Jueves, 23 de febrero de 2012 | Hoy
Por Juan Gelman
El régimen del presidente Bashar Al Assad sigue matando civiles, más de 7400 desde que, a mediados de marzo, algunos centenares de sirios comenzaron una protesta que se convirtió en rebelión y alcanzó a todo el país. Amnesty documentó la muerte de diez niños y adolescentes de 10 a 15 años presos, la ONG mundial Avaaz informó que otros 16 niños murieron en prisión luego de ser torturados, y se estima que en las cárceles sirias se apretujan unos 12.000 recluidos. Es notorio todo esto. Poco y nada se habla de la internacionalización del conflicto.
El Departamento de Estado comenzó financiando con seis millones de dólares diversas actividades encubiertas, “incluida la capacitación de periodistas y activistas” sirios de la oposición en el período 2006/2010, antes del alzamiento. Destinó otros 6,3 millones a los disidentes del Movimiento por la Justicia y el Desarrollo, con base en Londres. Preguntado sobre el tema, Mark Toner, vocero de Hillary Clinton, respondió: “Estamos trabajando con una variedad de actores de la sociedad civil de Siria con el objeto de fortalecer la libertad de expresión” (www.cbc.ca, 18-4-11). ¿Sólo eso?
Otros países están interviniendo en lo que es ya una guerra civil. “Mientras los disturbios y asesinatos aumentan en el perturbado Estado árabe, ‘agentes del M16 (el servicio secreto británico) y de la CIA ya se encuentran en Siria evaluando la situación’, reveló un funcionario del aparato de seguridad. Las fuerzas especiales también hablan con los soldados sirios disidentes para saber qué armas y equipos de comunicación necesitarán las fuerzas rebeldes si el gobierno (estadounidense) resuelve ayudarlos”, informó el Daily Star (www.dailystar.co.uk, 1-1-12). EE.UU., Gran Bretaña, Qatar, Israel, Arabia Saudita, Francia y Turquía ya estarían involucrados en el conflicto.
El Ejército Sirio Libre (ESL) pretende encabezar el alzamiento y diversas fuentes aseguran que es una creación de la OTAN. “Según informes recientes, fuerzas especiales británicas y francesas estuvieron entrenando activamente a miembros del ESL en una base de Turquía cercana a la frontera siria –señala el sitio UK Elite Forces–. Otros informes indican que dicho entrenamiento también tiene lugar en Libia y el norte de Líbano. Operativos del M16 y de las fuerzas especiales británicas entrenan a los rebeldes en la guerra urbana y les proporcionan armas y equipos. Se estima que agentes de la CIA los asisten en materia de comunicaciones” (//ukeliteforces.co.uk, 5-1-12). Los miembros del ESL parten de Turquía para realizar operativos en Siria.
Washington parece inclinado a apoyar al Consejo Nacional Sirio (CNS), que agrupa, entre otros, a sectores islamistas en los que Al Qaida no está ausente. El diplomático estadounidense Walid Maslouf, quien fuera representante alternativo de EE.UU. ante la Asamblea General de la ONU en el 2003, declaró al Daily Star que “las puertas de la Casa Blanca y del Congreso están abiertas a los representantes de la comunidad siria expatriada, la mayoría de los cuales apoyan al CNS, y agregó que EE.UU. ayuda secretamente a la oposición, aunque no especificó si la asistencia era financiera o militar” (www.dailys tar.co.uk, 20-2-12). El día anterior, el senador republicano John McCain insistió ante Obama que los rebeldes merecen que se les envíen armas. McCain no parece un hombre muy enterado.
El 24 de diciembre que pasó se produjeron dos atentados suicidas en Damasco contra sendas oficinas de seguridad. El saldo: 44 muertos y 166 heridos. El régimen atribuyó el hecho a Al Qaida, y la oposición, al gobierno. La duda se disipó la semana pasada cuando el general (R) James Clapper, director del servicio de inteligencia estadounidense, informó al Comité de Servicios Armados del Senado que esos atentados “tienen todas las características de los ataques de Al Qaida” (www.telegraph.co.uk, 18-2-12). “Creemos –agregó– que Al Qaida de Irak está alcanzando a Siria.” Como en Libia, se infiltra o es aceptada en la oposición y nadie lo ignora en la Casa Blanca.
Hay, en efecto, un movimiento de ida y vuelta en la zona. Durante la ocupación de Irak, armas y combatientes llegaban desde Siria. El curso se ha invertido ahora y Al Qaida lo saluda. Aman Al Zawairi, sucesor de Bin Laden, manifestó que es deber de todo musulmán participar en la Jihad en Siria. Un mensaje en el sitio iraquí de la organización terrorista formula sin ambages: “Mucha gente luchó hombro con hombro con el estado islámico de Irak y es una buena nueva la llegada de combatientes de Irak para ayudar a sus hermanos de Siria” (www.independent.co.uk, 20-2-12). Recuérdese que el Irak de Saddam Hussein era un Estado laico, como lo es hoy Siria, el único en el mundo árabe.
La guerra de Irak se desató como consecuencia de los atentados del 11/9 para exterminar a Al Qaida. Es notable que sus miembros participen en una oposición siria que EE.UU. y la OTAN sostienen. Habrá intereses afines.
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