DEPORTES
Argentina supo y pudo remontar un partido muy chivo en el Centenario
Venía muy complicado en el primer tiempo. Uruguay jugó mejor, sacó ventaja y pudo aumentar. En el segundo, los cambios ofensivos y el espíritu lo dieron vuelta: Pisculichi consiguió el empate.
Valiosísimo empate del Sub 20 de Argentina en un partido en el que fue, durante largos minutos del primer tiempo, ampliamente deminado por un Uruguay más convencido y coherente. El golazo de Olivera hacía justicia. Cortado, sin fútbol, el equipo de Tocalli no podía. Los cambios –de hombres y de actitud– en el segundo, le hicieron merecer largamente el empate que alcanzó Pisculichi, de afuera, a siete del final. Bueno y laborioso el debut en el hexagonal. Para celebrar.
Uruguay arrancó con más decisión. Tanto que antes del minuto de juego ya había generado dos chances de riesgo. De a poco, el equipo argentino salió del asedio. A partir de la insistencia de Tévez, más activo que en los partidos anteriores, Argentina equilibró. El de Boca aguantaba la pelota e intentaba conducir con su gambeta, aunque le faltaba compañía. El esquema que planteó Tocalli, sin volantes por afuera ni marcadores de punta capaces de trepar, le quitó sorpresas al ataque: no se llegaba nunca.
Dentro de un panorama parejo, Uruguay impresionaba mejor porque tenía más profundidad en ataque. La habilidad de Guerrero era un problema sin solución, ya que Walter García no lo podía contener. Incluso, el equipo local pudo ponerse en ventaja en una doble acción sobre los 25 minutos, pero el travesaño devolvió un cabezazo de Martínez y luego Eberto salvó su arco con una gran atajada ante el rebote que capturó Guerrero. Pero Uruguay tuvo su premio con una gran jugada de Olivera. El enganche le metió un caño a García, evitó el tímido cruce de Belluschi y luego sacó un puntazo violento, que se coló por el primer palo de Eberto. El gol uruguayo descontroló a los chicos argentinos, que perdieron la línea. En ese pasaje, Uruguay pudo sacar algún otro gol de ventaja.
Nada cambió en el comienzo del segundo tiempo. Los chicos argentinos seguían sin producir fútbol. Hasta que los cambios (Carrusca primero y Pisculichi –por Barboza– después) más una actitud de buscarse y encarar, arrinconaron a Uruguay. En la última media hora Argentina fue mucho más y lo pudieron hacer Carrusca y Tévez con sendos cabezazos tras grandes habilitaciones y lo tuvo también Rivas dos veces. Hasta que el pibe de Argentinos la puso de afuera y fue justicia.