Es difícil comprender a los personajes que no saben resolver sus contradicciones. Decidir la superficie y el escenario en que se jugará la final de la Copa Davis en la Argentina llevó mucho más tiempo y desgaste que cualquier otro aspecto de la organización. Que sea un estadio techado y que la superficie sea lo más rápida posible, planteaban los argentinos, en especial por la predilección de Rafael Nadal por las canchas lentas, dada su casi invencibilidad en polvo de ladrillo. La consigna parecía ser mejorar en lo posible las precondiciones para el equipo nacional y dificultarles lo que se pudiera a los españoles. Ahora se sabe: no viene Nadal. David Nalbandian lo había instado a que hiciera todo lo posible por venir porque “sería más duro pero más divertido”. Lógico, pero ¿para qué entonces tanta bulla tratando a toda costa de sacar ventajas con el techo y la superficie? Las contradicciones no resueltas provocan muchas veces que las gentes no se entiendan entre sí...