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La mayoría de las casi 500 máquinas que competirán en la edición 2012 del Rally Dakar ya están en Mar del Plata, punto de partida de la competencia, después de haber cruzado la Capital Federal (foto). Son, en general, las que vinieron de Europa por barco y estuvieron cerca de una semana en un playón cercano a Zárate. Los vehículos que utilizarán los pilotos argentinos tienen tiempo hasta mañana para entrar a la Base Naval de Mar del Plata, donde se hará la verificación técnica. Entre ellos estarán las tres camionetas de la Legión Argentina, tripuladas por pilotos que, todo el año, eligen el asfalto del TC y el TC 2000 para apuntalar su fama.

Emiliano Spataro (que competirá con el número 351), Juan Manuel Silva (357) y Norberto Fontana (368) repiten la experiencia de 2011, en la que los dos primeros dieron la vuelta; para esta ocasión cambiaron los buggies McRae con los que corrieron a comienzos de año por sendas camionetas Volkswagen Amarok, preparadas por lo más granado de la técnica de competición argentina.

Fontana, con pasado en Fórmula 1, quiere poder llegar a Lima, punto final de esta edición. “La camioneta es muy estable, es lo que más me sorprendió; es otra cosa respecto de los buggies y transmite más confianza. Me gustó mucho la suspensión y lo pegada al piso que va.”

Las VW fueron alistadas en los talleres del Dole Racing, campeón de TC; las suspensiones y el armado general se hicieron en Córdoba, con la experiencia de los hermanos Barattero, de copiosos antecedentes en el Rally; y a los motores les sacaron un poco más de pimienta en la Fortaleza de Oreste Berta, en Alta Gracia.

“El motor también se mejoró mucho, especialmente en aceleración. Es todo mérito de Berta, pero como además se le bajaron casi 600 kilos al peso total, eso influye como si hubiéramos ganado 50 caballos más.”

También, y a diferencia de 2011, Spataro (que este año ganó en las tres categorías en las que corrió, en TC, TC 2000 y TRV6), Silva y Fontana tendrán navegantes, que irán cantándoles la ruta. En 2011 lo hicieron en soledad. “Dos noches consecutivas estuve perdido en el desierto”, recuerda Silva. “El contrato que firmamos decía que si le prendíamos fuego al auto, teníamos que pagarlo todo –explica Spataro–. Me parecía una cláusula rara, pero en carrera varias veces tuve ganas...”

Para Fontana, “hay que ir tranquilo, la carrera es muy larga, quizás este año la subestimé”. En la ruta, de casi nueve mil kilómetros hasta Lima, los pilotos tendrán la asistencia técnica del equipo McRae: dos camiones 6x6, un camión 4x4, tres camionetas 4x4, un buggy 4x2 y 24 personas asistiendo. “El Dakar es la carrera más larga del calendario y está hecha para sufrir”, insiste Silva, que espera seguir corriendo con esta camioneta durante todo 2012 en el torneo argentino. El próximo Dakar, según el Instituto Nacional de Promoción del Turismo (Inprotur), puede causar un impacto económico de más de 300 millones de dólares.