotógrafo. Entre ellos, un pequeño vestido, una zapatilla y dos atados de cigarrillos.
¿De dónde vienen esos cigarrillos?
–Es increíble, pero son chinos. Compare los dos atados y dígame en qué se diferencian. Un funcionario de la aduana norteamericana estuvo en ese mismo sillón comparándolos y no encontró diferencias. Nosotros nos dimos cuenta y los incautamos. El producto nacional tiene una cinta dorada que no trae el producto chino. En lo que va del año Aduana secuestró 345 mil cartones de cigarrillos de contrabando.
¿La zapatilla y el vestido también son chinos?
–Sí, los encontramos verificando contenedores. Los dos dicen Made in Mercosur y son chinos. Así entran sin arancel, como si fueran mercaderías de algunos de los países del acuerdo regional. Y lo peor es que son productos cuya producción requiere de mano de obra intensiva. Los que traen estas cosas están destruyendo miles de puestos de trabajo argentinos. Pero ya empezamos a cerrarles el cerco. Es bueno que se enteren de que estamos controlando.

Compras “raras”

¿Quiénes son los grandes compradores de mercaderías que las ingresan de contrabando o subfacturadas?
–Alrededor de la corrupción en Aduana se crearon verdaderos centros de consumo: ferias, shoppings truchos, grupos de venta ambulante y otros. Estamos haciendo ajustes muy fuertes en estos días que van a frenar este proceso.
Usted habla de negocios informales, ¿pero qué pasa con las grandes cadenas comerciales?
–El proceso de concentración comercial, aunque legítimo y bien recibido por la mayoría de la población, no es ajeno a esas prácticas. Cuando aparece un oferente en el mercado con un precio increíblemente competitivo, las cadenas saben que algo raro hay, pero compran igual. Yo no les creo que no se den cuenta de que están comprando mercadería ilegal. Además muchos importan directamente. Pero estamos trabajando en eso y los resultados no van a tardar en conocerse.
Hoy sigue habiendo bicicletas en los supermercados a precios ridículos.
–Es cierto, hay cadenas de supermercados de Capital Federal que están ingresando artículos por puestos aduaneros alejados de sus centros de distribución a precios que no me cierran. Muchos dicen: yo los compro y no me importa de dónde vienen. Pero deberían saber que es ilegal y que, además, están contribuyendo a la destrucción de puestos de trabajo nacionales. Y sin trabajo no hay mercado.