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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
05 AGOSTO 2001








Salarios
depresión

- El 80 por ciento de los trabajadores gana menos que hace tres años.

- En ese período, los ingresos de los trabajadores cayeron un 15 por ciento, según datos del Indec a los que accedió en exclusiva Cash.

- El recorte del 13 por ciento para los estatales habilita nuevas rebajas en las remuneraciones en el sector privado.

- La última Encuesta Permanente de Hogares revela que, en el 10 por ciento más bajo de la escala de ingresos, la caída fue del 9 por ciento entre mayo 2001/mayo 200.

- Y en los dos segmentos que más ganan se registraron leves aumentos.

- Así, el 10 por ciento más rico de la población tiene ingresos 110 veces superiores al 10 por ciento más pobre. El año pasado la diferencia era de 93 veces.

 


Encogidos

Por Roberto Navarro

La rebaja de salarios no es sólo un problema de los empleados estatales. Entre mayo de 1998, cuando comenzó la recesión, y el mismo mes de este año, los ingresos de los trabajadores cayeron un 15 por ciento, según datos del Indec, al que accedió en exclusiva Cash. Muy pocos se salvaron de la poda. El 80 por ciento de los trabajadores gana menos que hace tres años. El desempleo rompió el equilibrio del mercado laboral y deprimió los salarios. La precarización y las sucesivas normas de flexibilización que legalizaron ese proceso potenciaron la dinámica de deflación salarial. Los más perjudicados fueron los que menos ganan. El sector con ingresos más bajos perdió una cuarta parte de sus salarios en el último trienio. La rebaja en el Estado de 1995, convalidada por la Corte Suprema de Justicia, abrió el camino a la reducción de sueldos privados. Ahora, el recorte del 13 por ciento para los estatales que ganan más de 500 pesos habilita nuevas rebajas en las remuneraciones que pagan las empresas.
Los economistas más ortodoxos afirman que los sueldos de los empleados estatales deben sufrir un recorte aún mayor para alinearlos con los alicaídos salarios privados. Pero la poda estatal vuelve a deprimir los ingresos del resto, porque agudiza la caída de la actividad y porque el solo hecho de que 250 mil empleados acepten una reducción en sus haberes influye negativamente sobre un mercado laboral fuertemente precarizado. Sobre 14 millones de trabajadores, el 31,3 por ciento está desocupado o subocupado. Y de los que tienen trabajo, el 40 por ciento está en negro y más de la mitad afirma que teme perder su puesto. En esas condiciones, muy pocos se animan a rechazar una rebaja salarial y renunciar a su empleo.
Al proceso de reducción de los ingresos se suma una cada vez más injusta distribución de la renta. Cash tuvo acceso a la información completa de la última Encuesta Permanente de Hogares del Indec que revela lo siguiente: entre mayo de 2000 y el mismo mes de 2001, el ingreso promedio cayó un 5 por ciento. Pero, en el 10 por ciento más bajo de la escala, la caída fue del 9 por ciento. Y en los dos segmentos que más ganan se registraron leves aumentos. Así, en el conurbano bonaerense el 10 por ciento más rico de la población tiene ingresos 110 veces superiores al 10 por ciento más pobre. El año pasado la diferencia era de 93 veces.
