PLáSTICA › ARTISTAS ARGENTINOS EN LA BIENAL DE VENECIA

Un envío para el ascenso

La Dirección General de Asuntos Culturales de la Cancillería dio a conocer a través de la directora Gloria Bender y su principal colaborador, Sergio Baur, los detalles del envío argentino a la 51ª Bienal de Venecia, que se inaugura dentro de un mes.
La curadora designada, Adriana Rosenberg –directora de la Fundación Proa e integrante de arteBA Fundación–, seleccionó a Jorge Macchi para realizar una instalación en el Antiguo Oratorio de San Filippo Neri, actual Palagraziussi, cerca de Rialto. Este oratorio, alquilado por la Cancillería para la muestra, pertenece a un edificio barroco del siglo XVIII de planta casi cuadrada, cuyas dimensiones aproximadas son de 12 m x 14 m x 8 m de altura. En dicho oratorio, cuyas paredes están pintadas con motivos e instrumentos musicales, se solían presentar conciertos.
A su vez Macchi eligió la compañía del músico Edgardo Rudnitzky, con el que ya trabajó, para presentar juntos una obra que seguramente causará impacto entre los envíos nacionales de la próxima Bienal.
Por otra parte Macchi fue seleccionado, entre otros tres artistas argentinos, para integrar el pabellón italiano, donde se presenta la muestra central de la 51 edición: “En la experiencia del arte”.
La curadora general de la Bienal, la española María del Corral, eligió a Macchi y a Leandro Erlich. La curadora Rosa Martínez invita a Sergio Vega, que reside actualmente en los Estados Unidos. Y Carolina Antich –residente en Venecia– fue seleccionada por el curador M. Colombo para integrar la participación italiana en la Bienal.
Para describirla muy provisoria y sucintamente, la instalación de Macchi y Rudnitzky en el Palagraziussi –que se titula “La Ascensión”– consiste en presentar una cama elástica justo debajo del fresco que en el cielorraso representa escenas de la asunción de la Virgen. A su vez, el perímetro de la cama elástica reproduce en forma y tamaño el de la pintura del techo: una forma típicamente barroca con ángulos, curvas y contracurvas. Sobre la cama elástica, un acróbata saltará rítmicamente durante 15 minutos a intervalos de una hora, utilizando la cama como instrumento de percusión, mientras otro músico ejecutará una melodía en viola da gamba. Según Adriana Rosenberg –quien mañana a las 17 dará una charla sobre el tema en el auditorio del MNBA–, “Macchi y Rudnitzky nos proponen un paisaje alegórico de nuevas e infinitas visiones auditivas y sonoras, donde siempre están en diálogo dos voces; el fresco, la cama, el salto, la música, el espacio, la presencia de lo ficcional y la contundencia de lo real. Macchi interviene sutilmente el espacio sin pretender modificarlo o transformarlo para presentar su obra. En cambio lo acentúa, lo entrecomilla, lo señala jugando con los elementos presentes en una nueva combinatoria cuyo resultado es la experiencia de un espacio paradójicamente transformado”.
Los recursos para la presentación argentina en la 51ª Bienal de Venecia provienen de la Cancillería y del apoyo privado de arteBA Fundación, Nelly Arrieta de Blaquier, Silvia Gold y Hugo Sigman.

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