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Habrá un argentino en los cuartos de final del Abierto de Australia, el primer Grand Slam de la temporada. Luego de los triunfos de ayer de David Nalbandian y Guillermo Cañas, los dos tenistas compatriotas se verán las caras mañana en el cemento australiano. El cordobés accedió a esta instancia luego de vencer con solvencia 6-2, 6-4, 7-5 al veterano sudafricano Wayne Ferreira, mientras que el de Tapiales completó una magnífica actuación para derrotar 6-7 (7-5), 5-7, 7-6 (7-3), 7-5, 9-7 al inglés Tin Henman, tras casi cinco horas de partido.
Nalbandian, octavo preclasificado, volvió a ganar sin ceder un solo set, esta vez al sudafricano Ferreira, quien participó en Australia por decimocuarta ocasión consecutiva, un record para el circuito. La victoria del cordobés se sustentó en el gran nivel que mostró a lo largo de casi todo el partido. Salvo en el último tramo del tercer set, cuando perdió la concentración y casi se le escapa el parcial, el dominio del argentino evitó cualquier intento de reacción de Ferreira. “Cada día me siento mejor. Pienso que jugué realmente bien hasta que estaba 4-3 en el tercer set. A partir de entonces me desconcentré”, admitió Nalbandian, que igualmente se mostró entusiasmado por su rendimiento: “Creo que jugué uno de los mejores partidos de los últimos tiempos, quedé muy conforme”.
En el mejor y más largo encuentro de lo que va del torneo, Cañas exhibió su reconocida garra para imponerse a Henman, undécima cabeza de serie, tras una batalla de 4 horas y 53 minutos. El argentino se recuperó tras haber perdido los dos primeros sets, algo que nunca antes había logrado en su carrera, para acceder por primera vez a los octavos de final del Abierto australiano. “Estoy más que contento, porque después de estar tanto tiempo fuera del circuito no me imaginaba que en el primer Grand Slam del año pudiera lograr este resultado. Fue un partido muy duro, en el cual pasé por muchas situaciones difíciles”, remarcó Cañas, que se está reincorporando al circuito internacional luego de la lesión en la muñeca que lo alejó de las canchas durante ocho meses.
El mayor mérito de Cañas estuvo en que nunca se dio por vencido, pese a que caía 4-1 en el tercer set, además de haber perdido los dos primeros. “Este partido va a quedar en el recuerdo por todo lo que conlleva, venir de la lesión, por estar tanto tiempo sin jugar y por volver a sufrir adentro de una cancha. Sin lugar a dudas esta victoria me da mucha confianza”, señaló Cañas, que deberá cruzarse mañana con Nalbandian, aunque por ahora ni siquiera quiere pensar en ese compromiso. “Estoy muerto, pero tan feliz que no me importa nada ahora mismo el partido con David”. El duelo particular entre ambos favorece a Nalbandian, que se impuso la única vez que se enfrentaron por 4-6, 6-3, 6-3 en el Masters Series de Madrid de 2002. El vencedor de este encuentro se cruzará en cuartos con el ganador del partido entre el local Lleyton Hewitt y el suizo Roger Federer.