Los jugadores de Boca criticaron ayer a los de River por las “agresiones verbales y físicas” sufridas durante la primera semifinal de la Copa Libertadores, que terminó con tres expulsados tras un polémico arbitraje de Claudio Martín, y se mostraron preocupados por las presiones que a raíz de los hechos podría recibir Héctor Baldassi, quien deberá arbitrar el encuentro de vuelta. Por su parte, los de River se defendieron de las acusaciones al explicar que “sólo se trató de un partido de dientes apretados”.
“Me sorprendió la actitud de los jugadores de River, creo que trataron de hacer valer otras cosas para lograr lo que no podían jugando al fútbol. Sin dudas, no esperábamos esas reacciones”, comentó Vargas, uno de los principales receptores de las “agresiones verbales y físicas” por parte de los visitantes, quien pronosticó una revancha “muy difícil” y agregó: “No se puede saber qué va a pasar en el Monumental, sobre todo, si se da un arbitraje tan permisivo como el de anoche”. Clemente Rodríguez, por su parte, admitió su sorpresa por “la agresividad de los jugadores de River” y aseguró que sus colegas esta vez “se pasaron de la raya”.
En tanto que Marcelo Gallardo, quien también cuestionó la floja labor del árbitro durante el encuentro –“me debió amonestar a mí y nada más”, dijo sobre su expulsión y la de Cascini–, alegó no haber sido el único jugador que tuvo una conducta reprochable durante el partido. “Si ellos quieren hacerse pasar por víctimas está bien, pero me molesta los que quieren ganar de guapos”, dijo el capitán de River, quien agregó: “Me puse loco, no pude controlarme, pero tengo diez años en esto y nunca tuve problemas”.