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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
06 MAYO 2001








 BUENA MONEDA
Por Alfredo Zaiat


El amigo David

El equipo económico tiene otro secretario de Finanzas sin despertar mucha resistencia del responsable oficial de esa área. Daniel Marx tuvo que asumir que no podía competir con las condecoraciones de su colega en las sombras. Ni con las preferencias de su jefe de ocasión. Sabe también que tiene sus costos conservar el record de permanecer en el cargo en tres equipos económicos diferentes. De la mano de Domingo Cavallo regresó el hombre que tiene en su vitrina la Orden de Mayo al mérito, en grado de Gran Cruz, otorgada por el gobierno de Carlos Menem el 17 de febrero de 1993. Ese mismo reconocimiento lo había recibido ese año, unos días antes, Augusto Pinochet, y tiempo atrás Nicholas Brady, casualidad o no ex jefe de Marx. Con esos antecedentes, Argentina no podía privarse de una contribución tan valiosa para sacar a la economía del riesgo de caer en cesación de pagos. David Mulford, ex subsecretario del Tesoro de Estados Unidos y actualmente uno de los ejecutivos más importantes del Credit Suisse-First Boston, ha retornado al Gobierno en carácter de exclusivísimo asesor financiero del ministro de Economía.
Mulford fue quien convenció a Cavallo de la oportunidad de realizar un megacanje de bonos, operación que fue desaconsejada y tibiamente resistida por el verdadero secretario de Finanzas. Esa oposición de Marx le significó el creciente desprecio por parte del mediterráneo. Este siempre se ha sentido en deuda con Mulford por su participación, que la consideró determinante, para que la Argentina accediera al Plan Brady de reducción de la deuda externa. Desde entonces, por esa razón o por otras que se desconocen, Cavallo ha tenido al First Boston –que más adelante se fusionó con el Credit Suisse– como el banco de inversión preferido durante su primer gestión en el Ministerio de Economía. Y lo tiene ahora de nuevo de favorito.
Esa entidad lideró casi todas las colocaciones de deuda que durante esos años realizó el Gobierno. También estuvo a cargo de la privatización más importante de la década menemista: la liquidación de las acciones de la petrolera YPF, que le reportó a Mulford recaudar comisiones millonarias. Después del filón que le deparó la venta de YPF, cuando fue el turno de las acciones de gas, Cavallo aceptó un préstamo puente que le ofreció el First Boston sin pedir cotización a otros bancos. Entre éstos se miraba con recelo el trato preferencial de Cavallo hacia el condecorado Mulford. No fue casualidad, entonces, que en la primera emisión de deuda posterior al despido del mediterráneo, su reemplazante, Roque Fernández, eligiera para la primera colocación de bonos, de unos 500 millones de dólares, al JP Morgan.
Mulford tiene otros padrinos en Argentina, además del visible de Cavallo. El Credit Suisse-First Boston es socio de los hermanos Carlos y José Rohm en el Banco General de Negocios. Ese vínculo facilitó el ingreso de Mulford al mundo de negocios del menemismo de la mano del fallecido ex ministro Adalbert Krieger Vasena, lobbista de esa entidad financiera. El BGN fue utilizado para girar parte del dinero de la coima del escándalo de corrupción Banco Nación-IBM. Además, está siendo investigado por la Justicia como vehículo para el movimiento de los fondos sucios del negocio de las armas. Y también por otras rutas que siguió el dinero negro durante la década pasada.
Resulta obvio a esta altura, pero no por eso innecesario, señalar que el megacanje de bonos que Mulford le vendió a Cavallo, que dejará una comisión a repartir de por lo menos 150 millones de dólares, será liderado por el Credit Suisse-First Boston.