Carlos Avila arrojó la piedra y se fue de viaje. Anoche partió hacia Estados Unidos cuando las derivaciones de la cámara oculta que le realizó a Julio Grondona dominaban la tapa de los diarios. Entrevistado por Página/12 admitió: “El tema se me fue de las manos, mi idea no era ésta, que se armara un escándalo”. Ya era demasiado tarde. El empresario que durante 21 años mantuvo una sociedad con la AFA en el negocio del fútbol (1985-2006) también comentó: “Mi intención era que Grondona admitiera que AFA TV es mío, pero empezó a despacharse contra el grupo Clarín. Yo participé de la cámara oculta con Grondona y Eduardo Deluca, soy el que habla con ellos en la filmación”.

El ex propietario de Torneos y Competencias (TyC) describió al presidente de la asociación con el que ahora está enfrentado como “un puntero de la FIFA en América del Sur, un dirigente que maneja los asuntos de Blatter en esta parte del mundo”. Avila denunció también que Grondona tiene cuentas bancarias millonarias en el exterior: “Allí hay unos 30 millones de dólares que están a su nombre, el de sus hijos y Pellegrino (por Daniel, un ex colaborador de Grondona fallecido en abril)”. Avila, que aseguró que tenía su viaje a Nueva York programado con antelación, se enteró en el aeropuerto que Grondona le inició una demanda por extorsión, a partir de lo que se vio en las imágenes grabadas en su propio despacho. El abogado de Grondona, Francisco Castex, dijo que “esto tiene un denominador común, que es Daniel Vila, quien se encargó en los últimos meses de ensuciar a Grondona con continuidad”.