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Un matrimonio norteamericano que en el mes de abril había llegado al país para adquirir obras de arte a bajo precio, denunció que fue estafado por una pareja nativa que le vendió cuarenta trabajos de autores extranjeros, entre pinturas y esculturas, que serían apenas una aceptable imitación de los originales. En el marco de la investigación se realizaron dos procedimientos, uno en un domicilio particular del barrio de Núñez, y otro en un depósito del barrio de La Boca, donde se encontraron “más de 1000 obras de arte que también serían falsas”, según dijo a Página/12 el comisario Osvaldo Cabral, de la División Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal. En el caso interviene la justicia en lo Penal Económico, ya que está probado que la pareja argentina carecía de la inscripción legal para desarrollar su actividad como marchand. El nombre de los dos imputados, que por ahora siguen en libertad, es mantenido en reserva y es probable que también se les pueda adosar el cargo de estafas reiteradas.
La pareja norteamericana, que ya había viajado al país con anterioridad y con el mismo fin sin sufrir perjuicio alguno, esta vez resolvió anunciar el arribo publicando un aviso en los diarios de mayor circulación. De ese modo se contactó con la otra pareja, a la que después de algunas reuniones acordó pagar 540.000 dólares por las 40 obras, sin recibir en tiempo y forma los certificados de autenticidad ni las constancias legales del trámite de ingreso al país, ya que se trataba en su mayoría de autores extranjeros. El resto de los cuadros y esculturas secuestrados en La Boca, en una casa ubicada en la calle Olavarría al 2000, de haber sido comercializados podrían haber redondeado una estafa “varias veces millonaria”, estimaron fuentes allegadas a la investigación.
El comisario Cabral aclaró que “no hay denuncias que indiquen que las obras halladas hayan sido robadas” y que un primer análisis ocular realizado por peritos curadores del Banco de la Ciudad de Buenos Aires arrojó como resultado que “las obras son falsas, aunque ahora hay que realizar otros análisis más pormenorizados para corroborar esa primera impresión”. Entre las pinturas hay algunas que llevan las firmas de pintores argentinos famosos como Antonio Berni, Carlos Alonso, Reinaldo Giúdice o Gómez Cornet. Entre los autores extranjeros figuran los plásticos Gervex, Dolman, Wolf, Müller, Chicharro y Whistler, que habían atraído a los compradores norteamericanos porque “se trata de artistas que desde hace treinta o cuarenta años han desaparecido del mercado porque sus obras estaban en manos de coleccionistas privados”, explicó Cabral.
El primer operativo se hizo en una casa de la calle Monroe al 1200, en el barrio de Núñez, donde vive la pareja argentina que está siendo investigada por el juez en lo penal económico Guillermo Tiscornia y por el fiscal del fuero Miguel Schamun. El segundo allanamiento fue en el barrio de La Boca, donde hace pocos días aparecieron muchas de las armas robadas hace un tiempo en el Museo Nacional de Armas. El comisario Cabral confirmó que las 40 obras vendidas al matrimonio norteamericano “no tienen certificados de autenticidad ni constancias aduaneras de ingreso a la Argentina”. Lo que nadie puede explicarse es cómo fue que el matrimonio norteamericano cayó en la trampa, cuando trabaja –según dijeron al hacer la denuncia– con galerías de arte de Nueva York y de otras ciudades norteamericanas, por lo que cuenta con una vasta experiencia en la materia. Después de hacer la denuncia, la pareja volvió a su país.
“Ellos dijeron que tenían un vasto conocimiento de los autores y que conocían el valor aproximado que podrían tener las obras.” Se apresuraron a cerrar la operación porque “era un buen precio y ya estaban calculando obtener una futura buena ganancia”, precisó Cabral, quien admitió que tal vez fueron víctimas de su propio ambición. La causa inicial fue caratulada como presunto contrabando y evasión fiscal, pero después del allanamiento en La Boca, se podría agregar el delito de estafa, lo que determinaría la apertura de una causa anexa, en el fuero penal. Hasta anoche, los peritosdel Banco Ciudad y del Museo Nacional de Bellas Artes habían observado 96 pinturas y 80 esculturas. Fuentes de la investigación corroboraron que “a primera vista todas son falsas, pero ahora serán llevadas a los salones del Banco Ciudad en la calle Esmeralda para realizar pruebas químicas para determinar si son auténticas o no”.
Los dos cabecillas de la presunta organización delictiva, que en el expediente policial fue denominada como “La banda del Louvre”, se mueven “en círculos sociales muy exclusivos, de alto nivel adquisitivo, y hacían una permanente ostentación de sus vinculaciones con gente importante”, comentó a este diario otra fuente policial. “Tal vez eso fue lo que hizo caer en la trampa a los norteamericanos”, fue la conjetura del vocero. El comisario Cabral dijo que el hallazgo de los cuadros supuestamente falsos se concretó “luego de cuatro meses de investigación, incluyendo seguimientos, filmaciones y fotografías” sobre los movimientos de los dos involucrados.
La pesquisa está ahora destinada a buscar otras posibles maniobras delictivas realizadas por la pareja de argentinos. “Sus vínculos son importantes y es muy difícil establecer si están involucrados en otros hechos similares, ya que ninguno de los dos tiene antecedentes ni penales ni en el mercado de la compra-venta de obras de arte, de manera que estamos trabajando sobre un terreno en apariencia virgen”, explicó uno de los investigadores. “Por ahora están en libertad porque se trata de delitos excarcelables como serían los de contrabando o evasión impositiva, pero si se confirma que hubo estafas reiteradas, la justicia penal tendrá que ordenar su inmediata detención”, recordó la fuente. La pareja tiene estrictamente prohibida la salida del país.