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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
14 OCTUBRE 2001








- El grupo Peugeot Citroën (PSA) presentó su nuevo modelo Peugeot 307. El vehículo se fabrica en Francia, pero se analiza poder producirlo en la Argentina. De hecho, varias versiones del modelo 306 se fabrican en la Argentina.

- Boston Asesores de Seguros y Confederaciones Rurales Argentinas firmaron un convenio para brindarles a los productores coberturas climáticas. A través del acuerdo, unos 100 mil productores estarán cubiertos de los efectos climáticos, un producto al que podrán sumar otros tipos de seguros tradicionales.

- Pepsi-Cola, que en la Argentina factura 550 millones de dólares anuales, se ubicó en el octavo puesto del ranking “Quién es quién en productividad”, que anualmente realiza la revista estadounidense Fortune.

- El Banco Europeo de Inversiones (BEI) otorgó un préstamo de 70 millones de dólares a la empresa Central Dock Sud, a 12 años de plazo. En la generadora de ciclo combinado participan Repsol-YPF y Endesa –con un 40 por ciento del paquete accionario cada una–, mientras que el 20 por ciento restante pertenece a la estadounidense Panamerican Energy.

- Reuters Argentina lanzó Bondex Kalk, un instrumento que permite calcular las tasas de interés que devengan los distintos títulos públicos. Además, permite realizar análisis gráficos y diversos cálculos financieros.

- El grupo estadounidense Providian Financial, uno de los principales emisores de tarjetas de crédito de Estados Unidos, inauguró su nueva sede bancaria en la city porteña. Providian había comprado el Banco Liniers Sudamericano hace un semestre.

FINANZAS el Buen Inversor
Por Claudio Zlotnik

¿CUANTO RINDIO UNA INVERSION DE $10.000 CON DE LA RUA?

Pañuelos para llorar

Todos los que apostaron en el mercado bursátil pensando aumentar su capital especulativo cuando asumió el gobierno de la Alianza, y todavía retienen los papeles, contabilizan desoladores quebrantos.

Un inversor que compró 10 mil pesos en acciones de Acindar el día que asumió Fernando de la Rúa, hoy cuenta con apenas 1200. Perdió a un ritmo de 13 pesos por día. Quien destinó esa misma suma para adquirir papeles de Telecom, ahora posee apenas 2180. No mucho mejor le fue a quien depositó su confianza en Banco Galicia: de los 10 mil, le quedaron 2650. Frente a este panorama desolador, quien podría darse por satisfecho es el inversor en la petrolera Pérez Companc: todavía tiene 5470 pesos. El gobierno de la Alianza tampoco le dio suerte a quienes optaron por los títulos públicos.
A pesar de que la Argentina estuvo a un paso de caer en cesación de pagos por las elevadas tasas de interés que devenga la deuda, lo cierto es que los inversores que compraron bonos al inicio de la administración De la Rúa y ahora los tuviesen que vender, registrarían una fuerte pérdida de capital. Sería el caso de un inversor que, en el primer canje de deuda que hizo este Gobierno no bien asumió, adquirió 10 mil dólares en Bonte 2003 que a mitad de este año trocó por Global 2008 en el megacanje. Si hoy fuese al mercado a vender estos títulos recibiría sólo 6300 dólares.
Estos ejemplos no hacen más que evidenciar la pobre performance de los mercados en la primera parte de la gestión de la Alianza, que a su vez es fiel reflejo de la severa crisis económica. La situación es tan crítica que los financistas internacionales prefirieron cortarle el crédito al Estado antes que arriesgarse a prestar a tasas de interés elevadísimas. La duda ante un probable incumplimiento pudo más que la avaricia de los inversores.
El caso del deterioro de las acciones pone de manifiesto también el perjuicio que la crisis provocó en el aparato productivo. No es casualidad que los papeles ligados a la producción hayan sido los más perjudicados: Molinos vale 220 millones de dólares, la mitad que lo pagado hace un par de años por la familia Pérez Companc a Bunge & Born. O la fábrica de motos Zanella, apenas 850 mil dólares. Aunque también es cierto que en la volteada cayeron algunos papeles del sector financiero. La capitalización bursátil de Bansud llega apenas a 22 millones de dólares. Y el Grupo Financiero Galicia no llega a los 600 millones, menos de lo pagado por el Santander Central Hispano para quedarse con el sitio de Internet financiero Patagon, poco antes del derrumbe de las puntocom.
El balance de esta primera parte del gobierno aliancista es negativo. Y en la city creen que, aun cuando la Argentina siga haciendo los deberes, demandará tiempo convencer a los inversores internacionales para que vuelvan a apostar. Sencillamente porque no hay demasiadas razones para ilusionarse con un crecimiento “vigoroso” de la economía, al menos en el corto plazo. A lo sumo, podría suceder que algunos grupos extranjeros aprovechen los bajos precios para rescatar papeles propios y, de paso, defender el valor de las acciones. Todo hace suponer que pasará un período extenso hasta que los financistas del exterior vuelvan a tener apetito por los activos locales
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