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Los empresarios Hugo y Mariano Jinkis continuaban ayer prófugos de la Justicia, luego de que la Sala II de la Cámara Federal porteña confirmara el rechazo a su pedido de eximirlos de prisión para presentarse ante el juez Claudio Bonadio, a cargo de la causa de extradición a los Estados Unidos por supuesto sobornos en el caso de la FIFA. Los jueces Horacio Cattani y Eduardo Farah rechazaron los planteos de eximición de encarcelamiento, entendiendo que permaneciendo en libertad hay riesgo de fuga y entorpecimiento de la investigación. El tercer juez de la Sala, Martín Irurzun, eligió votar por concederles la exención imponiéndoles una caución real y medidas de aseguramiento.

Los Jinkis permanecen prófugos desde el mes pasado, cuando la Justicia de los Estados Unidos pidió a la de Argentina la extradición de ambos, y la del también empresario Alejandro Burzaco, entonces CEO de la compañía Torneos, encargada de la producción de eventos deportivos.

Los defensores de los Jinkis habían adelantado que sus clientes se iban a presentar ante Bonadio, una vez que los camaristas se expidan sobre sus solicitudes para encarar el proceso en libertad. Inclusive, se especuló que se entregarían la semana anterior, después de que lo hizo Burzaco en Europa, precisamente en Italia.

Los tres están imputados en una de las aristas de corrupción que explotó en el seno de la FIFA, siete de cuyos jerarcas y oficiales están detenidos. Los tres argentinos están sospechados de haber hecho el andamiaje de sobornos por 110 millones de dólares, para hacerse de los derechos de televisación de cuatro ediciones de la Copa América, entre ellas la que se está jugando por estos días en Chile.

Las imputaciones en torno de la FIFA y la Conmebol llegaron tan lejos que el Vaticano dispuso suspender un contrato con la Confederación Sudamericana, la AFA, Agremiados y Trisa (Torneos), por la cual la organización Scholas Occurrentes, auspiciada por el papa Francisco, iba a recibir diez mil dólares por cada gol y penal durante la Copa América, dinero que iba a ser donado a escuelas pobres de los 12 países participantes. El Vaticano anunció la semana pasada que suspendía la aceptación de la donación, hasta tanto la Justicia deslinde las responsabilidades.