Martes, 21 de diciembre de 2010 | Hoy
DEPORTES › BASQUETBOL > EL CLUB CORDOBéS SE QUEDó CON EL SúPER 8 EN FORMOSA
Logró uno de los títulos que faltaban de su vitrina. Y lo consiguió venciendo nada menos que a Peñarol de Mar del Plata, el equipo del momento en la Liga Nacional, que vio cortada así su racha de cinco trofeos consecutivos.
Atenas se dio un gran gusto. En un año en que su propia dirigencia consideraba la transición, el club cordobés festejó el título del Súper 8 al ganarle 92-88 la final a Peñarol, el equipo del momento en la Liga nacional. De esa manera, el conjunto más ganador de la historia sumó uno de los pocos trofeos que le faltaban. Para los marplatenses, la final perdida significó romper una espectacular racha de cinco títulos consecutivos, que casualmente se había iniciado en el Súper 8 del año pasado, justo ante Atenas.
La final de la Liga Nacional perdida en mayo determinó que la dirigencia de Atenas diera un fuerte vuelco y dejara de lado a los grandes nombres para apostar a un entrenador joven, que venía de las categorías de ascenso, como Sebastián González, y varios jugadores con menos pergaminos que los habituales para la entidad cordobesa. Sin embargo, la apuesta viene saliendo bien. El equipo marcha primero en la segunda fase de la Liga y en la noche del domingo se vengó del mejor equipo argentino del momento y lo superó con lo justo en una final muy peleada que se definió en los últimos instantes, en el estadio Cincuentenario de Formosa. “Este es un equipo con jugadores con mucha hambre de ganar, que se mata en la cancha y que nunca da por perdido un partido. Estoy inmensamente feliz por dirigir este grupo y por haber ganado el Súper 8”, señaló González, de apenas 33 años, tras la conquista.
Para quedarse con el título, Atenas contó con el sorpresivo aporte de Miguel Gerlero, autor de 33 puntos y elegido el jugador más valioso del torneo. Gerlero es uno de esos valores que vienen desde el ascenso y que están brindando un rendimiento superior al esperado. “La verdad, no me lo esperaba. Tenemos un plantel muy largo, en el que hay varias figuras. Esta vez me tocó a mí y me pone muy contento”, contó el alero cordobés. Y el otro punto alto estuvo en Bruno Lábaque, hijo de Felipe, el hombre fuerte del club, que regresó para convertirse en el líder espiritual de los más jóvenes. Con cuatro triples en cuatro intentos, dos de ellos en el último cuarto, más cinco asistencias, el base fue clave en el tramo decisivo del partido. “Me siento feliz nuevamente dentro de una cancha. Esa es la clave. Ahora iremos por el título de Liga”, indicó Lábaque, que les dedicó el éxito a los que criticaban el armado del plantel a principio de temporada: “Tapamos muchas bocas”.
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