|
Página/12
en Estados Unidos
Por Gabriel A. Uriarte
Enviado especial a Washington D.C.
1 ¿Cuál es el objetivo de la represalia norteamericana?
No es matar a Osama bin Laden. El secretario de Defensa Donald Rumsfeld aclaró que esto no puede lograrse mediante ataques aéreos, al menos no ahora. El Pentágono afirma que lo del domingo y lo de ayer no es más que una etapa preliminar para destruir los sistemas de defensa aérea de la milicia talibana y �preparar el terreno� para la ofensiva aérea en regla. Sin embargo, esta distinción es muy tenue. Las �defensas aéreas� de los talibanes consisten de unos 24 aviones, que probablemente ya fueron destruidos, y misiles tierra-aire que sólo son efectivos a baja altura. Incluso en las primeras horas del ataque, el fuego antiaéreo era prácticamente inexistente, según se pudo ver en las imágenes difundidas por CNN. En realidad, Washington ya lanzó de hecho su �fase dos� de ataques contra los elementos convencionales del ejército talibán, tales como los depósitos de municiones, concentraciones de tropas, puestos de mando, y centros de comunicaciones fijos que aparecieron en las listas de blancos difundidas por los medios. Es verdad que estas operaciones son un preludio, pero lo que preparan es una ofensiva en tierra de la Alianza del Norte, la agrupación afgana que lucha contra los talibanes.
2 ¿Qué se necesita para esta ofensiva?
Eliminar el equipo pesado de lo talibanes (tanques y artillería), sin el cual se espera que no podrán resistir una ofensiva de una Alianza del Norte reequipada por Rusia, Irán y el mismo Estados Unidos. Esto no puede lograrse con los ataques aéreos a gran altura o con misiles crucero lanzados hasta ahora. Durante la Guerra del Golfo, por ejemplo, ataques mucho más intensos lanzados en un terreno ideal (de desierto) sólo pudieron eliminar alrededor de un 10 por ciento de las fuerzas iraquíes. En Kosovo, los resultados fueron aun peores, con ataques que se limitaron efectivamente a aviones volando a gran altura y misiles crucero. La ofensiva norteamericana contra los talibanes requerirá, primero, ataques �tácticos� a baja altura y, segundo, el uso con helicópteros tales como los AH-64 �Apache�, diseñados específicamente contra fuerzas terrestres. Estos ataques probablemente coincidirán con la ofensiva de la Alianza del Norte, dado que es sólo cuando los tanques y artillería disparan que se los puede localizar, y destruir.
3¿Qué sucede si los talibanes rehúsan esta batalla convencional y adoptan una estrategia de guerrilla?
Estados Unidos ganaría. Su objetivo no es erradicar a los talibanes sino simplemente terminar su control del 90 por ciento del país. Una guerra de guerrillas se centra en el principio de no defender territorio, lo único que permite a los guerrilleros sobrevivir contra el poder de fuego mayor de sus enemigos. Si los talibanes se repliegan a sus reductos en las montañas del sur y centro del país, deberán abandonar las dos ciudades que definen a su control sobre el país: la capital, Kabul, y el centro religioso de Kahandar. Al mismo tiempo, una guerrilla en un país tan pobre como Afganistán depende del apoyo exterior para sobrevivir. La ocupación soviética fue derrotada mediante armas suministradas por Estados Unidos, de la misma manera que el Vietcong dependió de equipo chino y soviético durante la guerra de Vietnam. Pero los talibanes lograron enemistarse con todos los países de la región, y no tienen ninguna vía para obtener armas ni un país que se los pueda suministrar. Así, para sobrevivir deberán mantener su control de las ciudades y esperar que la falta de progresos fracture la coalición internacional que se armó contra ellos.
4 ¿Esto puede ocurrir?
Sería difícil pero no imposible. El terreno de Afganistán es ciertamente ideal para la defensa, y la calidad de las fuerzas de la Alianza del Norte es irregular, dado que, como su nombre lo indica, es una agrupación de contingentes muy dispares.
5¿Si su ofensiva fracasa, podría haber una intervención terrestre norteamericana?
