La semana pasada, en la Legislatura porteña se vivió una escena que no puedo sacar de mi mente por varias razones, principalmente por el profundo desprecio que me provocan los términos y la ideología que representan los dichos del presidente del bloque del PRO, Cristian Ritondo, quien se refirió a su colega Tito Nenna aduciendo que alguien “con esa cara” no podía ser docente (pidió a la cámara que lo enfoque) e insistió: “Díganme, ¿alguien con esa cara puede ser docente?”. No contento con eso (en medio de una sonrisa grotesca y forzada), buscando la complicidad de los presentes, preguntó: “¿Alguien le confiaría sus hijos a Tito Nenna como maestro?”.

Semejante canallada es nada más ni nada menos que otra cabal muestra de cuáles son los valores que rigen la gestión de gobierno de Mauricio Macri, “la cara” los habilita a juzgar la calidad moral y profesional de alguien. Estos insultos (de tinte claramente fascista) son tristemente los que más vemos en los últimos tiempos, en donde la falta de argumentos e ideas que discutir los lleva a dejar al descubierto sus miserias más profundas.

Para desgracia del legislador Ritondo, no nos hace falta recurrir a tamaña canallada para juzgar su calidad de persona y sus aptitudes de gestión, dado que tenemos a la vista el accionar de un gobierno improvisado, ineficiente y reaccionario.

Creo que es grave. No se puede dejar pasar algo así. Imagino también que seguramente para Cristian Ritondo, Néstor Kirchner, con “esa cara”, esos trajes, esos zapatos, no podría haber sido nunca presidente de la Nación, pero por suerte para muchos este portador de la cara incorrecta supo poner nuestras ganas, compromiso, alegría y corazón nuevamente en el camino.

Paula de Freitas Fernández

DNI 25.769.883