La Selección no consiguió ayer hacer un buen partido frente a Egipto, pero igual pudo llevarse de El Cairo una cómoda victoria por 2-0, con goles de Sergio Agüero y Nicolás Burdisso, de cabeza. El conjunto de Alfio Basile, que jugó con Lucho González con funciones de enganche y probó en el medio con Javier Mascherano y Fernando Gago, dos que se entendieron poco, fue apenas superior al campeón africano, que mostró poca actitud ofensiva y se paró muy atrás como para cerrar espacios.

Sólo si se juzgan las situaciones de gol, aunque no fue un partido de esos que colman la vista, la Selección dejó una imagen aceptable. Porque si bien recién pudo abrir el marcador a los 66 minutos, antes contó con varias chances: un cabezazo de Burdisso, en jugada de tiro de esquina; una avivada de Maxi Rodríguez, quien se llevó la pelota en un rebote, la pasó por encima del arquero El Hadari y después terminó perdiendo frente al cierre de uno de los centrales.

Lo que no anduvo bien fue el juego del equipo de Basile. Pero el problema no fue la apuesta de Lucho González con la ropa de Riquelme, el ex Huracán y River jugó e hizo jugar a sus compañeros, sino la confusión que se generaba entre Gago y Mascherano a la hora de jugar la pelota e imprimirle ritmo. El ex River corría todas pero participaba poco del juego y el ex Boca, unos metros más arriba, parecía no hallarse en la posición.

Egipto, parado atrás para aguantar las embestidas, le cerraba bien los espacios a la Selección, y ahí fallaba el trabajo de los mediocampistas. La idea de los locales era intentar desnivelar por los costados, pero apenas lo consiguió con un par de buenas asociaciones entre Zidan y Motaeb.

En el momento en que los de Basile, frente a la escasez colectiva, se perdían en intentonas individuales, Egipto atravesó su mejor momento, aunque fue pobre en llegadas: un remate de Zidan de media distancia y una avivada del mismo atacante, que vio adelantado a A-bbondanzieri y probó desde afuera, aunque el arquero retrocedió y contuvo en dos tiempos.

El segundo tiempo ofreció más de lo mismo. La Selección no consiguió mejorar su producción, Egipto obligaba poco, más allá de que contó con dos chances más o menos peligrosas, y el partido cayó en un pozo de imprecisiones y desaciertos. Eso hasta que apareció Agüero y puso el 1-0, tras un pelotazo largo que el delantero bajó luego de una extensa corrida para sacar un remate cruzado que no encontró respuesta en El Hadari. Después, habilitado por Gago, tuvo otra buena oportunidad, pero se engolosinó y no llegó a concretar el disparo.

Más sereno por la ventaja, el equipo argentino no tuvo problemas para cerrar el partido. Basile comenzó a ensayar cambios, mandó a Cavenaghi (por Cruz que, encargado de arrastrar marcas para que Agüero rompiera el cerrojo, había tenido poco contacto con la pelota), después debió entrar Colo-ccini (por Demichelis, lesionado) y Lisandro López (por Agüero). Sin embargo, fue Burdisso, con un cabezazo certero en jugada de pelota detenida, quien amplió la ventaja para que la Selección se llevara, al fin y al cabo, un resultado digno para una actuación regular.