DEPORTES › FUTBOL > MáS PENAS QUE ALEGRíAS PARA LOS CINCO EQUIPOS MáS POPULARES

¿Qué pasa con los grandes?

 Por Ariel Greco

RIVER 9

Andan mejor los suplentes

El equipo de Ramón Díaz sufrió ante San Lorenzo el primer tropiezo fuerte en este nuevo ciclo. No tanto por el resultado, que en un clásico y de visitante es una chance probable. Lo llamativo fue la manera en la que fue superado, tanto en lo físico como en lo anímico. El DT buscó cambiar la historia con tres modificaciones juntas y variación de esquema táctico en el entretiempo, pero no lo consiguió en la medida de lo esperado. Habrá que ver de qué manera impactó el golpe en la confianza de un equipo que venía inmaculado en ese aspecto. La palabra la tendrá el técnico, que deberá decidirse por continuar con los mismos hombres y el proyecto original o darle pista a un nuevo esquema, con individualidades como Iturbe, Rojas y Luna que vienen rindiendo más que los titulares. Lo bueno para River es que nadie sacó real provecho de su tropiezo y apenas sigue a un punto del líder Lanús.

INDEPENDIENTE 6

Menos ánimo que juego

Inmerso en la pelea del descenso, los picos de euforia que atraviesa el equipo de Américo Gallego lo llevan a vivir en un estado de nervios. La derrota inicial ante Newell’s lo colocaba al borde de la B Nacional, las dos victorias seguidas ante Vélez y Racing, más la circunstancial salida de la zona de descenso, parecían haberlo catapultado a la pelea por el título. Y ahora, el subibaja lo dejó otra vez preocupado, tras la caída ante Arsenal. Por eso, su pelea a esta altura parece más anímica que futbolística. De a ratos, mostró juego como para no tener que penar con la permanencia. Pero ante algún infortunio, la matemática vuelve a aparecer y con ella los fantasmas. Para colmo, la buena campaña de Quilmes genera más incertidumbre. Superarlos es el gran desafío para los jugadores, el cuerpo técnico que encabeza Gallego y hasta el de los hinchas.

SAN LORENZO 6

Precisa poder de fuego

Es el único de los grandes que sigue invicto y que ganó el fin de semana. Su rendimiento ante River despertó ilusión porque superó al hasta ese momento líder con asombrosa claridad. Si consigue arrastrar esa motivación y decisión a otros partidos, se puede pensar en un potencial candidato. Sin embargo, para poder pelear con mayor decisión debe conseguir una mayor profundidad y, sobre todo, una mayor eficacia frente al arco rival. En cuatro partidos anotó sólo tres goles, dos de los cuales fueron el domingo. Y el dominio que ejerció no se trasladó a la cantidad de situaciones de gol generadas. Con un plantel corto en ese sector de la cancha, donde no sobran variantes –ante River debutó el goleador de la reserva Contreras–, el desafío para Pizzi es darle continuidad a ese juego mostrado el domingo y entregarle más poder de fuego a su equipo.

BOCA 4

Gran problema colectivo

La alegría por el retorno de Juan Román Riquelme ni siquiera le duró un partido. La clamorosa caída ante Unión le devolvió todas las dudas que parecía haber despejado en Ecuador, y las declaraciones de Carlos Bianchi empiezan a perfilar a un equipo titular para la Copa Libertadores y otro alternativo en el torneo local. Más allá de la elección, ninguna formación ofrece garantías y el técnico no para de probar nombres. Sin embargo, más allá de los bajos rendimientos individuales, los problemas de Boca, sobre todo defensivos y en la mitad de cancha, parecen obedecer más a cuestiones colectivas que jugadores puntuales. Con Riquelme en el nivel que mostró y con la lógica evolución que le daría la continuidad, tiene chances de mejorar su imagen. Pero para pelear por los objetivos planteados hace falta bastante más que esperar que el líder solucione todos los problemas.

RACING 4

Sin una idea clara en la cancha

El presente asoma complicado, no tanto por los puntos cosechados, sino por una cuestión de identidad. Por razones de fuerza mayor, el aire renovador del año pasado, con los pibes Centurión, Fariña y Vietto como abanderados, parece archivado. Para colmo, insertar a Bolatti en el equipo no asoma como una tarea sencilla. Con esos dos problemas a cuestas, el conjunto de Zubeldía parece ir a la deriva, sin una idea de juego clara y con su gente mirándolo con desconfianza. Sin el desequilibrio de los juveniles, Racing se transformó en un conjunto lento y previsible, con jugadores estáticos y sin dinámica. Lo curioso es que Racing muestra en la cancha todo lo contrario de lo que pregona el entrenador en su discurso. La aparición de otro pibe, De Paul, puede ser el inicio de una nueva etapa, en la que el equipo se parezca más al del torneo pasado que al híbrido en el que se ha transformado.

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Imagen: Julio Martín Mancini
 
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