Desde las tribunas, los integrantes de la Selección Argentina Sub-20 seguirán las alternativas de la cuarta jornada con la esperanza de que se den dos resultados favorables para seguir con chances de clasificación para el hexagonal. A partir de las 20, Colombia se medirá con Bolivia, mientras que luego se enfrentarán el ya clasificado Chile ante Paraguay.

Con tres partidos disputados, el conjunto de Marcelo Trobbiani apenas sumó un punto y se encuentra en la última posición del Grupo A, junto con Bolivia. La zona la encabeza Chile, con nueve unidades y con su plaza en la siguiente ronda garantizada, mientras que Paraguay y Colombia, con tres, se perfilan como los otros dos candidatos a avanzar a la siguiente fase. Con ese panorama, las alternativas para Argentina son muy complicadas, ya que necesita que Paraguay y Colombia no sumen más de dos puntos en los dos partidos que le restan.

La eliminación argentina puede quedar consumada hoy mismo: si Colombia derrota a Bolivia y Paraguay vence al ya clasificado Chile, el conjunto de Trobbiani se quedará sin Mundial. Claro que tampoco le sirve demasiado una victoria de Bolivia ante los colombianos, ya que en ese caso el conjunto del altiplano quedará muy cerca de avanzar a la siguiente ronda. Por eso, lo mejor para las aspiraciones argentinas sería un empate. En ese caso, Argentina tendrá la chance de igualar a Colombia en las posiciones con una victoria en la última fecha y definir el lugar por diferencia de gol.

“Estamos al borde de la eliminación. No hay que echarle la culpa a nadie, yo tengo toda la responsabilidad. Teníamos todas las ilusiones y expectativas. Estoy muy decepcionado y el único culpable soy yo”, fue el crudo análisis de Trobbiani tras el pobre empate ante Bolivia. “Creo que los nervios, la ansiedad de jugar en casa, tratando de dar lo mejor, te hacen poner nervioso como en el primer tiempo, y puede ser un punto clave la juventud. Pero en el segundo tiempo el equipo tuvo personalidad y jugó”, indicó el DT, que ahora se encuentra en la mira por los malos resultados.

Si los resultados necesarios para seguir con chances no se dan y Argentina queda eliminada, será una frustración mayúscula. Desde 1995, cuando José Pekerman se hizo cargo de las selecciones juveniles, luego de la sanción que habían sufrido los conjuntos argentinos tras el Mundial de Portugal 1991, siempre avanzó a la etapa decisiva de los torneos Sudamericanos. Y sólo en 2009, con Sergio Batista como DT, no consiguió su plaza para el Mundial.