Una de las razones que influye en la caída del salario promedio es la desaparición de miles de puestos laborales industriales, ocupados por trabajadores calificados, y su reemplazo por empleos en empresas de servicios, con salarios sensiblemente menores. Otro factor que tira abajo los ingresos es la cada vez más extendida costumbre de exigir a los trabajadores que cumplan horas extras sin la contraprestación salarial correspondiente. Muchas empresas cortaron los sobresueldos en tickets y las bonificaciones anuales, como el doble aguinaldo. Otras reemplazaron a parte de sus plantillas por empleados más jóvenes que aceptan salarios inferiores. En algunos casos las empresas directamente realizan recortes salariales generalizados.
Cash consultó a distintos gremios sobre la evolución salarial en los últimos tres años. Los molineros perdieron el 10 por ciento de sus ingresos; los bancarios afirman que sus haberes se redujeron un 28 por ciento y que, además, trabajan un promedio de dos horas extras diarias y no las cobran. Los trabajadores de la construcción ganan un 32 por ciento menos que en 1998. Y los docentes privados acusan recortes de entre un 20 y un 50 por ciento. Los empleados agremiados en la Unión Obrera Metalúrgica ganan, en promedio, un 10 por ciento menos que el año pasado.
La caída de ingresos es mayor en el sector informal de la economía, en el que la relación laboral es precaria y los derechos de los trabajadores, mínimos. Los empleados no registrados ya son el 39 por ciento de la fuerza laboral y sus salarios son, en promedio, un 40 por ciento inferiores a los de los trabajadores formales. Entre 1994 y el año 2000, los salarios de los empleados no registrados cayeron cuatro veces más que los de los trabajadores formales. En Tucumán, en ese período, el salario de lostrabajadores informales cayó un 39 por ciento y en Ushuauaia, un 26,7 por ciento.
La informalidad laboral es funcional a la deflación salarial y los controles del Estado para evitarla son escasos y, en algunas provincias, casi inexistentes. En Jujuy hay dos inspectores para controlar a 1066 empresas, que cuentan con 80 mil trabajadores. Peor aún, en la ciudad de Buenos Aires hay 50 personas para auditar a más de 100 mil empresas. En promedio, en el país hay un inspector cada 866 empresas.
Muchos economistas piensan que la indiferencia estatal en relación con el trabajo en negro, principal canal por el que se está profundizando la caída salarial, no es inocente. Cavallo admitió que el peso está sobrevaluado en un 20 por ciento y que por esa razón la economía perdió competitividad. Pero también advirtió que una devaluación desataría una quiebra generalizada de bancos y empresas. La deflación salarial y de precios es una forma de devaluación porque deprime todos los precios de la economía menos el del dólar. En enero pasado, el ex ministro de Economía José Luis Machinea, en una exposición ante banqueros en Nueva York, intentó atraer inversores mostrando la constante caída de salarios de los últimos años como una ventaja competitiva.
A la caída de ingresos del 15 por ciento que se dio entre mayo de 1998 y el mismo mes de este año, hay que sumarle la reciente rebaja de salarios estatales y de jubilaciones y el recorte en las asignaciones familiares para todos los trabajadores del país. Sólo con estos datos, sin contar las podas de sueldos privados que se dieron desde mayo, la debacle de ingresos desde que comenzó la recesión económica supera el 17 por ciento. Como la caída se concentra fuertemente en los sectores medios y bajos, que destinan la mayor parte de sus salarios al consumo, se espera que derive en una nueva contracción del nivel de actividad. Así, la decisión del Gobierno de equilibrar sus cuentas mediante un recorte de salarios condena a la economía a seguir atrapada en el círculo perverso de recesión, caída de la recaudación y nuevos ajustes con rebajas salariales.

