Jueves, 14 de julio de 2016 | Hoy
Por Juan Gabriel Tokatlian*
Se ha publicado en días recientes el nuevo informe sobre sustancias psicoactivas ilícitas elaborado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc en su sigla en inglés). En esta oportunidad ningún alto funcionario ni tampoco ningún político oficialista u opositor, figura religiosa, comunicador o personaje público se ha pronunciado al respecto. El informe 2016 de Unodc evita darle un lugar específico a la Argentina en términos de su papel en el tráfico internacional de drogas; lo cual no significa que el país ya está inserto en la compleja geopolítica de las drogas. En años anteriores esa oficina de Naciones Unidas le asignaba a la Argentina un rol prominente en la exportación de cocaína en particular.
Así, citando informes previos de Unodc, el presidente Mauricio Macri afirmó en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso de 2016 que la Argentina es “el tercer país proveedor mundial de cocaína”. La canciller Susana Malcorra repitió esa aseveración ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Y según la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en una entrevista al periódico El País (España), el problema de las drogas en el país es “muy grave. Argentina es punto de salida para Europa… Estamos en altos niveles de exportación de coca. El nivel de alerta es amarilla”.
Quizás el llamativo silencio actual se deba a que Naciones Unidas ha entendido que sus aseveraciones categóricas resultaban poco rigurosas y bastante infundadas. En realidad, solo servían para que los proponentes, dentro y fuera del gobierno, de “argentinizar” la “guerra contra las drogas” usaran los informes de UNODC para avalar su cruzada más que para afrontar y resolver las reales dificultades del país en materia de drogas.
Muchas fuentes reconocidas ya habían cuestionado el método y las observaciones de Naciones Unidas. Así, un reciente trabajo (Rose Eventon y Dave Bewley-Taylor, An Overview of Recent Changes in Cocaine Trafficking Routes into Europe, Lisboa: 2016) del European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction indicó: “La inclusión de la Argentina en el tercer puesto (como exportador de cocaína) en la lista de Unodc es probablemente engañosa en cuanto a la relativa importancia del país como punto de partida (de la cocaína). Si bien el uso de la ruta del Cono Sur para la cocaína originada en Bolivia se ha incrementado… los datos de las incautaciones en Europa de cocaína proveniente de puertos de la Argentina muestran montos pequeños… En el Informe International Narcotics Control Strategy Report de 2014 del Departamento de Estado estadounidense no se incluye a la Argentina en la lista de países principales en materia de tráfico (de drogas)”.
A su vez, de acuerdo a otro informe reciente (European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction and Europol, EU Drug Markets Report: In-Depth Analysis, Luxemburgo: Office of the European Union, 2016) los principales puntos de partida de cocaína de América del Sur hacia Europa son Colombia, Brasil y Venezuela. En el caso del flujo de cocaína en dirección de Asia/Oceanía el principal punto de origen en Suramérica es Ecuador con casi el 50 por ciento y tal como indica un informe de la oficina del Zar anti-drogas de Estados Unidos (Office of National Drug Control Policy, Cocaine Smuggling in 2013, Washington D.C.: ONDCP, 2015) desde la Argentina han salido “montos pequeños”.
En cuanto a la cocaína que arriba al Sur-Este de Europa los dos principales puntos de partida en América del Sur son, según Naciones Unidas (United Nations Office on Drugs and Crime, The Illicit Drug Trade Through South-Eastern Europe, Viena: United Nations, 2014), Bolivia y Paraguay. Según la West Africa Commission on Drugs(West Africa Commission on Drugs, “Not Just in Transit: Drugs, the State, and Society in West Africa”, informe 2014), Colombia, Venezuela, Ecuador y Brasil son los principales puntos de envío de cocaína hacia África Occidental. Cabe agregar que, en el National Drug Threat Assessment de 2015 de la Administración del Control de Drogas (DEA), México y las organizaciones criminales mexicanas aparecen mencionadas en 168 ocasiones; Colombia y las organizaciones criminales colombianas en 86; República Dominicana y las organizaciones criminales dominicanas en 61; Perú en 19; Venezuela en 8; Centroamérica en 6; y Bolivia en 4: la Argentina es nombrada en solo una oportunidad.
En síntesis, es hora que el gobierno deje la retórica en términos de un discurso sobre-exagerado acerca del tráfico hacia el exterior de drogas que llegan a la Argentina, que se ocupe más por tener un buen diagnóstico en materia de sustancias psicoactivas en el país y que se aboque a elaborar una estrategia razonable y realista para abordar los retos domésticos del auge del lucrativo negocio de las drogas.
* Profesor Plenario de la Universidad Di Tella.
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