Reportaje:
aduana
La
corrupción está extendida
Por
Roberto Navarro
Hace
dos años Eduardo Casullo elaboró desde la Unión
Industrial uno de los informes más duros sobre el funcionamiento
de la Dirección General de Aduana. Hace tres meses su amigo
José Luis Machinea lo puso al frente del organismo. Con 33
años de actividad en el sector privado, los últimos
en Techint, reconoce que no es un especialista del sector público,
pero asegura que es capaz de dotar de un nivel de excelencia a la
Aduana. Entrevistado por Cash, exageró con que no va
a permitir que en el país se pierda un solo puesto de trabajo
más por culpa del contrabando y la subfacturación.
Durante distintos tramos de la charla habló de ineficiencia,
de presupuesto escaso y de falta de personal especializado. En todas
las respuestas, directa o indirectamente, manifestó que encontró
focos de corrupción en todos los sectores del organismo.
¿Por qué no funciona la Aduana? ¿Por ineficiencia,
por corrupción o porque su inoperancia es funcional al plan
económico de apertura?
Lo voy a poner en sentido positivo. Las falencias de
la Aduana son tan obvias que hasta yo me doy cuenta.
Entonces, ¿corrupción o ideología?
No creo que pase por lo ideológico. Los negocios
que se hicieron con la Aduana son enormes, tanto que cortarlos puede
resultar peligroso. A mí me dijeron que tenía que
tener cuidado con quién me metía porque me podían
matar. Pero yo soy un tipo religioso, tengo una visión particular
de la vida y una actitud coherente. No soy un Superman, pero cumplo
con mis compromisos. En el país llegamos a un límite.
Ahora sabemos que no podemos perder más puestos de trabajo.
Hay que cambiar la Aduana ya mismo. Yo no me puedo permitir que
se pierda un solo puesto laboral más por culpa del organismo
que conduzco.
¿Tiene respaldo político para realizar ese cambio?
Estoy sorprendido de la cantidad de veces que me llama
el presidente Fernando de la Rúa para preguntarme cómo
andan las cosas. Eso me convence de que la reorganización
de la Aduana es una política de Estado. Este gobierno formó
un comité de lucha contra el contrabando del que yo formo
parte, en el que están los jueces de frontera, los fiscales,
las fuerzas de seguridad y el Poder Ejecutivo; todos discutiendo
cómo terminar con el contrabando. Y lo positivo es que yo
ahora conozco a todos los actores: llamo a los jueces; ellos me
llaman a mí. Y esto es muy importante. Durante mucho tiempo
hubo una inadecuada relación entre, por ejemplo, las fuerzas
de seguridad y los magistrados, que fue aprovechada por los delincuentes.
Hubo filtraciones que alertaron sobre procedimientos que habían
sido el fruto del trabajo de años.
¿La Aduana sigue siendo un colador, como usted mismo la
calificó?
Yo me pongo un plazo de tres años para lograr
un nivel de excelencia, para conseguir la certificación ISO
9000, para formar un buen grupo profesional y tener una aduana absolutamente
transparente. Pero en el corto plazo estoy terminando con ciertas
situaciones escandalosas.
En la base de datos de la Aduana siguen apareciendo subfacturaciones
ridículas, como bicicletas a un peso o destornilladores a
un centavo.
Sé que todavía sigue pasando, estamos trabajando.
Tengo un equipo de 100 técnicos que están desarrollando
el Módulo de Seguimiento de Valor, un proyecto que estaba
insólitamente retrasado. Por otra parte, aunque no puedo
usar el concepto de precio de transferencia, porque la Organización
Mundial de Comercio lo prohíbe, me voy a encargar de que
la Aduana sepa cuánto se pagan los mismos productos en otros
países.
¿Quiénes son los socios de la corrupción
en la Aduana?
El primero es el importador que ingresa las mercaderías
evadiendo una parte del impuesto o directamente todo, porque la
trae de contrabando. Pero, es cierto, tiene socios. Los despachantes,
por ejemplo, dicen que a ellos no les interesa el precio al que
entran los productos. Pero cuando yo analizo sus conductas encuentro
que las subfacturaciones ingresan siempre con los mismos despachantes.
