Sábado, 9 de mayo de 2015 | Hoy
DEPORTES › PARA JUGAR EL MASTERS 1000 DE ESA CIUDAD ITALIANA A PARTIR DE LA SEMANA PROXIMA
El correntino Leonardo Mayer, el mejor argentino en el ranking mundial, y el tandilense Juan Mónaco, de buen desempeño en este 2015, enfrentarán a jugadores surgidos de la clasificación. En Madrid, Nadal derrotó ayer al búlgaro Grigor Dimitrov.
Los argentinos Leonardo Mayer y Juan Mónaco arrancarán el Masters 1000 de tenis de Roma contra dos jugadores provenientes de la clasificación previa, según determinó ayer el sorteo del cuadro principal. El correntino Mayer, número 27 del ranking mundial, jugará en primera ronda ante el italiano Federico Gaio (260º). En caso de avanzar, el argentino enfrentará al vencedor del encuentro entre el estadounidense John Isner (18º) y el portugués Joao Sousa (56º).
Por su parte, el tandilense Mónaco (34º) todavía no tiene rival asignado, pero, de ganar, en segunda fase chocará con el suizo Stanislas Wawrinka (9º). Además, en segunda ronda, el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic irá contra el español Nicolás Almagro o el italiano Luca Vanni.
El suizo Roger Federer (2º) se cruzará con el ganador del partido entre el uruguayo Pablo Cuevas y el italiano Paolo Lorenzo. El británico Andy Murray (3º) jugará en segunda fase con el francés Jeremy Chardy o el checo Lukas Rosol. Y el español Rafael Nadal (4º) tendrá como rival al vencedor del duelo entre el francés Adrián Mannarino y un jugador proveniente de la clasificación. El Masters 1000 de Roma forma parte de los torneos en polvo de ladrillo que anticipan al Grand Slam de Roland Garros, y repartirá 3.830.295 euros en premios.
Por otro lado, Nadal encontró ayer la mejor forma de quitarse los nervios de encima, venciendo al búlgaro Grigor Dimitrov, el primer rival de riesgo que le ha tocado en el torneo de Madrid, y espera ahora al ganador del duelo entre el checo Tomas Berdych y el estadounidense Isner, ya en su octava semifinal. Nadal se impuso 6-3, 6-4 en una hora y 47 minutos, y logró la primera victoria importante desde Roland Garros el pasado año, cuando se impuso a su compatriota David Ferrer (entonces 5º del mundo), al británico Andy Murray (8º) y al serbio Novak Djokovic (2º) en la final. Desde entonces, por lesiones y una operación de apendicitis de por medio, Nadal no ha encontrado la manera de hacerse con un triunfo que le inyecte moral. Así, perdió contra Berdych en el Abierto de Australia, cuando el checo cortó 17 derrotas consecutivas ante el español, y luego ante el canadiense Milos Raonic (6º) en Indian Wells. Una victoria contra el surafricano Kevin Anderson (15º) en Melbourne y ante Isner en Montecarlo eran sus mejores referencias contra jugadores de elite esta temporada, hasta que ayer sentenció a Dimitrov a su sexta derrota.
Nadal se impulsó en un buen servicio, que aunque lo cedió ayer por primera vez en la semana, y dos veces lo ayudó en momentos importantes, y en insistir al revés a una mano de su rival, como suele hacer contra el suizo Roger Federer. Estuvo algo lento de piernas el español, pero fue más sólido y estable que el búlgaro, que llegó a este duelo con la moral alta luego de lograr la décima victoria ante un jugador top ten, el suizo Wawrinka.
Tampoco soltó en exceso y con acierto su derecha Nadal, con demasiados fallos que se le quedan pegados a la red, ya que todavía no tiene ajustado su golpe conductor y peca en exceso al envolverla, y así sufrió cuando el búlgaro colocó la derecha invertida. Pero su garra lo llevó a remontar un 3-1 adverso en el segundo parcial, buscando profundidad y tomando la iniciativa después, para aumentar la impotencia de Dimitrov, que quedó molesto y se desquitó con su raqueta, partida en dos cuando cedió su saque en el 3-3.
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