LOS BANCOS CUIDAN SUS RECURSOS
PARA ESTAR PREPARADOS ANTE UNA CRISIS

Miedo a una corrida
de depósitos

La movida de Cavallo de liberar fondos líquidos de parte de los encajes al permitir constituirlos con bonos no está teniendo efecto en el sistema. Los bancos retienen ese dinero por temor a una huida de depósitos.

Por Claudio Zlotnik

Después de tres años de recesión económica, Domingo Cavallo optó por una receta heterodoxa para salir del pozo. En el plano financiero, echó mano a las reservas del Banco Central, consideradas sagradas por los financistas, con un doble objetivo. Por un lado, fondearse para cumplir con los pagos de la deuda. Por el otro, inyectar liquidez al sistema y de esa manera derramar fondos hacia el sector privado a tasas de interés más accesibles. La movida ya le valió críticas, que por ahora no exceden la intimidad de los despachos, por parte de los banqueros. Más explícito, Pedro Pou está poniendo trabas a esas intenciones del ministro. Mientras tanto, en medio de la crisis, las entidades prestan cada vez menos al sector privado.
Los banqueros creen que Cavallo fracasará al menos en uno de sus intentos. Las entidades se mostraron dispuestas a financiar a Economía aun cuando ello implicó quitarle respaldo a la Convertibilidad, ya que se sustituyeron 2 mil millones de encajes en efectivo por títulos públicos. Después de todo, se trataba de un buen negocio para los bancos. En vez de tener el dinero inmovilizado en el Deutsche Bank de Nueva York, al 5 por ciento anual, Cavallo les pagó el 9 por ciento.
Pero los banqueros advierten que, al contrario de lo que pregona Cavallo, la flexibilidad de las normas monetarias no implicará un incremento de los préstamos al sector privado. La razón esgrimida es que, a pesar de que Economía les permita computar la tenencia de bonos como encajes como si se tratara de efectivo, las entidades financieras mantendrán sus reservas en dinero contante y sonante para enfrentar una eventual corrida. Los banqueros opinan que si sus activos se constituyen en una alta dosis de bonos, su patrimonio podría resquebrajarse ante una caída dramática de esos títulos públicos. Y ponen como ejemplo lo sucedido en Turquía para advertir sobre la crisis que podría sobrevenir. La única manera de defenderse es mantener dinero en efectivo, aseguran.
De esta manera, se daría el efecto contrario al buscado por Economía. Los bancos, además de financiar al Gobierno comprando sus bonos, dejarían depositado en una cuenta corriente del Central la misma cantidad de dinero que hoy inmovilizan en Nueva York. ¿De dónde sacarían el dinero para cumplir con ambos propósitos? Simple, contrayendo los fondos prestables a los privados.
No será una buena noticia para Cavallo, quien aspira no sólo a que aumente la capacidad prestable sino que, además, las entidades bajen las tasas de interés. En definitiva, se trata de impulsar el mercado crediticio y así reactivar la economía. Desde que empezó el año, el stock de préstamos a empresas y particulares cayó en casi 1700 millones de dólares.