Martes, 2 de marzo de 2010 | Hoy
DEPORTES › TENIS > EL PáLIDO ARRANQUE DE LA DAVIS VERSIóN 2010 ALIENTA LAS REFORMAS
Sólo tres tenistas top-ten tomarán parte de la primera ronda del torneo, este fin de semana, entre lesiones y deserciones. Frente a los rumores de la creación de una Copa del Mundo, la Davis no nuestra su mejor rostro.
Por Pablo Sanguinetti
Atrás quedaron los tiempos de McEnroe, Vilas y Borg: cuando este viernes comience la edición 2010 de la Copa Davis, sólo tres “top ten” saltarán con seguridad a las pistas. Demasiado poco para responder a quienes se están planteando reformar el torneo o, sencillamente, eliminarlo.
Y es que la deliciosa mezcla de tenis, pasión nacional y potencia emotiva con la que se preparaba hasta hace poco la Copa Davis ahora es un trago amargo a base de lesiones, conflictos de intereses y ausencia de grandes estrellas.
¿Qué está pasando con la Davis? Ivan Ljubicic, héroe de la única que conquistó Croacia, en 2005, tiene una respuesta breve y contundente: “Es mala para los jugadores”, según dijo esta semana a la agencia dpa en Dubai. “Los top no están jugando. Me parece una pena, porque estoy seguro de que todos quieren jugarla. Pero con este sistema, con este calendario, los mejores no pueden.”
El calendario es, precisamente, uno de los principales argumentos contra el torneo. Un comienzo de año plagado de lesiones volvió a sacar a la luz las eternas discusiones en la ATP para acortar la temporada. Y la Davis, un torneo que ocupa cuatro semanas del año con partidos jugados al mejor de cinco sets, es un buen candidato para el recorte.
Tampoco ayuda la recompensa que ofrece ese esfuerzo supremo: la Copa Davis es la única fuente de ingresos para muchas federaciones y un motivo de orgullo nacional para el jugador, pero muchos tenistas prefieren ver reflejados sus éxitos en dólares y puntos para el ranking. Dos ingredientes que no vienen dentro de la ensaladera.
Quienes deben digerir ese cóctel de problemas son los capitanes de los equipos, obligados a convocar a jugadores de segunda y tercera fila. Los casos de España y Argentina, dos países con una fuerte tradición en la Davis, son clamorosos.
Los europeos no pudieron contar ni con Rafael Nadal ni con Fernando Verdasco, ambos por lesión (si bien Verdasco estuvo jugando esta semana en Acapulco). Además, Feliciano López decidió no integrar el equipo para preparar mejor otros torneos. En el equipo argentino, Juan Martín Del Potro, David Nalbandián y Juan Mónaco también son baja por problemas físicos.
Pero la ausencia de los grandes afecta a casi todos los equipos: Suiza, que sigue sin tener un título en la Davis pese a contar con uno de los mejores tenistas de la historia, volverá a afrontar la eliminatoria sin Roger Federer. Andy Roddick no jugará con Estados Unidos. Y Nikolai Davydenko duda de jugar con Rusia por una lesión que no termina de resolver en la muñeca.
Los únicos “top ten” que supieron y quisieron sortear inconvenientes físicos, calendarios saturados y conflictos de intereses son el serbio Novak Djokovic, número 2 del mundo, el sueco Robin Soderling, número siete (contra la Argentina), y el croata Marin Cilic, número nueve.
Si el diagnóstico está claro, la solución no lo es tanto. Entre las propuestas que mejor recibimiento tuvieron hasta ahora está la de crear una Copa del Mundo de tenis que reemplace a la Davis.
Tal como Página/12 adelantó en enero, el nuevo torneo sería bianual, contaría con la participación de 32 países y duraría diez días, con partidos al mejor de tres sets. “Claro que estoy a favor”, afirmó en su momento Nadal.
Otros, sin embargo, ven esa opción con más reticencia. El sueco Aspelin, que jugará el dobles frente a Argentina, reconoció los problemas de la Davis, pero optó por una solución intermedia: “Antes que tener un Mundial, preferiría que la Davis se jugara cada dos años”, explicó.
“El hecho de que los jugadores top no estén jugando perjudica un poco a la Copa Davis. La temporada es muy larga y hay un montón de grandes torneos todo el tiempo. Creo que la Davis es muy importante para todos los países, es buena para el tenis, pero tal vez no debería jugarse todos los años.”
Una idea similar expresó Del Potro la semana anterior. “A veces la Copa cae en una etapa complicada del calendario (...) el tema pasa más por una cuestión de fechas, de ubicar los partidos en momentos que no sean tan comprometidos para los jugadores.” El número cinco del mundo consideró que como opciones jugar toda la Copa Davis en quince días o celebrarla cada dos años.
Ljubicic calificó la idea de la Copa Mundial como “un gran error”: “Significa que todos los equipos jugarían en un solo lugar y que de ahí saldría el ganador. Eso sería un desastre para el tenis de países pequeños, como Croacia. Porque la Davis es la única forma en que pueden ganar dinero las federaciones pequeñas”.
Pero el croata fue más allá para denunciar un problema de fondo: “La FIT tiene que venir y hablar con los jugadores (...) Y entonces se encontraría la solución. El problema de la FIT es que nunca habla con los jugadores. Mientras no se den cuenta de eso, nada va a cambiar”.
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