El amigo David
El equipo
económico tiene otro secretario de Finanzas sin despertar
mucha resistencia del responsable oficial de esa área. Daniel
Marx tuvo que asumir que no podía competir con las condecoraciones
de su colega en las sombras. Ni con las preferencias de su jefe
de ocasión. Sabe también que tiene sus costos conservar
el record de permanecer en el cargo en tres equipos económicos
diferentes. De la mano de Domingo Cavallo regresó el hombre
que tiene en su vitrina la Orden de Mayo al mérito, en grado
de Gran Cruz, otorgada por el gobierno de Carlos Menem el 17 de
febrero de 1993. Ese mismo reconocimiento lo había recibido
ese año, unos días antes, Augusto Pinochet, y tiempo
atrás Nicholas Brady, casualidad o no ex jefe de Marx. Con
esos antecedentes, Argentina no podía privarse de una contribución
tan valiosa para sacar a la economía del riesgo de caer en
cesación de pagos. David Mulford, ex subsecretario del Tesoro
de Estados Unidos y actualmente uno de los ejecutivos más
importantes del Credit Suisse-First Boston, ha retornado al Gobierno
en carácter de exclusivísimo asesor financiero del
ministro de Economía.
Mulford fue quien convenció a Cavallo de la oportunidad de
realizar un megacanje de bonos, operación que fue desaconsejada
y tibiamente resistida por el verdadero secretario de Finanzas.
Esa oposición de Marx le significó el creciente desprecio
por parte del mediterráneo. Este siempre se ha sentido en
deuda con Mulford por su participación, que la consideró
determinante, para que la Argentina accediera al Plan Brady de reducción
de la deuda externa. Desde entonces, por esa razón o por
otras que se desconocen, Cavallo ha tenido al First Boston que
más adelante se fusionó con el Credit Suisse
como el banco de inversión preferido durante su primer gestión
en el Ministerio de Economía. Y lo tiene ahora de nuevo de
favorito.
Esa entidad lideró casi todas las colocaciones de deuda que
durante esos años realizó el Gobierno. También
estuvo a cargo de la privatización más importante
de la década menemista: la liquidación de las acciones
de la petrolera YPF, que le reportó a Mulford recaudar comisiones
millonarias. Después del filón que le deparó
la venta de YPF, cuando fue el turno de las acciones de gas, Cavallo
aceptó un préstamo puente que le ofreció el
First Boston sin pedir cotización a otros bancos. Entre éstos
se miraba con recelo el trato preferencial de Cavallo hacia el condecorado
Mulford. No fue casualidad, entonces, que en la primera emisión
de deuda posterior al despido del mediterráneo, su reemplazante,
Roque Fernández, eligiera para la primera colocación
de bonos, de unos 500 millones de dólares, al JP Morgan.
Mulford tiene otros padrinos en Argentina, además del visible
de Cavallo. El Credit Suisse-First Boston es socio de los hermanos
Carlos y José Rohm en el Banco General de Negocios. Ese vínculo
facilitó el ingreso de Mulford al mundo de negocios del menemismo
de la mano del fallecido ex ministro Adalbert Krieger Vasena, lobbista
de esa entidad financiera. El BGN fue utilizado para girar parte
del dinero de la coima del escándalo de corrupción
Banco Nación-IBM. Además, está siendo investigado
por la Justicia como vehículo para el movimiento de los fondos
sucios del negocio de las armas. Y también por otras rutas
que siguió el dinero negro durante la década pasada.
Resulta obvio a esta altura, pero no por eso innecesario, señalar
que el megacanje de bonos que Mulford le vendió a Cavallo,
que dejará una comisión a repartir de por lo menos
150 millones de dólares, será liderado por el Credit
Suisse-First Boston.
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