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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
28 OCTUBRE 2001








 DESECONOMIAS
 por Julio Nudler

Lavado a Blanco

No los sorprendieron tanto las operaciones ni los montos girados sino la dirección postal: Leandro N. Alem 1067, el sitio donde se yergue el edificio Carlos Pellegrini, que servía de sede a la Unión Industrial Argentina. Quien solía llenar con ese dato el casillero de address es Jorge Blanco Villegas, en épocas en que presidía la entidad fabril. A los legisladores que integran la comisión parlamentaria antilavado, que preside Elisa Carrió, les resultó más llamativo ese detalle que los 18 millones de dólares que el empresario transfirió, operando con dos entidades que se han vuelto tan célebres como Mercado Abierto y el Federal Bank, a cuentas –que aparentemente estarían declaradas– en Suiza y Estados Unidos, además de recibir envíos en otra del no menos famoso Banco República. Los giros fueron efectuados entre el 4 de enero de 1996 y el 8 de enero de 1997, cuatro meses antes de tener que abandonar la presidencia de la UIA. El secreto fiscal impidió cotejar esos movimientos con las declaraciones impositivas del fabricante y banquero.
George Blanco Villegas, quien en ese 1997 se declaraba “liberal pero no estúpido” y militó en la campaña para promover la inconstitucional re-reelección de Carlos Menem, era cuñado de Francisco Macri, a quien tenía como socio minoritario en Philco, a la que presentó en convocatoria en 1995 con deudas por unos 100 millones. Para ese entonces ya había zafado en gran medida de su participación en Sevel, cuya salida al mercado en 1992 involucró una maniobra recientemente sancionada por la Comisión Nacional de Valores.
El estanciero Blanco protagonizó también el derrumbe del Banco Comercial de Tandil, cuyo control tomó en marzo de 1995, para declarar un mes más tarde que no podría devolver los depósitos, que totalizaban $ 55 millones. Era su pretensión que el Fondo Fiduciario le entregara unos 50 millones, pero no para cumplir con los ahorristas, ya que se proponía reprogramarles forzosamente a un año los plazos fijos. Roque Maccarone, responsable del FF, entendió inadmisible la idea.