DIALOGOS › EDUARDO NáJERA, DIRECTOR DE LA RADIO COMUNITARIA DEL BAJO FLORES

“No se puede pensar el Bajo Flores sin su radio”

“La ley de medios no es una victoria definitiva. La batalla por la comunicación tiene que ver con quién construye el mensaje y quién es el dueño del relato. Los sectores populares hemos construido nuestro relato, para que no vengan a contar otros lo que nos pasa”, señala Eduardo Nájera, director de la radio.

 Por Patricio Porta

Como cualquier otro barrio, el Bajo Flores está lleno de historias. Todos los relatos están atravesados por las vicisitudes cotidianas que enfrentan sus habitantes y por los vaivenes políticos del país. El libro Micrófonos para el Pueblo (o cómo un barrio parió una Radio Comunitaria), escrito por sus protagonistas, es también la historia de la creación de la FM Bajo Flores, que comenzó a emitir en 1996.

En el libro, que tiene su versión en historieta –con ilustraciones de Ignacio Minaverry, Frank Vega, Azul Blaseotto, el Polaco Scarelandi y Gastón Souto–, se reflejan logros y dificultades, desde el acoso policial hasta el progreso de sus vecinos y la puesta en marcha de la radio comunitaria. Su director Eduardo Nájera relata el origen de la radio.

–¿Cómo nació la FM del Bajo Flores?

–La radio nace el 1 de junio de 1996. Si bien ése es el primer día de aire, la radio viene de un proceso de organización en el Bajo Flores que tiene relación con lo que pasó en la década del ’80, en el período de Alfonsín, con la hiperinflación del ’ 89 y el surgimiento en diferentes lugares del conurbano bonaerense y de la Ciudad de Buenos Aires de ollas populares, que después terminan transformándose en comedores populares. En esa situación, nace la idea de instalar propaladoras, que son bocinas o parlantes, en los techos de dos comedores, de la parroquia del barrio y del centro de salud, mientras que con un equipo de audio se transmitía, no por frecuencia modulada sino de forma abierta. Eso fue en el año 1989, 1990. En la semana coordinábamos y se pasaba música, se comentaban noticias del barrio y actividades los sábados desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde. En ese proceso surge la idea de empezar a trabajar la comunicación como un derecho, en un barrio con las características del Bajo Flores y sus organizaciones, para que contara con su propio medio de comunicación. Fue un camino que duró algunos años hasta que el 1 de junio del ‘96 sale al aire la radio. El primer tema que se escuchó fue “Hombre de Hierro” de León Gieco. Del ‘96 hasta ahora transmitimos en el 88.1 en frecuencia modulada.

–¿El proyecto fue entonces encarado por los vecinos del barrio, sin ningún tipo de ayuda o participación del Estado?

–Fueron diferentes etapas. Las radios comunitarias son un fenómeno mundial. En Latinoamérica nacen a finales de la década del 40. La primera radio comunitaria fue Radio Sutatenza, fundada por un sacerdote de católico, el padre Salcedo, como radio educativa, campesina. La segunda radio, Radio Pío XXI, fue creada en 1949 por los mineros bolivianos. Es una radio netamente obrera y sindical. Las radios comunitarias estamos cumpliendo más de 70 años en el continente. En Estados Unidos existe Pacifica Radio, que llega de costa a costa. Es una radio muy grande que fue creada por el movimiento pacifista contra la guerra de Vietnam en la década del 60. Si bien hay mucha gente que trabaja voluntariamente en las radios comunitarias, todos los días trabajamos para que la radio sea menos artesanal y pueda ser más profesional. Porque el oyente no hace la diferencia entre una radio comercial y una comunitaria. Lo que sí nos diferencia de las radios comerciales son otras cosas. No tanto la potencia de los equipos, porque las radios comunitarias trabajamos para ser escuchadas y ser fuertes, y en ese sentido no tenemos techo. Pero sí nos diferencia la propiedad del medio. Todas las radios comunitarias del mundo tienen una propiedad social. En nuestro caso somos una asociación civil, legalmente constituida hace 15 años, que se llama Asociación Civil Rodolfo Walsh de cultura y comunicación popular. Después están las que pertenecen a cooperativas, a centros de estudiantes, a universidades, a pueblos originarios, a trabajadores.

–¿Qué dificultades atravesaron las radios comunitarias hasta la sanción de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual?