¿Y el inspector de Aduana que debe verificar la relación
mercadería y precio?
Por supuesto que sin la complicidad del personal directo
de control no se podría organizar. Pero no es sólo
el que está controlando. La corrupción está
extendida. En muchos casos, se detecta una subfacturación
y hay gente adentro que la revaloriza mal. Si una bicicleta entra
a 1 peso y la ajustan a 2 pesos, se está entregando un certificado
de legalidad para delinquir. Esto, que yo ya sabía, lo comprobé
personalmente el sábado pasado en Mendoza.
¿Despidió gente?
No, de ninguna manera.
¿Y qué pasó con los que estaban involucrados
en hechos de corrupción?
Se les instruye un sumario y se los separa de las funciones
operativas hasta que el sumario concluya. Es toda una novedad en
la Aduana, pero es un tema que por ahora prefiero no tocar.
¿Es cierto que se gastaron 200 millones de dólares
en contratar empresas de control de preembarque, para verificar
en origen, y no cumplieron su función?
Es muy llamativa la diferencia entre la performance que
tuvieron algunas empresas y otras. Salvo alguna excepción,
el rendimiento de estos controladores fue bajísimo. Pasaban
las subfacturaciones como si no estuvieran. Además, cuando
se planificó, se dijo que lo iba a pagar el importador. Al
final, terminó pagándolo el Estado y no sirvió.
¿Una persona formada en el sector privado puede manejar
un organismo estatal con semejante nivel de corrupción?
Yo he participado de procesos de transformación
muy grandes, de organizaciones de más de 20 mil personas
y empresas de más de 5 mil empleados. La Aduana tiene 4400.
Es una ley general que en grandes grupos humanos hay tres tipos
de individuos: los que son notoriamente corruptos y su comportamiento
refleja sobre los demás e incide en la imagen institucional;
luego una minoría de incorruptibles y los que observamos
el partido de la tribuna y vamos para donde va el ganador. Esto
se arregla trabajando para ganar la partida y llevar a la mayoría
para el lado bueno. Y se puede hacer. Si se logra mejorar la eficiencia,
los mismos sistemas de control van a ir desalentando la corrupción.
Plan
anticolador
-
Control Computarizado de tránsito: Se controlará
el tiempo que tardan los camiones entre dos puestos aduaneros
para impedir desvíos de mercaderías.
-
Nuevo sistema de precintado: Se utilizarán métodos
probados internacionalmente para precintar los contenedores.
-
Escaneo de cargas en aeropuertos: Se controlarán mediante
rayos X el contenido de equipajes y contenedores.
-
Funcionamiento pleno del Módulo de Seguimiento de Valor:
Así se detectarán subfacturaciones y sobrefacturaciones.
-
Verificación tecnológica de cargas: Se utilizarán
pórticos electrónicos y equipos móviles
de inspección para controlar el interior de los camiones.
-
Instalación de túneles de control en el puerto
de Buenos Aires.
-
Se instalarán sistemas de video portuarios y controles
de salida.
-
Extensión a juzgados, fiscalías, cámaras
y fuerzas de seguridad del sistema informático María
y capacitación para su uso.
-
Revisión permanente de métodos de selectividad:
Se cambia el criterio por el que algunas mercaderías
ingresaban siempre por el canal verde. Ahora será un
proceso dinámico que no permitirá saber con
anterioridad el canal seleccionado.
Se
descuidó el capital humano
Hay
tributaristas que afirman que el personal de Aduana no tiene
suficiente capacitación.
Se dejó ir a personal imprescindible. El
retiro voluntario fue un error que yo no hubiese cometido.
Se descuidó totalmente el capital humano. Incluso fue
un perjuicio financiero para el Estado, porque salió
muy caro. Fue un acto indiscriminado, que dejó en desventaja
al organismo con el sector privado.
¿Qué va a hacer?
Primero debo aclarar que no se fueron todos los
buenos. Quedaron excelentes profesionales. En muchos casos
están desaprovechados, porque, increíblemente,
han ubicado a los más preparados en puestos que no
son los decisivos. Yo los quiero en los lugares en los que
se juega el partido. Donde se hacen las verificaciones y las
contraverificaciones. El mal uso del personal fue uno de raros
errores que se cometieron.
