Sentimientos encontrados los de Lionel Messi. Desde mostrar al fin su disconformismo por la manera en que lo consideran los hinchas argentinos, que perdieron su enamoramiento, a celebrar la conquista asegurada del premio FIFA al Mejor Jugador del año, un galardón que se descontaba y que le entregaron en Zurich, siendo el primer argentino en conseguirlo: en 1999 Gabriel Batistuta había terminado en tercer lugar.

“Cansado no estoy, pero sí me molesta un poco”, dijo sobre las dudas que despierta en la Argentina, injustamente acrecentadas desde el gol que le convirtió a Estudiantes el sábado en Abu Dhabi, el del triunfo del Barcelona en el Mundial de Clubes. “Soy argentino y siento la camiseta como el que más”, dijo Messi, de 22 años, radicado desde hace trece en la capital catalana.

“Tuve la suerte de conseguir todo con mi club y me encantaría lograrlo con la camiseta argentina”, dijo mientras esperaba por el premio de la FIFA. “Yo intento hacer lo mismo que en el Barcelona, pero las Eliminatorias son complicadas, a veces es difícil jugar y hacer el juego que pretende hacer Argentina”, dijo.

El Mundial de Clubes demostró que en el equipo de Josep Guardiola su posición y responsabilidades son bien distintas de las que se le otorgan cuando se calza la camiseta celeste y blanca, lo que conspira contra la paridad de rendimiento en una y otra situación. “Nos costó mucho clasificarnos, pero el Mundial puede ser completamenente distinto. Espero que sea mejor para mí y para Argentina.”

Por la noche, con el voto de todos los seleccionadores y capitanes de selección de países afiliados a FIFA, Messi obtuvo el premio por sobre el portugués Cristiano Ronaldo y el español Xavi, compañero de Messi en el Barcelona. “Por suerte hoy en día el fútbol es todavía más talento que fuerza física”, dijo Xavi. “Y el talento todavía se impone por encima de las cuestiones físicas.”

A la cosecha colectiva de seis títulos (Champions League, Liga de España, Copa del Rey, Mundial de Clubes y Supercopas española y europa), Messi sumó premios individuales, como el Balón de Oro de France Football, que permitían anticipar el premio. La diferencia fue abrumadora: 1073 puntos contra 352 del portugués y 196 del español. “Tuve la suerte de convertir muchos goles en las finales, es cierto, pero todo es producto del trabajo grupal –aseguró–. Yo sólo tuve la fortuna de anotar.”

Los seleccionadores y capitanes eligen tres jugadores y les asignan un orden de preferencia que otorga puntos en orden decreciente, pero no pueden votar por ningún compatriota. Diego Maradona se inclinó por Didier Drogba, Wayner Rooney y Zlatan Ibrahimovic, mientras que Javier Mascherano se inclinó por Michael Essien, Steven Gerrard y Thierry Henry.