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Por Sebastián Fest
Desde París

El tenis argentino sumó en Roland Garros varias razones para soñar cada vez con más fuerza que Guillermo Vilas podrá ver por fin a un compatriota alzando el trofeo que él mismo elevó en 1977. El día comenzó con la solidez de Guillermo Coria, continuó con la seguridad de Juan Chela y concluyó con el talento de Gastón Gaudio convertido en victoria. Y sumó una noticia poco común: por primera vez en bastante tiempo, Coria no tiene problemas físicos.
“Hoy estoy perfecto”, dijo con una sonrisa entre franca e irónica el número tres del mundo, que encadenó en los últimos meses lesiones abdominales, ampollas en las manos, un cólico renal y otras “plagas”.
Coria tenía razones para estar contento. Comenzó perdiendo 4-1 el primer set en una semidesierta cancha central, pero el entusiasta impulso de su prometedor compatriota Juan Mónaco se acabó cuando Coria conectó su enésimo pa-
ssing-shot cruzado de derecha para llevarse en 61 minutos el primer set por 7-5.
“Mónaco salió muy agresivo, atacando y ganando los puntos muy bien. Si corrige un par de cosas se escuchará hablar mucho de él”, dijo Coria, de 22 años, sobre su rival y amigo, tres años menor y 143º del ranking.
Coria admitió haber jugado mejor en su primera ronda ante el ruso Davydenko, pero al mismo tiempo destacó su fortaleza actual: “Me siento fuerte dentro de la cancha, estoy preparado para afrontar partidos muy largos. Y ganar en tres sets es fundamental para guardar físico de cara a la segunda semana”.
Más allá de su creciente aura de campeón, Coria demostró que en el fondo sigue siendo un chico como cualquiera: los elogios que le dedicó el delantero del Arsenal Thierry Henry lo dejaron embelesado. “Fue una alegría muy grande leer que vino a verme el lunes y que le gusta mi juego.”
Esté o no Henry en la tribuna, el próximo rival de Coria será el croata Mario Ancic, que destruyó a fuerza de saques las ilusiones de Mariano Zabaleta. El argentino cayó por 6-3, 6-4, 3-6, 6-4 y se despidió del torneo.
Todo lo contrario de lo sucedido con Chela, que se perfila como un potencial semifinalista. Es cierto que primero tendrá que vencer al español Alex Corretja el viernes, pero si se miran los nombres que pueblan su sector del cuadro –Michael Llodra, Julian Jeanpierre, Galo Blanco, Tim Henman, Fabrice Santoro y Olivier Mutis–, Chela tiene derecho a hacerse ilusiones.
Y se las debe estar haciendo ya que, a diferencia de lo que dicen el 99 por ciento de sus colegas –“voy partido a partido, no miro más allá”–, el número 22 del mundo dijo que le gusta escudriñar sus posibilidades estudiando el cuadro.
“Yo miro el cuadro, me gusta ver qué tan lejos puedo llegar. Y me gusta el cuadro que tengo. Creo que tengo muchas chances de ganarle a Alex”, dijo tras derrotar por 7-5, 6-2, 6-2 al español Fernando Verdasco, el novio de Gisela Dulko, que intentará hoy acceder a tercera ronda tras eliminar el martes a la legendaria Martina Navratilova. Paola Suárez venció 6-1, 6-4 a la rusa Vera Douchevina.
Gaudio mostró buena parte del brillo que sustenta su juego al convertirse en el último hombre en avanzar a la segunda ronda. La oscuridad ayer había suspendido en dos sets por bando el partido ante su compatriota Guillermo Cañas, que Gaudio cerró 6-2, 2-6, 4-6, 6-3, 6-2.
El argentino no quiere que se lo llame favorito. “Todos los años hay mucha expectativa. Yo ya no pienso más en eso, hay que ir paso a paso.” Y en el “paso a paso” analizó al checo Jiri Novak, su rival de mañana: “Va a ser un partido muy difícil”.
Cañas, a contramano del buen humor de sus compañeros ganadores, mostró toda su furia tras varios meses de escasos éxitos. “Esta fue una de las peores giras de polvo de ladrillo de toda mi historia. No fue nada de lo que veníamos planeando. Ahora vuelvo a Argentina y no jugaré nada, quizá ni Wimbledon. Volveré a jugar cuando me sienta bien”, agregó.
Hoy se presentan tres argentinos: Dulko ante la española Conchita Martínez, Gaudio ante Novak y David Nalbandian ante el colombiano Alejandro Falla. Vilas, que sigue el torneo al milímetro acompañado por su esposa tailandesa, confesó su esperanza de poner fin a 27 años como el único hombre argentino en ganar un Grand Slam.
“No es ningún secreto que Coria es gran candidato, como también lo es Carlos Moyá. Siempre hay uno que viene en punta y Coria es el que está adelante entre los favoritos.” ¿Habrá Guillermo II en París?
“Tranquilamente”, fue la respuesta de Guillermo.