–En Argentina se vivieron diferentes etapas. Las radios comunitarias en el país nacen entre finales de los ’80 y principios de los ’90, como la FM Bajo Flores. El fenómeno argentino es diferente en relación a lo que pasó en Colombia, Venezuela, Ecuador, Chile y Uruguay. Casi todas las radios comunitarias en Argentina nacen de grupos que vienen de la militancia política y social. Con la llegada del neoliberalismo de la mano del presidente riojano, mucha militancia de diferentes sectores políticos va buscando y construyendo espacios para resistir y seguir militando. En nuestro caso, que veníamos de la Juventud Peronista, nos refugiamos en un barrio con las características del Bajo Flores. Es decir, no es que nos refugiamos. Eramos del barrio pero no nos fuimos a nuestras casas, nos quedamos con la gente a resistir y construimos comedores populares, radios comunitarias. Y la radio fue perseguida. No te olvides que hasta el año 2008, la comunicación en Argentina estaba regida por un decreto de la dictadura militar que tenía la firma de Videla, Harguindeguy y Martínez de Hoz. Entre otras cosas nefastas se planteaba que sólo tenían derecho a la comunicación los sectores comerciales empresariales. Durante el período de Alfonsín, si bien hubo una intención de construir una ley de radiodifusión de la democracia, no lo hicieron o hubo lobby de parte de los medios de comunicación privados para que esa idea no saliera de un diputado o un ministro. Del ’89 al ’99 con el neoliberalismo no sólo no se construyó una ley de medios de la democracia sino que se profundizó el decreto de la dictadura, dándole mucho poder a las empresas comerciales para que se adueñen de los medios. Una de las primeras medidas que toma el ex presidente riojano es privatizar los canales de televisión y las radios, negando a la sociedad, a través de sus organizaciones, la posibilidad de construir medios de comunicación. No es casualidad. Por otro lado, si bien había un grupo que después se terminó conformando en la Coalición por una Radiodifusión Democrática, donde participaron todos los sindicatos, las universidades, los organismos de derechos humanos y todo el mundo de la comunicación, ya éramos muchos los que veníamos hablando de la idea de una nueva ley de radiodifusión desde el retorno de la democracia. Era un movimiento que ya planteaba eso antes del kirchnerismo. Pero Néstor Kirchner sacó un decreto durante su gobierno para 126 radios comunitarias que decía que en tanto y en cuanto no hubiera una ley de radiodifusión de la democracia, no podían ser confiscadas o cerradas. Entre esas radios se encontraba la FM Bajo Flores.

–La nueva ley vino a terminar de alguna manera con ese limbo legal en el que se encontraban algunas radios.

–Cristina, ya como presidenta y después de lo que fue la pelea por la 125 y la restatización de las jubilaciones, tiene el coraje y la valentía de tomar el proyecto y llevarlo al Congreso desde el Estado nacional. Todo lo que vino después es cuento conocido: el debate en Diputados, en el Senado, las audiencias públicas. Fue una ley que realmente se construyó desde abajo hacia arriba y que se modificó a partir de infinidad de asambleas y de reuniones a lo largo y ancho del país. A partir de la sanción de la ley, todas las radios comunitarias tienen la posibilidad de ser legales. Lo más revolucionario de la ley de medios es que reconoce la comunicación como un derecho humano esencial y no sólo como un negocio comercial. Además reserva el 33 por ciento a los medios comunitarios. El Estado dice que hay tres modos de gestionar un medio de comunicación. Uno es el privado comercial, que tiene que seguir, pero no es el único, otro es el público estatal, y están los medios que la ley llama del “tercer sector” o los privados sin fines de lucro. Y ahí entramos nosotros. Tenemos la posibilidad de no solamente gestionar nuestros medios sino también de hacerlos crecer dentro del marco de la ley.

–¿De qué manera impacta una radio surgida de y para los vecinos en el propio barrio?

–El impacto es muy grande. No se puede pensar el Bajo Flores sin su radio y no se puede pensar a la radio sin el Bajo Flores. Es un medio de comunicación construido por sus vecinos y por sus organizaciones políticas, sociales y culturales. El Bajo Flores es un barrio atípico de la ciudad de Buenos Aires, porque estamos a diez o 15 minutos del centro y en un perímetro de 25 cuadras vivimos más de 120 mil personas. Además, es un barrio con mucha diversidad cultural. Estamos los argentinos, los peruanos, los bolivianos y los paraguayos, principalmente. Eso que para muchos es una pesadilla para nosotros es un sueño, porque toda esa diversidad social y cultural nos permite la diversidad de colores en un medio de comunicación, ya sea a partir de la música o de las distintas formas de entender la vida, de hablar, a través del guaraní, del quechua. Todo eso enriquece mucho a una radio comunitaria. Nuestra radio tiene sus raíces en el barrio. Son los vecinos los que la dirigen y la llevan adelante. Sería imposible sobrevivir en una radio comunitaria si no se es del barrio. Cuando existía el Comfer, en democracia, nos persiguieron y nos confiscaron equipos.

