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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
22 JULIO 2001








 DESECONOMIAS
 por Julio Nudler


El huevo roto

Para ilustrar el megacanje de deuda que realizó Domingo Cavallo por casi 30.000 millones de dólares, posponiendo así los vencimientos, un profesor de Yale llamado David de Rosa preguntó a sus alumnos cómo se hace para arrojar un huevo a 50 metros y no verlo roto. La respuesta correcta es, dijo: lanzándolo a 100 metros. Lo más aceptable del chiste es que, efectivamente, ya no se puede tomar en serio a los economistas ni a sus políticas. No a un economista en particular, ya que hicieron falta unos cuantos para haber llegado en la Argentina al momento en que la política económica se ha tornado impracticable.
La condición básica para practicarla consiste en poder predecir, aproximadamente, el efecto de cualquier medida. Pero esto resulta hoy imposible. Siendo ya fines de julio, no hay ni siquiera una vaga idea sobre la variación del Producto Bruto este año, y el recorte de gastos se irá definiendo mes a mes de acuerdo a la marcha de la recaudación, que no hay forma de pronosticar. Antes todo dependía de lo que decidiera hacer Alan Greenspan con la tasa estadounidense, y de los precios de las commodities y de la pareja devaluación/crecimiento en Brasil. Pero ahora, definitivamente internalizada la crisis, las incógnitas son muchas más.
Cualquier decisión de Economía puede zozobrar o mancarse porque la Justicia dicte un amparo, porque una facción política la bloquee, los ahorristas resuelvan escapar de los bancos, los empresarios opten por financiarse a costa de Impositiva, los socios del Mercosur tomen represalias o los piqueteros incendien las rutas, etcétera, esto sin contar la propia irracionalidad de las decisiones del ministro.
Cuando el impacto de la política económica se vuelve así de fortuito, tampoco puede compararse una con otra. Ricardo López Murphy, la bestia del ajuste, parece hoy una versión lisonjera del Cavallo otrora heterodoxo y reactivante. Pero lo único cierto es que cuando hacer economía consiste solamente en pagar según se recaude, lo que no hay es economía. Sólo queda la esperanza de recuperarla alguna vez.