Hasta ahora Uruguay siempre ha sido un país más avanzado en cuanto a leyes que Argentina. Dos ejemplos son la ley de divorcio, decretada en 1917, setenta años antes que en la Argentina, y el voto de las mujeres, quince años antes. Pero ahora hay un caso en que la Argentina está más adelantada: la ley que pena a los dueños de casa que alquilan a jóvenes fiesteros en Pinamar con multas de U$S 3000 contra la que no existe en Punta del Este. Básicamente desde que llegamos a nuestra casa en el centro de La Barra, no hemos podido dormir bien ni una sola noche, ya que nuestros vecinos, inquilinos veinteañeros, se dedican a hacer fiestas noche tras noche hasta las seis de la mañana. Ante nuestras súplicas, nos replican que piensan seguir así sin tregua hasta fin de mes. Sospechamos que se trata de un bar clandestino. ¿Qué significa esto? Música a volumen altísimo, gritos, más de 60 borrachos por noche, peleas, accidentes, basura, y todo esto, en una casa particular alquilada a nuestra vecina, que dicho sea de paso, no da la cara en ningún momento ni se hace cargo de nada. Encima de todo esto, otra vecina, anciana de 80 años, agotada de no poder dormir bien, se cae y fractura la muñeca.

Noche tras noche, y día tras día, acudimos a la policía, a ruidos molestos, llevamos una carta firmada por todos los vecinos a la junta de San Carlos. Nadie nos puede ayudar. No existe una ley que prohíba las fiestas a altos decibeles en casas privadas. Nadie se hace cargo. Lo único que pueden hacer son multas de $ 300 uruguayos por ruidos molestos, o sea U$S 15, o en términos charrúas, un chivito y una coca. U$S 3000 en Argentina, U$S 15 en Uruguay. Por lo que noche tras noche, seguimos, frustrados y cansados, sin poder dormir. Ante el desamparo, estamos pensando envolvernos a Buenos Aires.

Sofía Cachione

DNI 26363264