La suspensión preventiva del gerenciamiento de Blanquiceleste SA en Racing entró ayer en vigencia, luego de la decisión que tomó el juez Enrique Gorostegui, quien está a cargo de la quiebra de la entidad de Avellaneda. La medida se tomó porque se considera que hubo incumplimiento de contrato por parte de la gestión encabezada por Fernando De Tomaso. A través de un comunicado, desde la empresa argumentaron que no fueron informados de la resolución, pero que apelarán la medida cuando sean notificados. El interventor Héctor García Cuerva había intentado recientemente alcanzar una salida más prolija y negociada con De Tomaso. Pero ante el rechazo del empresario, los tiempos se precipitaron y García Cuerva recurrió a la Justicia para pedir que se dé por concluido el gerenciamiento argumentando “incumplimiento de contrato”. Además, el interventor le pidió a Gorostegui una medida cautelar para que se le suspenda transitoriamente el gerenciamiento a Blanquiceleste hasta que el juez se expida, a lo cual el magistrado también accedió. Mientras tanto, el plantel se entrenó a puertas cerradas y ni el técnico, Juan Manuel Llop, ni los jugadores realizaron declaraciones. “La orden vino de arriba”, comentó un empleado de Blanquiceleste en referencia al silencio de los futbolistas y el entrenador. Por la tarde, en el comunicado oficial de la empresa se informó que “no se harán declaraciones al respecto hasta el final del torneo, por considerarlas perjudiciales e inoportunas para el equipo”.