¿Qué otros errores encontró?
Lo único que se hizo bien fue mantener el
sistema María, que es muy bueno. Pero sin información
no sirve. La Aduana estaba preparada para no controlar. La
esencia del control es contrastar lo que se informa con la
realidad y no están los elementos para hacerlo. En
el organismo hoy convive el platillo de comunicación
satelital con la zona primaria aduanera sin alambrada y puestos
fronterizos en los que se mojan las computadoras porque llueve
adentro. No se están pesando los camiones porque no
andan un montón de balanzas. No digo cuáles
son para no avivar a los muchachos. Las zonas
francas no cumplen con los compromisos que marca la ley. Estoy
verificando que los depósitos fiscales tampoco cumplen
las normas. Y lo principal es que hay una maraña burocrática
que no resuelve ningún problema.
¿Qué más no funciona además
de las balanzas?
Si lo digo avivo delincuentes. En general lo que
no anda es la capacidad y la vocación por discernir.
Acá se trata a todo el mundo igual, sabiendo que no
son todos iguales. Si la Aduana se ocupa de controlar a los
que sabe que están operando fuera de la ley puede cumplir
su función.
Para
la foto
Casullo
no quiere que se piense que los resultados de su política
sólo se podrán verificar luego de varios años.
Por eso armó en su oficina una mesa repleta de productos
capturados en procedimientos realizados durante su corta gestión.
Durante la entrevista, y antes de que le pregunten, el funcionario
tomó varios de esos productos para mostrárselos
al cronista y sin querer posó para la foto.
Seamos serios, advirtió, mientras seguía
mostrando sus primeros éxitos al fotógrafo.
Entre ellos, un pequeño vestido, una zapatilla y dos
atados de cigarrillos.
¿De dónde vienen esos cigarrillos?
Es increíble, pero son chinos. Compare los
dos atados y dígame en qué se diferencian. Un
funcionario de la aduana norteamericana estuvo en ese mismo
sillón comparándolos y no encontró diferencias.
Nosotros nos dimos cuenta y los incautamos. El producto nacional
tiene una cinta dorada que no trae el producto chino. En lo
que va del año Aduana secuestró 345 mil cartones
de cigarrillos de contrabando.
¿La zapatilla y el vestido también son chinos?
Sí, los encontramos verificando contenedores.
Los dos dicen Made in Mercosur y son chinos. Así entran
sin arancel, como si fueran mercaderías de algunos
de los países del acuerdo regional. Y lo peor es que
son productos cuya producción requiere de mano de obra
intensiva. Los que traen estas cosas están destruyendo
miles de puestos de trabajo argentinos. Pero ya empezamos
a cerrarles el cerco. Es bueno que se enteren de que estamos
controlando.
Compras
raras
¿Quiénes
son los grandes compradores de mercaderías que las
ingresan de contrabando o subfacturadas?
Alrededor de la corrupción en Aduana se
crearon verdaderos centros de consumo: ferias, shoppings truchos,
grupos de venta ambulante y otros. Estamos haciendo ajustes
muy fuertes en estos días que van a frenar este proceso.
Usted habla de negocios informales, ¿pero qué
pasa con las grandes cadenas comerciales?
El proceso de concentración comercial, aunque
legítimo y bien recibido por la mayoría de la
población, no es ajeno a esas prácticas. Cuando
aparece un oferente en el mercado con un precio increíblemente
competitivo, las cadenas saben que algo raro hay, pero compran
igual. Yo no les creo que no se den cuenta de que están
comprando mercadería ilegal. Además muchos importan
directamente. Pero estamos trabajando en eso y los resultados
no van a tardar en conocerse.
Hoy sigue habiendo bicicletas en los supermercados a precios
ridículos.
Es cierto, hay cadenas de supermercados de Capital
Federal que están ingresando artículos por puestos
aduaneros alejados de sus centros de distribución a
precios que no me cierran. Muchos dicen: yo los compro y no
me importa de dónde vienen. Pero deberían saber
que es ilegal y que, además, están contribuyendo
a la destrucción de puestos de trabajo nacionales.
Y sin trabajo no hay mercado.
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