Martes, 6 de enero de 2015 | Hoy
DEPORTES › EL DAKAR SE PUSO BIEN CALIENTE
Las altas temperaturas y la exigencia de la especial más larga del rally se cobraron su precio. Terranova volcó y quedó en la décima posición. La prueba va hoy a La Rioja, mañana cruza los Andes.
El Dakar de verdad comenzó finalmente entre San Luis y San Juan. Poco quedó de las sonrisas y la alegría de 48 horas antes, en la Plaza de Mayo, reemplazadas por el sofocante calor y la extenuación que obligó, inclusive, a acortar el esfuerzo, cuando la temperatura en San Juan rozó los 50 ºC y las máquinas comenzaron a incendiarse. Orlando Terranova ya había perdido la vanguardia en la clasificación de los autos cuando dio cuatro vueltas de campana con su Mini All4 y cayó a la décima posición.
Las duchas fueron un desfilar de competidores desde la llegada de la primera moto al campamento en el autódromo Eduardo Copello de El Zonda, en San Juan, en busca de refrescar un jornada donde la organización decidió dar por finalizada con anterioridad la etapa para motos y cuatriciclos. Con el antecedente fresco del belga Eric Palante, fallecido en la horrenda quinta etapa de la edición pasada, el calor asfixiante se transformó en una alarma cada vez que supera la barrera de los 35 grados.
“Ha sido un infierno. Veníamos muy cansados, con muchos kilómetros, y era una tortura –contó el catalán Joan Barreda Bort, que se transformó en el líder de los motociclistas–. Los últimos kilómetros han sido un esfuerzo físico muy fuerte.” El inglés Sam Sunderland, ganador de la primera etapa, se perdió temprano y solo después de dos horas de trayectoria errática fuera del trazado, reencontró el camino correcto.
“Sabíamos que era una etapa que marcaría el rally. Sabíamos que alguien tendría problemas. Por desgracia, fuimos nosotros”, se lamentó Marc Coma, el ganador de la edición 2014 en motos, que por un problema en la cubierta trasera de su KTM no podía circular a más de 60 km/h en el abrasador calor sanjuanino, y quedó a 12 minutos de la punta.
El chileno Ignacio Casale perdió la vanguardia de los cuatriciclos a causa del calor: “Fue una etapa terriblemente difícil. La más difícil de mi vida. Pensé en abandonar. Pensé muchas cosas. Se me acabó el agua 100 kilómetros antes de llegar. Me deshidraté intensamente y me sentí muy mal. Llegué a 5 minutos, pero tuve que quedarme 40 minutos sentado en la carpa médica para recuperarme. Estaba en una situación complicada. Nunca había sentido tanto calor en mi vida”.
Terranova también sufría con el calor, pero lo suyo fue más espectacular. “Todo iba bien hasta diez kilómetros antes de la llegada. Ibamos sin forzar la marcha porque teníamos un problema de temperatura con el radiador, y de repente el coche volcó, dimos cuatro vueltas de campana”, relató. “No sé qué fue, si la fatiga o los amortiguadores que se habían recalentado. El auto cayó del lado de Bernardo (Graue, su copiloto), pero pudimos acomodarlo. Sin embargo, no pudo arrancar porque se había roto la bomba de nafta. Ahí perdimos mucho tiempo. Cuando se produjo el vuelco veníamos peleando.” Quedó a 22 minutos del nuevo líder, el qatarí Nasser Al Attiyah, que parece no sufrir tanto el calor como sus rivales. “Ayer estudiamos la etapa en detalle y apenas hemos dormido una hora y media. Atacamos al máximo tal como planeamos.”
A otro mendocino, Lucio Alvarez, literalmente se le cocinó el motor de su camioneta Toyota. “Una verdadera pena cuando veníamos a un gran ritmo y recuperando parte del terreno perdido.” Al catalán Albert Bosch se le descompuso su buggy Acciona ciento por ciento eléctrico. La batería no resistió el esfuerzo climático.
El polaco Holowczyc, compañero de Terranova, admitió que se sintió “muy mal en los últimos 30 kilómetros y hasta vomité. Fue una etapa muy pesada para todo el mundo. En el último tramo, la arena estaba muy blanda, con subidas y bajadas continuas. Creía que no iba a terminarse nunca”.
El argentino mejor ubicado en el Dakar después de Terranova sigue siendo Emiliano Spataro, que también vivió el infierno de la segunda etapa entre Villa Carlos Paz y San Juan. “No fue nada fácil llegar”, dijo a radio Rivadavia. “Faltando 80 kilómetros rompimos dos gomas, enseguida entramos a un camino arenoso y el auto comenzó a levantar mucha temperatura, a partir de allí vinimos muy despacio.” Para el chaqueño Juan Manuel Silva fue “una auténtica etapa Dakar... Tuvo de todo, casi nos morimos del calor”. Y el rally recién empezó...
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