El juego de las diferencias
Ahora
que el sistema bancario argentino está virtualmente internacionalizado
es bueno saber en qué se diferencia un banco extranjero
de otro privado nacional. Planteada la cuestión a un experto,
que rogó anonimato, esto respondió:
- Los bancos extranjeros tienen la ventaja de que nunca quiebran.
Ni siquiera cuando no cumplen con sus obligaciones.
- Sin embargo, si hay una corrida, son los primeros en dejar seca
la plaza, recuperando todo el crédito que puedan y llevándose
el dinero afuera. Durante el Tequila, sin ir más lejos,
le pedían al BCRA redescuentos para situaciones de iliquidez,
y lo hacían sin sonrojarse. En los 80, cuando José
Luis Machinea presidía el Banco Central, éste no
diferenciaba entre nacionales y extranjeros a la hora de conceder
redescuentos.
- Otra peculiaridad de la banca venida de afuera es que ninguna
casa matriz bombeará dinero hacia una sucursal en la Argentina
u otro país periférico para devolverles plata a
los depositantes. Simplemente esperarán que no llegue ese
momento, por la confianza que el público tiene en un banco
foráneo. La corrida debería pasar de largo.
- En los hechos, la casa matriz estadounidense, europea
o japonesa será la primera en cortarle el crédito
a su sucursal en la Argentina o países similares.
- A diferencia de los bancos nacionales, los internacionales no
tienen empresas vinculadas a las que financiar, dentro o más
allá de los límites admitidos.
- Si la economía florece, generando buenas oportunidades
de negocio con riesgo calculable, los bancos extranjeros le aportarán
mucha liquidez al mercado. Pero nunca van a defender al país
en la mala.
- Todos los bancos, sin distinción de nacionalidad, prestarán
sus servicios a todo evasor que desee colocar su plata negra en
algún refugio exterior seguro, particularmente una off
shore. En esto no hay diferencias.