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“No coincidimos (con la dirigencia) en el último tiempo. Por eso me voy.” Sorpresivamente, pero no mucho, Reinaldo Carlos Merlo dejó la dirección técnica de Racing a cuatro días del debut en el Apertura 2002. El entrenador que coronó campeón al equipo de Avellaneda después de 35 años de sequía decidió intempestivamente dejar su cargo, una posibilidad de la que ya había dado señales en los días previos, molesto por la falta de renovación del plantel con el que salió campeón en diciembre pasado. “Son decisiones que uno viene madurando, no es en caliente –sostuvo Merlo–. Es un proyecto que abarca un montón de cosas, no sólo jugadores. Es lo mejor para Racing.” Entre Roberto Mario Gomez, Carlos Aimar, Miguel Angel Russo, Ubaldo Fillol, Roberto Perfumo y Humberto Grondona (hijo) estará su reemplazante.
Merlo había pedido varios refuerzos para robustecer sus aspiraciones, pero el presidente de la empresa gerenciadora de Racing, Fernando Marín, tenía otro plan: contratar jugadores libres, mucho más baratos. La crisis, pensó, iba a jugar en su favor. Pero se equivocó: la crisis le pateó en contra porque los libres que le interesaban pensaban más en irse al exterior que en jugar en Racing.
De todos los jugadores que pidió Mostaza, sólo llegó Julián Maidana, de Talleres; el resto –Belloso, Pavlovich, Cuenca, Pumar– fueron elecciones de Marín y no del entrenador. Merlo volvió preocupado de la gira por México, y no solamente por las dos derrotas sufridas. Estaba molesto porque no lo habían consultado por la llegada de Belloso.
El martes a la tarde se puso como loco cuando se enteró que el problema legal que amenazaba con inhabilitar a Maidana y Cuenca podía estallar en cualquier momento, y lo privaría de contar con ambos jugadores para el partido debut en el Apertura, el domingo, ante Huracán. Para colmo, Vitali está lesionado y Bedoya sigue suspendido.
Contó los jugadores que se estaban entrenando en la quinta de Marín, en Escobar. Diecisiete: Campagnuolo, Cuenca, Ruiz, Pumar, Ubeda, Arano, Maidana, Bastía, Herrera, Morigi, Marchant, Bedoya, Mariano González, Castillo, Belloso, Estévez y Milito. Con tres bajas posibles. ¿El enganche que había pedido? Marín quería traer a Sixto Peralta, pero el ex Huracán no le interesaba a Merlo.
El martes a la noche, tuvo un encuentro con Fernando de Tomaso, el vicepresidente de Blanquiceleste, y le manifestó su profunda disconformidad por el reducido tamaño del plantel. De Tomaso arregló una cita para ayer con Marín en persona.
Ayer se sumó Belloso al plantel, a 36 horas del cierre del libro de pases. A la tarde, los periodistas le pidieron el equipo para el domingo. “¿De qué equipo me hablan?” dijo amoscado. Si no tenía jugadores para llenar el banco de suplentes. “Si queremos pelearles a Boca y a River, tenemos que traer cinco o seis refuerzos más –argumentaba el entrenador-. El año pasado, con las incorporaciones les peleamos y le ganamos el título. Pero ahora estamos atrasados”. Del equipo que salió campeón se fueron Maciel, Loeschbor, Chatruc, Maceratesi, Barros Schelotto, Viveros, Lux, Leo Torres y Pezzutti.
En la reunión, Marín le habló de los nombres que ya circulaban -Peralta, París, Guillermo Rivarola, Marcelo Escudero– y le tiró la posibilidad de llevar a Damián Alvarez como enganche. Allí Merlo supo que no tenía más nada que hacer. A Marín no le habría sorprendido la decisión.
“Acá pasamos muchas cosas lindas –recordó Merlo–. Los primeros seis meses vivimos momentos difíciles y lo salvamos del descenso. Con un gran plantel y una gran hinchada conseguimos, entre todos, el título. Esa hinchada fenomenal de Racing me llenó de alegría, les estoy muy agradecido y los recordaré siempre”. La práctica de hoy, en la que Merlo se despedirá del plantel, será dirigida por Miguel Angel Tojo, el encargado de las inferiores.