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Detrás del pase de Carlos Tevez al Corinthians de Brasil se trasluce una compleja trama de intereses económicos en la cual se conjugan el negocio del petróleo con las sospechas de lavado de dinero. Kia Joorabchian, el empresario iraní que preside el fondo de inversión MSI (Media Sports Investment) –que la semana pasada adquirió el manejo del fútbol profesional del club de San Pablo por un plazo de diez años– está vinculado con el magnate ruso Boris Berezovsky, propietario de la firma de hidrocarburos Sidneft, en cuyo paquete accionario también participa su compatriota Roman Abramovich, dueño del equipo inglés de Chelsea. Berezovsky es investigado por el FBI en función de sus relaciones con la mafia chechena y el tráfico de drogas en la conflictiva región del Cáucaso. El millonario tiene además una estrecha relación con el actual presidente ruso, Vladimir Putin, y posee una fortuna que asciende a los 3 billones de dólares.
El miércoles 24 de noviembre el Consejo Directivo del Corinthians aprobó un acuerdo por diez años con el fondo de inversión con sede en Londres que comanda Joorabchian. Para sellar el acuerdo, MSI propuso colocar de inmediato a disposición del club un paquete de recursos de 20 millones de dólares para pago de deudas, y alrededor de 15 millones de dólares para la contratación de refuerzos para el plantel. Además, la empresa gerenciadora se compromete a entregarle al Corinthians ganancias por 2,4 millones de dólares mensuales. Sin embargo, el MSI podrá cancelar el contrato de forma unilateral y no estará obligado a pagar una indemnización alguna si decide retirarse de Corinthians.
La ex presidenta del club Marlene Matheus recibió con lágrimas la noticia de aprobación del contrato: “Ellos vendieron todo lo que hay aquí por diez años, ahora todo es del iraní”, protestó Matheus, quien denunció además que la votación se realizó de forma irregular, ya que no todos los miembros del Consejo Directivo del club pudieron expresar sus puntos de vista en la sesión que se llevó a cabo el miércoles de la semana pasada y que se cerró rápidamente para dar paso a la votación. Pero Alberto Dualib, actual mandatario del club, defendió al contrato al asegurar que le permitirá al club “tener un equipo con figuras de primer nivel internacional”.
Pero fue el propio Dualib quien debió reconocer a principios de mes que Boris Berezovsky era uno de los inversores del MSI, pese a que Joorabchian había negado en varias oportunidades la participación del magnate ruso en el negocio. En su constitución, el MSI tiene las características propias de la empresas fundadas por Berezovsky: una sede ficticia, en Londres, y un registro de propiedad establecido en un paraíso fiscal del Caribe, en este caso las Islas Vírgenes. No obstante, Joorabchian niega la participación del millonario en el negocio, aunque asegura ser “amigo” de Berezovsky.
Este controvertido empresario amasó su fortuna en el caótico escenario económico creado tras la implosión de la URSS. Le compraba barriles de crudo al Estado a bajísimos precios internos y los revendía en el exterior a costos internacionales, embolsando grandes ganancias. Actualmente posee 3 billones de dólares y la propiedad de Aeroflot, la antigua aerolínea soviética. Con los años extendió sus intereses comerciales hacia las regiones del Cáucaso, donde estableció vínculos con los señores de la guerra de las repúblicas autónomas de Daguestán, Osetia y en Chechenia. Allí trabó relación con Shamil Basayen, Salman Radyev y Movladi Udugov, todos acusados de desarrollar actividades terroristas y mafiosas por el gobierno de Estados Unidos. El FBI confirmó además que investiga por lavado de dinero varias de las empresas que este millonario radicó fuera de Rusia.
La influencia de Boris en Chechenia es total. Según informó la revista Forbes, él mismo se jactaba en 1995 de impulsar la segunda guerra de Chechenia con el propósito de beneficiarse económicamente con una situación política que le asegurara una próspera extracción de petróleo enla república rebelde. Ese sangriento conflicto armado aún continúa, ha causado más de 300 mil muertos, otros tantos miles de refugiados y centenares de poblaciones civiles desplazadas que huyeron de los feroces combates entre los separatistas chechenos y las tropas rusas de ocupación. En 1996, Berezovsky se asoció con otro millonario, Román Abramovich en la constitución de la empresa petrolera Sidneft. Abramovich es gobernador del estado de Karentia, en el extremo oriental de Siberia, y según dicen, es el hombre más rico de Rusia. Es, además, dueño del Chelsea y, según se especula en varios medios brasileños, éste podría ser el destino final de Tevez tras una o dos temporadas en el equipo de San Pablo.

Informe: Leonardo Castillo.