EL BANCO CENTRAL CUENTA CON
U$S 10 MIL MILLONES PARA FRENAR LA FUGA

Semáforo rojo a la corrida

El riesgo país inquieta al equipo económico puesto que no da tregua. Pero lo que en verdad desespera a Cavallo es la huida de depósitos. El objetivo es detener esa sangría. Las defensas del BCRA.

Aunque Domingo Cavallo se resista, a nadie escapa que ésta es su “última” oportunidad para sacar a la Argentina de la crisis evitando un caos económico. El drástico giro de la posición de los Estados Unidos respecto de la tormenta argentina –ejerciendo un rol activo en lugar de la actitud prescindente de hace apenas un par de semanas– podría ser decisivo para controlar el vertiginoso derrape. La insinuación de que el gobierno americano tomaría una participación activa animó a los financistas y le puso un freno, cuanto menos circunstancial, a la ola especulativa de los fondos y bancos de inversiones extranjeros, aquellos que no cuentan con sucursales en el país. Pero en la city reconocen que no debería confundirse una primera (y obvia) reacción positiva de la verdadera salida de la crisis.
Si bien el leve descenso del riesgo país de los últimos dos días de la semana marcó un alivio a la crisis, lo cierto es que para los financistas el dato clave pasó a ser la evolución de los depósitos bancarios. Y en este sentido no hay buenas noticias. La fuga alcanzó los 6000 millones en el último mes y en la city temen que, si no se contiene la crisis, una aceleración de la salida de depósitos termine provocando un crac financiero.
Para defender al sistema, el Banco Central dispone de no más de 10.000 millones: unos 4000 millones por los capitales que los bancos tienen inmovilizados como requisitos mínimos y otros 6000 millones que podrían destinarse entre pases activos y redescuentos, que el BC entregaría a cambio de títulos públicos (el Central puede computar 33 por ciento de sus reservas con bonos y por ahora esa relación es sólo del 8 por ciento). Además, Roque Maccarone podría apelar a una línea contingente que está acordada con bancos extranjeros. Ese crédito, que empezó siendo de 7000 millones, quedó ahora en 4500 millones debido a que hubo entidades que decidieron bajarse del acuerdo. Por otra parte, en el propio BC aceptan que de aquellos 4500 millones, sólo se contaría con 1000 millones. El resto está atado a que, llegado el momento, la entidad encuentre en el mercado determinados bonos que los bancos salvadores deberían aceptar para entregar dinero a cambio. Demasiados vericuetos para un momento que, si llega, sería muy complicado.
A esta altura ya se admite que más allá de las precauciones que pudieron tomarse, los parches y auxilios tienen límites. Y que la crisis podrá superarse sólo en caso de que retorne la confianza de los inversores y se pueda detener la corrida. Por este motivo, los financistas pusieron todas sus esperanzas en las señales que pueda dar el amigo americano junto a las principales potencias mundiales.