La reventa de entradas en el Mundial es moneda corriente. Los extranjeros canjean tickets en los bares y también se ofrecen en los sitios de Internet brasileños por 1800 reales (poco menos de 9000 pesos). Un grupo de hinchas de Banfield, Quilmes y Morón, que trabajan en la cervecería Quilmes, logró revender entradas “a 700 dólares”, en la Fan Fest. “Es la que encontramos para pagarnos el viaje, acá los precios están re salados”, cuenta uno de los muchachos. Pero lo que se dice nota del “todo vale”, el premio mayor se lo llevó un funcionario del consulado argentino en Brasil, durante el banderazo argentino. Desde una camioneta oficial ploteada e identificada con la leyenda Móvil de Asistencia del Consulado Argentino, asistidos por una empleada de la delegación, salieron las entradas que un par de hinchas compraron con la venia del funcionario, con quien acordaban el precio. Este cronista fue testigo directo de los hechos y compartió la indignación con otros colegas.

–¿Cuánto te la cobraron? –preguntó Página/12 a un hombre satisfecho por haber conseguido su ticket.

–1000 –contestó al pasar.

–¿Pesos?

–No, reales.

La escena no podía ser más desencantada. Por eso, este cronista le preguntó a otro de los funcionarios presentes, Rodrigo Conde Garrido, quien al mediodía se había presentado como secretario de la embajada, cómo era posible que desde un vehículo oficial se estuvieran revendiendo tickets. Este sólo atinó a decir que “no” y ante la insistencia del cronista, ya identificado como periodista de Página/12, volvió a negar lo evidente y despacito se fue corriendo de la escena.

Apenas un ratito más tarde, la empleada y otro empleado que se sumó le entregó un puñado de entradas a otro hincha argentino que, previamente, había conversado con el otro funcionario, el que parecía estar a cargo del operativo reventa.

A la noche, el Consulado argentino confirmó la operación y mencionó a los funcionarios Conde Garrido, Mariano Vergara y Nazareno Ayala como los involucrados en el hecho.