Muy posiblemente, pero no de forma masiva. Lo que Washington haría sería emplear fuerzas de choque (la 10 división de montaña desplegada al norte en Uzbekistán, por ejemplo) de forma limitada contra posiciones clave de los talibanes, y dejar que la Alianza del Norte avance y ocupe territorio. Esto evitaría el principal problema que tuvo el Ejército soviético, que podía tomar por asalto cualquier posición individual pero no mantenerse allí tras conquistarla.
6¿Cómo pueden responder los talibanes?
De por sí solos no hay nada que puedan hacer. Es dudoso que puedan resistir una ofensiva de la Alianza del Norte, e imposible que lancen una propia dado que los ejércitos en movimiento son los más vulnerables al ataque aéreo. Así, su única esperanza es la misma persona que los puso en la mira de Estados Unidos: Osama Bin Laden.
7¿Osama Bin Laden lanzará atentados en represalia por los bombardeos?
Indudablemente, pero no se sabe cómo. Bin Laden nunca se repitió hasta ahora, y ataques como los del 11 de septiembre requieren meses de preparación. Una alternativa son ataques con armas químico-biológicas. Ayer se supo de un segundo hombre infectado con la bacteria ántrax en Florida, lo que aumenta las sospechas de que se deben a un nuevo ataque terrorista. Otra posibilidad son atentados terroristas contra �soft targets� en otras partes del mundo. La semana pasada ya estalló una bomba en Arabia Saudita, matando a un norteamericano, y se teme que haya ataques en ciudades europeas con fuerte presencia árabe, Londres en especial. Por último, Bin Laden podría atacar la infraestructura petrolera en países tales como Arabia Saudita. Podría ser la forma más eficaz de contestar los ataques norteamericanos, ya que causaría un alza desastrosa en el precio del combustible.
8 ¿Bush podrá mantener el apoyo de la opinión pública en su país?
Todo indica que sí. Un nuevo atentado en Estados Unidos o Europa sólo reforzaría la justificación por los bombardeos. Al mismo tiempo, no tiene demasiado que temer a la posibilidad de que se registren bajas entre los pilotos y soldados que atacan. Sus familias, dado el carácter profesional del Ejército, no son de la clase media que se resistió a la conscripción en Vietnam, y en todo caso están concentradas cerca de las bases de las Fuerzas Armadas. La oposición podría gatillarse si se envía de forma masiva a la Guardia Nacional (la fuerza de reserva) a combatir en Afganistán, pero no hay absolutamente ningún indicio que esto será necesario, ya que Estados Unidos ya dispone de una fuerza �sobre el terreno� con la Alianza del Norte.
9¿Podrá mantener su coalición internacional?
Todo indica que sí, mientras la ofensiva se limite a Afganistán. Un factor importante en ese sentido es que una victoria de Estados Unidos llevaría a que el país esté gobernado por una coalición tan inestable como la Alianza del Norte. Esto es peligroso a largo plazo, pero por lo pronto significará que ningún país (Irán, por ejemplo) considerará que una victoria norteamericana establecerá un Estado fuerte y hostil en Afganistán.
10¿Entonces Bush puede ganar esta guerra?
Es muy probable que triunfe en su propósito inicial de derrocar a los talibanes, de la misma manera que su padre triunfó en el objetivo limitado de expulsar a Irak de Kuwait.
Claves
 El embajador norteamericano ante la ONU, John Negroponte, dijo al Consejo de Seguridad que Estados Unidos podrá atacar otros objetivos fuera de Afganistán
(ver pág. 2).
Los ataques de ayer fueron menores en intensidad pero buscaron los mismos objetivos: la capital Kabul, el centro espiritual talibán de Kandahar y la ciudad de Mazar-i-Sharif, en el norte del país
(ver pág. 2).
Los próximos ataques y los próximos objetivos están explicados en esta página.
En Pakistán, el presidente Pervez Musharraf dispuso la renovación de parte de su cúpula militar y el reemplazo del jefe del servicio secreto. Por otra parte, los partidos islámicos salieron a las calles en Islamabad, Queta y Peshawar para rechazar los ataques (ver págs. 6 y
7).
u Ayer se detectó otro caso de ántrax en Florida. Se trata de un colega del que murió el viernes. Ayer asumió el titular de la recientemente creada secretaría de Seguridad Interior, Tom Ridge. En Gran Bretaña se lanzó el �Operativo Calma�, por temor a un ataque terrorista (ver págs. 8 y
9). |
|
