Keynesianismo
Raúl Prebisch estaba en abril de 1933 en Londres, como técnico
integrante de la Misión presidida por Julio A. Roca (h.)
para negociar el comercio de carnes angloargentino, cuando apareció
en The Times una serie de cuatro artículos de Keynes, con
el título general de Los caminos hacia la prosperidad.
Décadas más tarde, Prebisch los definiría como
la Teoría General [de Keynes] desprovista de su aparato
matemático. El funcionario argentino, a quien le atormentaba
haber sido partícipe desde 1930 de la política económica
del gobierno de facto, empeñada en mantener el equilibrio
fiscal, mediante nuevos impuestos y reducción de sueldos
a los empleados públicos, lo cual había profundizado
aun más la recesión, se vio conmocionado por un mensaje
que le hablaba de obras públicas financiadas con emisión
de títulos públicos y otras heterodoxias. Lo peor
fue al volver a Buenos Aires y encontrarse con una situación
social gravísima. Por primera vez Prebisch vio gente en edad
laboral que pedía comida en las puertas. Requerida su colaboración
por los ministros Pinedo de Hacienda y Duhau de Agricultura, y no
pudiendo cumplir con ambos, resolvió el problema formando
con ellos un triángulo para diseñar un nuevo trato
hacia la crisis. Trabajaron en secreto, a veces en el despacho de
Prebisch en el Banco de la Nación. El 28 de noviembre del
33 se anunció el Plan de Acción Económica Nacional,
primer plan argentino antirrecesivo inspirado en ideas de Keynes.
Fue también la primera experiencia de Prebisch como hacedor
de políticas. El plan se basaba en el control del comercio
exterior y una política de cambios extremadamente selectiva.
Luego apareció la Teoría General (1936), de enorme
influencia en esos años. En 1935, en una fase ascendente
del ciclo, Prebisch pasó a ser gerente general del Banco
Central, y le tocó adoptar medidas para contrarrestar la
recesión iniciada a mediados de 1937, que duró hasta
1938. Prebisch diseñó una política anticíclica,
con una política monetaria activa, que motivó visitas
al país de los expertos de EE.UU. Sostenía que nuestro
ciclo reflejaba el ciclo mundial, y éste, resultaba de la
inestabilidad del capitalismo. En la Memoria Anual (1938) del BCRA
elaboró una explicación keynesiana: los shocks de
exportación e inversiones extranjeras se reproducían
en la economía local a través del multiplicador del
comercio exterior.
Estructuralismo
Al comenzar la Segunda Guerra Mundial se pronosticó una interrupción
del comercio marítimo, con caída de las exportaciones
e interrupción de las inversiones extranjeras. Ambas formas
de demanda global operan activamente sobre la actividad económica.
Su reducción permitía predecir una caída del
ingreso nacional, vía multiplicador. Ante un pronóstico
recesivo, Pinedo encargó a Prebisch confeccionar un plan
para dar al movimiento económico el ritmo que conduzca
al más alto grado de ocupación. Prebisch ya
conocía la receta keynesiana: más exportaciones o
más inversiones extranjeras, desparramaban en el país
una masa de poder adquisitivo que se expandía hacia todos
los sectores. Si aquellas de pronto caían, el Estado podía
suplirlas en su papel de expandir los medios de pago. Pero había
un problema: en un país tan especializado en producción
primaria, un mayor poder adquisitivo en la población provocaría
más importaciones de todo tipo: manufacturas terminadas,
materias primas, equipo, etc. Una presión importadora no
respaldada por las exportaciones, no era una solución feliz.
Es indispensable limitar las importaciones, se dijo.
¿Cómo entregar más poder adquisitivo a la sociedad
y a la vez minimizar las importaciones consiguientes? La solución
no podía hallarse agregando todos los sectores económicos,
a la manera keynesiana, sino considerando la estructura productiva,
comparando sector por sector sus proporciones de insumos nacionales
e importados, y en especial la proporción de mano de obra
en sus costos. En la industria de la construcción, la proporción
delcosto de mano de obra era 32 por ciento del valor de la producción,
los insumos importados 28 por ciento y los materiales nacionales
33 por ciento. Esta actividad, además, movilizaba de modo
indirecto a decenas de gremios. Las proporciones eran más
favorables para construcciones simples y de costo moderado, es decir,
la vivienda popular. El plan no pasó en el Senado, pero mostró
que en economías periféricas un enfoque altamente
agregado, como el keynesiano, no es el mejor camino. En menos de
una década, en 1949, Prebisch intentó construir una
dinámica económica que reflejase el distinto
comportamiento sectorial. En pocos años su enfoque prendió
en otros estudiosos, como Juan Noyola, Julio H. G. Olivera, Osvaldo
Sunkel y otros, que desarrollaron el enfoque estructuralista latinoamericano.
|