CULTURA
Homofobia peruana
“La Argentina es un islote de tolerancia”, señala Jaime Bayly, respecto de los avances en materia de legislación a favor de los homosexuales y lesbianas, como la unión civil. “La homofobia es una postura políticamente reprobada por la mayor parte de los ciudadanos argentinos”, opina el escritor. “Perú sigue anclado en sus viejos prejuicios machistas, puritanos, católicos y tanto la clase política como la prensa defienden una agenda homofóbica”, compara Bayly. “Hace un par de años fui a un programa de televisión en Barcelona y un amigo gay me dio un beso en la boca. Las imágenes llegaron a Perú y se armó un escándalo tremendo. Para mí fue muy doloroso ver cómo la prensa organizaba un linchamiento sólo porque había besado a un hombre adulto en televisión, en horario de medianoche. Pasaban esos besos todo el día, con curas, psiquiatras, psicólogos y políticos que opinaban acerca de los daños catastróficos que eso iba a provocar en la juventud peruana. Hablaban de lo mal padre que era, y sugerían que la madre debía cambiarles el apellido. Perú sigue siendo un país oscurantista y trasnochado, donde no se respeta la libertad sexual.”Homofobia
peruana
“La Argentina es un islote de tolerancia”, señala Jaime Bayly, respecto de los avances en materia de legislación a favor de los homosexuales y lesbianas, como la unión civil. “La homofobia es una postura políticamente reprobada por la mayor parte de los ciudadanos argentinos”, opina el escritor. “Perú sigue anclado en sus viejos prejuicios machistas, puritanos, católicos y tanto la clase política como la prensa defienden una agenda homofóbica”, compara Bayly. “Hace un par de años fui a un programa de televisión en Barcelona y un amigo gay me dio un beso en la boca. Las imágenes llegaron a Perú y se armó un escándalo tremendo. Para mí fue muy doloroso ver cómo la prensa organizaba un linchamiento sólo porque había besado a un hombre adulto en televisión, en horario de medianoche. Pasaban esos besos todo el día, con curas, psiquiatras, psicólogos y políticos que opinaban acerca de los daños catastróficos que eso iba a provocar en la juventud peruana. Hablaban de lo mal padre que era, y sugerían que la madre debía cambiarles el apellido. Perú sigue siendo un país oscurantista y trasnochado, donde no se respeta la libertad sexual.”