Un record mundial es, precisamente, por su dificultad, algo infrecuente. Y si se logra en nuestro país y por un atleta argentino nos llena de alegría. No es ésta una gestión de la Secretaría de Deporte de la Nación a la que le guste subirse al éxito para la foto. Simplemente nos pone muy contentos y orgullosos el haber colaborado de diversas formas (becas, competencias) desde hace años con el gran talento de Braian Toledo y el trabajo de su entrenador, Gustavo Osorio, cuando todavía casi nadie, ni aun en su medio deportivo, reparaba en ellos.

La hazaña de Braian en el Cenard, con su espectacular lanzamiento de 84,85 metros de la jabalina, superando así el record juvenil anterior del ruso Valery Yordan por más de un metro, agiganta su valor por el recorrido previo, un viaje casi directo de los Juegos Evita a la elite mundial. Esta marca no sólo tiene el valor numérico para la estadística, sino también el de demostrar que un círculo virtuoso entre el deporte social y el alto rendimiento es posible. Es que el talento está en todos lados y la función del Estado es darle la oportunidad de manifestarse. Eso es lo que hicimos, por eso la alegría es doble.

* Director nacional técnico deportivo