Números

15% es la caída de ingresos que se dio entre mayo de 1998, año en que comenzó la recesión, y mayo de 2001.

5% se redujeron los ingresos entre mayo de 2000 y mayo de 2001.

9% cayeron los ingresos del 10 por ciento más pobre de la población. En los dos segmentos más altos, en cambio, los ingresos aumentaron
levemente.

110 veces más gana, en promedio, el 10 por ciento más rico de la población del conurbano bonaerense que el 10 por ciento más pobre.
El año pasado la diferencia era de 93 veces.

80% de los trabajadores vieron reducir sus ingresos en los últimos tres años.

60% de los trabajadores gana menos de 500 pesos. El año pasado el 55% ganaba menos de esa suma.

9% de los trabajadores gana más de 1000 pesos. Según Fide, el precio de una canasta básica de bienes y servicios
para una familia tipo es de
1020 pesos.

2 millones de empleados ganan menos de 200 pesos. Así, cada vez más gente es muy pobre, e incluso indigente, a pesar de tener trabajo.

SOLO EL 9 POR CIENTO GANA MAS DE 1000 PESOS
Distribución del ingreso

La constante caída de los ingresos empuja cada vez más gente hacia la pobreza. Según la última medición del Indec, sólo el 9 por ciento de los trabajadores gana más de mil pesos, monto equivalente a una canasta básica de bienes y servicios para una familia de cuatro integrantes. El 60 por ciento de las personas que tiene trabajo percibe por sus tareas un salario inferior a 500 pesos, suma que representa la mitad de lo que sus familias requieren para cubrir sus necesidades básicas. Los que superan un ingreso de 1600 pesos conforman una elite que apenas supera el 3 por ciento de los trabajadores.
Cada vez más gente es muy pobre, e incluso indigente, a pesar de tener trabajo. Más de dos millones de personas ganan menos de 200 pesos por mes, el doble que los que percibían esa suma en 1994. Hay algunas zonas del país en las que los bajos salarios se están generalizando. En el conurbano bonaerense el 23 por ciento de los trabajadores gana menos de 200 pesos. En la ciudad de Buenos Aires, en cambio, sólo el 7 por ciento percibe menos de esa suma.
En el interior la situación salarial es peor aún. En Salta, Jujuy, Formosa, Misiones y Corrientes el 12 por ciento de los trabajadores gana menos de 100 pesos. Las provincias del sur son las que tienen menos personas con ingresos bajos. En Neuquén los que ganan menos de 100 pesos representan el 4,5 por ciento del total de trabajadores; en Río Gallegos, el 1,9 por ciento y en Ushuauaia, el 0,9 por ciento. Hay provincias, como Corrientes, en la que la clase media prácticamente desapareció. El 76 por ciento de los correntinos gana menos de 400 pesos; sólo el 6,2 por ciento gana más de 700 pesos y apenas el 2,2 por ciento gana más de 1000 pesos.
Los trabajadores de la ciudad de Buenos Aires, a pesar de haber visto caer sus ingresos en los últimos años, registran una situación “privilegiada: el 50 por ciento de los porteños gana más de 700 pesos; el 33 por ciento gana más de 1000 pesos y más del 15 por ciento recibe salarios superiores a los 1600 pesos.

 

CONVENIOS EMPRESAS-GREMIOS PARA PODAR SUELDOS

Tijeras al por mayor

Por R. N.

La decisión del Gobierno de reducir el salario de los empleados estatales y jubilados que perciben más de 500 pesos mensuales derivó en un paro general apoyado por las tres centrales sindicales, que se extendió en distintas manifestaciones de empleados del Estado y en cortes de ruta de los piqueteros. Pero en los últimos tres años más de 10 millones de trabajadores vieron reducir sus ingresos sin contar con una defensa gremial capaz de resistir el derrumbe salarial. Por el contrario, las rebajas de los ingresos de los empleados registrados se dieron bajo el amparo de acuerdos entre los gremios y las cámaras empresariales firmados en el Ministerio de Trabajo. Sólo entre 1999 y el presente año la cartera laboral certificó más de 70 convenios sectoriales que convalidaron rebajas salariales. Cash tuvo acceso a algunos de esos acuerdos que se detallan a continuación.
- La Federación de Empleados de Correo acordó con la empresa Correo Argentino una reducción salarial para todos los trabajadores de convenio. Y se dejaron sin efecto todos los premios por asistencia y productividad.
- El Sindicato de Trabajadores de la Industria del Gas firmó con la Empresa Gas Natural Ban un convenio que incluye la rebaja de subsidios y beneficios convencionales. Se suprimió el concepto de antigüedad por el que los trabajadores percibían 5 pesos por año de servicio y se eliminó el viático diario para trabajadores que se trasladan a cumplir sus tareas a distintos centros.
- La Asociación de Trabajadores de la Sanidad acordó con distintas cámaras del sector la suspensión del pago del rubro presentismo, asistencia y puntualidad por 180 días y redujo el adicional por antigüedad.
- La Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera pactó con Sancor Cooperativas Limitadas que todos los trabajadores que ingresen a la empresa de aquí en adelante no percibirán los beneficios extraconvencionales vigentes.
- La Federación Gremial del Personal de la Carne convino con la Compañía Elaboradora de Productos Alimenticios dejar sin efecto los premios a la asistencia, productividad y generación de cabezas.
- El Sindicato de Mecánicos y Afines acordó con Scania SA la eliminación de los adicionales por asistencia y puntualidad, vacaciones, transporte y antigüedad.
- La Federación Argentina de Cerveceros y Afines firmó un convenio de reducción salarial con la cámara del sector que prevé la disminución del premio por presentismo del 13 por ciento histórico al 4 por ciento. A su vez eliminó la asignación por título secundario. También se redujeron los beneficios por turismo que abona la cámara empresaria.