DEPORTES › EL IMPACTO ECONóMICO DE LA COPA DEL MUNDO EN BRASIL
Acaso para compensar las protestas por los gastos, ayer se anunció un equilibrio en la balanza comercial del país gracias a los ingresos de divisas de los turistas que vinieron a ver el Mundial, lo que no resulta nada barato.
› Por Facundo Martínez
Desde Belo Horizonte
Los diarios de esta ciudad reparten tus portadas en dos partes: el fútbol y la política. Los debates encendidos debido a la proximidad de las elecciones presidenciales de agosto impactan al lector: en Estado de Minas, uno de los diarios más importantes de Minas Gerais, un contrapunto entre el sociólogo y ex presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, del PSDB, y ex presidente Lula da Silva, del PT, permite entender qué es lo que se está debatiendo por estas horas. “Lamento que el ex presidente Lula haya llevado la campaña electoral a niveles tan bajos, no era preciso vestir un disfraz”, disparó el primero. “Si en 2002 hicimos campaña para que la esperanza venza al miedo, ahora vamos a hacer campaña para que la esperanza venza el odio”, respondió el segundo.
Lo interesante aquí es que las discusiones y debates se pueden ver en vivo en la mayoría de los canales de noticias durante la mañana y en los resúmenes vespertinos. Más allá del fútbol, la buena noticia para los brasileños parece venir por el lado de la economía, ya que como balance de lo que fue la primera semana del Mundial, se anunció un crecimiento importante de la recaudación y un equilibrio en la balanza comercial entre el ingreso de dólares y euros de parte de los extranjeros que vinieron a Brasil para ver el Mundial y los brasileños que se llevan dólares al exterior.
“El ingreso de dólares ayudará al país a disminuir significativamente el déficit”, se afirma aquí, donde se estima que el gasto promedio de los turistas será de entre 2000 y 3000 dólares por cabeza. No es una estimación exagerada si se tienen en cuenta los precios de Brasil, principalmente en las ciudades sede de la Copa. El cronista les pregunta a tres colombianos procedentes de Bogotá, que todavía siguen aquí, pero mañana emprenden el viaje a Brasilia para seguir al equipo de José Pekerman ante Costa de Marfil, cuántos dólares creen que les demandará su estadía en Brasil y estiman que entre los tres dejarán en estas tierras unos 15.000 dólares. La charla ocurre en la puerta de una lavandería del centro de BH. Por una muda pequeña de ropa, uno de ellos pagó 54 reales (250 pesos argentinos). “En Colombia –comentan– la ropa se lava por peso, aquí por prenda”, se quejan tras recibir su cuenta.
“¡Los hoteles en BH costaban 100 reales, hoy pagamos 400!”, se lamenta Walter, un ingeniero en sistemas de Santos, que compró dos tickets para el partido de ayer en el Mineirao antes de saber qué equipos lo jugarían (finalmente, Bélgica y Argelia), pero igual se dio el gusto de vivir con su enamorada un partido del Mundial. Si bien hospedarse es caro, también lo es alimentarse. Una cena en un restaurante oscila entre los 55 y 90 reales (300 y 450 pesos), dependiendo del lugar, pero lo más caro son los taxis. Del centro de la ciudad a Cidade do Galo, donde se concentra y entrena la Selección, los argentinos que quieran vivir el clima en esta zona de las afueras de la ciudad deben pagar unos 120 reales para ir (80 reales, más otro 20 por ciento por la vuelta) y otro tanto para regresar.
A modo de comparación, el alquiler de un automóvil sale cerca de 150 reales por día, con seguros incluidos, accesible si no se tienen en cuenta los estacionamientos, que cuestan un promedio de 16 reales (80 pesos) la hora. La alternativa más económica es el autobús (unos 12 reales), con dos combinaciones y un tramo final de taxi de unos 35 reales, y eso sí, casi dos horas de viaje en lugar de los 50 minutos que ocupa el trayecto en auto.
Los hinchas argelinos son ruidosos como los argentinos. Mourad, uno de ellos, que insiste para un “futuro” cambio de camisetas, cuenta que su viaje le demandó unos 3500 dólares. Ayer, en el momento preciso del gol de penal de Feghouli, quizás haya sentido que el esfuerzo valió la pena, el empate de cabeza de Fellaini y el golazo en un contraataque de Mertens pudo acaso opacarle un poco el brillo de la tarde, pero así es el fútbol, en el que se sabe que todo puede ocurrir.
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