–Algunos grandes medios presentan una visión negativa del Bajo Flores. ¿Cuesta combatir esa estigmatización hacia fuera?

–Sí, en un barrio como el nuestro, en el que convivimos más de 120 mil personas, uno se para a las cinco de la mañana en la parada del colectivo y decenas de miles de vecinos y vecinas salen de sus casas a trabajar y decenas de miles de pibes salen a estudiar. Hay decenas y decenas de organizaciones comunitarias, culturales, parroquias, capillas, comedores y la radio comunitaria. Los medios de comunicación que son poderosos económicamente venden. Y esas noticias que tienen que ver con la violencia social o el tráfico de drogas venden mucho. Pero no olvidemos quiénes son los que consumen esos medios, en general sectores de la clase media. Los sectores populares están en otra historia. Prendemos la tele y algunos medios que tienen una ideología más vinculada a los sectores conservadores y de derecha buscan este tipo de noticia. Vivimos en una sociedad que a nivel global es violenta. En otro país que se puede pensar del primer mundo uno lee la noticia de que un loco asesina mujeres o mete un pibe en el microondas porque llora. Vivimos en un mundo violento por el sistema económico que rige. Ningún barrio es ajeno a esa realidad.

–¿Esa diversidad poblacional del barrio que mencionabas se refleja en los contenidos de la radio?

–Sí, claro. Está presente porque los vecinos son los que hacen los programas. Hay de todas la colectividades. Este año tenemos 15 talleres, casi todos ellos vinculados a la comunicación, de radio y televisión comunitaria, además de los de guitarra, diseño gráfico, teatro y fotografía. Esa diversidad cultural está presente cotidianamente en la radio, con programación en distintos dialectos, con distinta música, con programas que hablan de historia, de cómo preparar diferentes comidas.

–La FM Bajo Flores fue el primer medio argentino que consiguió una entrevista exclusiva con el papa Francisco.

–A Francisco lo conocemos desde que era arzobispo, porque desde su labor pastoral tuvo y tiene mucha relación con los curas villeros. La FM Bajo Flores tiene raíces fundacionales en la parroquia Santa María Madre del Pueblo de nuestro barrio, con curas muy conocidos que hoy ya no están entre nosotros, como el padre Vernazza y el padre Ricciardelli, que fueron parte del Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo en la década del ‘70. Jorge Bergoglio no sólo acompañó a estos curas villeros desde el año 2002 o 2003, sino que fortaleció mucho el trabajo que ellos realizan. En ese ir y venir lo conocimos. Tuvimos una relación de acercamiento con él cuando fue todo el proceso por la sanción de la ley de medios. Siempre se interesaba por eso. Cuando fue el conocido habemus papa todos quedamos sorprendidos. Nadie se la esperaba. Y un día se comunica con nosotros para saludarnos y fue entonces cuando le planteamos la posibilidad de una entrevista radial. El dice que sí, que le gustaría mucho y en otra de las comunicaciones redobla la apuesta y nos plantea que le gustaría dar un mensaje audiovisual a un año de haber sido elegido y que no quiere hacerlo con ningún medio comercial. Entonces elaboramos 14 preguntas y nos encontramos con que respondió todas y profundizó en algunas de ellas.

–¿Qué le preguntaron?

–Le preguntamos sobre los curas villeros y sobre el padre Mugica. Todos sabemos que Mugica tuvo que ver con el movimiento de sacerdotes por el tercer mundo, acusado por la derecha e incluso por sectores de la iglesia católica de estar vinculado con otras cuestiones ajenas a la iglesia. Francisco reivindicó la figura de Mugica y a los curas villeros, muchos de ellos asesinados por la Triple A. También le preguntamos por los presos sociales. Nos transmitió que quería colaborar y nos preguntó qué necesitábamos. Así que nos donó un transmisor de radio de mucha potencia que ya está funcionando y que nos permitió dar un salto cualitativo y cuantitativo importante.

–El libro Micrófonos para el pueblo, además de contar historias de los habitantes del Bajo Flores, reivindica las figuras de Perón, Evita, Rodolfo y Victoria Walsh y el padre Rodolfo Ricciardelli. ