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No es cierto que los curanderos curen la “culebrilla” (herpes zóster), advirtió un especialista de la Sociedad Argentina de Infectología. En realidad, la enfermedad, pasado un tiempo, se cura espontáneamente. Y existen medicamentos antivirales que pueden aliviar los síntomas y reducir los riesgos.

“Lo ideal es empezar el tratamiento con antivirales dentro de las primeras 72 horas de la aparición del herpes zóster. Los medicamentos se administran en general por boca y permiten acortar el período de desarrollo de la enfermedad y disminuir las complicaciones”, afirmó Pablo Bonvehi, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología y jefe de control de infecciones del Cemic.

“Las complicaciones pueden consistir en la aparición de infecciones bacterianas agregadas o, si la enfermedad ha tomado la cara, en lesiones oculares que pueden comprometer la visión –explicó–. Sin antivirales, se curará de todos modos, pero tardará más y es más probable que permanezca una neuralgia.”

–¿Y lo de los curanderos, la tinta china...? –vaciló el cronista.

–Luego de una evolución de unos días, el herpes zóster desaparece, aunque uno no haga nada o haga lo que haga. La medicación antiviral acorta un poco el período y no conozco otras que tengan impacto en la evolución de esta enfermedad –afirmó Bonvehi.