La paja en tu ojo, la viga en el mío
VPara quienes, como el que escribe, se han visto discriminados,
pocos temas son más sensibles que el de los derechos humanos
y su vigencia para todos sin excepción. ¿O al torturar
a una embarazada no se somete a una experiencia atroz a dos vidas,
no sólo a una? ¿O es menos valiosa la vida de un recién
nacido que la de una persona formada? ¿Es menos importante
el analfabetismo a cualquier edad que el derecho de una transnacional
de los medios a poseer diarios, radios y canales de TV? ¿Debe
darse atención médica inferior a quien no está
en condiciones de pagarla? ¿Es natural que un juez viva en
una mansión y un obrero en un rancho? ¿Son marginales
los jóvenes, que terminan sus estudios sin que la sociedad
les dé empleo? ¿Es viable una sociedad en que unos
ganan y otros pierden? No sé a ciencia cierta cómo
son las cosas en el extranjero. Pero consta que todos los interrogantes
planteados tienen respuesta afirmativa en la Argentina, de hoy o
de hace poco. Y juzgo deplorable que así sea. Por lo tanto,
si supiera de cualquier lugar en que las condiciones de derechos
humanos fuesen peores no vacilaría en condenarlo. El punto
es comparar datos, de uno y otro lado. Digamos que se compara nuestro
país, A, con otro, B. ¿Cuál protege más
la vida desde la concepción, es decir, durante el embarazo?
O bien, ¿de cuántos exámenes médicos
prenatales es objeto la embarazada? ¿Cómo se atiende
su gestación y posparto? ¿Está garantizada
la alimentación adecuada a la madre, al lactante y, en general,
a todas las personas durante su vida? La educación ¿depende
de la capacidad económica?, ¿se limita a la escolaridad
primaria o llega hasta la secundaria e incluso hasta la universidad?
¿Qué hace la sociedad al completar estudios un adolescente
o un joven? ¿Les da un empleo en que puedan aplicar los conocimientos
adquiridos o los deja en la vereda chupando cerveza y fumando porros?
El que contrae una enfermedad ¿debe tener trabajo para acceder
a una obra social o muy buen dinero para solventar una prepaga?,
¿o debe, en caso contrario, caer en una medicina gratuita
que no le da ni remedios, con visitadores sociales que
le interrogan sobre la propiedad de la vivienda que habita? Tener
vivienda ¿es un privilegio o un derecho de todos? Para condenar,
acudiría a un mecanismo constitucional, la consulta pública
vinculante, y mostraría al país cuáles son
los datos aquí y en el país al que propongo censurar.
Free
riders
Aquí
les decimos polizones, pero la teoría económica
instaló el tema con esa denominación. Son aquellos
actores sociales que usufructúan un servicio existente sin
pagar por ello. O viéndolo desde otro ángulo, son
operadores económicos que se instalan en cierto marco socio-económico-jurídico
que les ofrece ciertas ventajas, y por ello mismo no hacen nada
por modificarlo. Hoy, al cabo de una década de destrucción
sistemática y tenaz de la legislación protectora de
los trabajadores que nuestra propensión a usar eufemismos
dio en llamar flexibilización laboral el marco en que
se mueve cualquier empresa le permite tomar trabajadores en condiciones
precarias, sin salario mínimo, vacaciones o jornada limitada,
puede despedirlos en cualquier momento, con una justicia laboralclaramente
adversa al obrero. Imponer ese marco tuvo su precio, que en su última
fase fueron los sobornos a senadores para aprobar la reforma laboral,
que debemos suponer fue pagado por las grandes empresas, no por
las pymes. Sin salirse del marco, las pymes ofrecen como aporte
a la sociedad el ser grandes creadoras de empleo, y para ello reclaman
una oportunidad para expandirse, y piden condiciones crediticias
similares a las que obtienen aquí mismo las filiales de grandes
transnacionales. Que se sepa, en su ofrecimiento no se incluye el
respeto a las normas constitucionales, que incluirían dar
a los trabajadores participación en las ganancias, permitirles
el control de la producción, fijar un salario mínimo
acorde con un nivel de vida digno, y restablecer el aporte patronal
a las jubilaciones obreras. Menos aún se habla de asociarse
con los trabajadores, por ejemplo, en la forma de cooperativas de
producción. Su expansión, pues, se realizaría
en el mismo marco en que hoy explotan a los trabajadores las empresas
de mayor magnitud. Nada permite inferir que dejen de ser empresas
capitalistas cuyo único fin es maximizar la ganancia, que
sean menos explotadoras del trabajo humano que sus similares de
mayor escala. Yo he visto al lado de mi casa una pequeña
industria, un cattering, de baja tecnología, es decir, trabajo-intensiva,
que todos los lunes tomaba en negro diez empleados, a los que despedía
el viernes sin pagarles lo trabajado. Sin duda, creaba muchos puestos
de trabajo, y muchos más crearía con créditos
blandos que le permitieran incrementar su equipamiento.
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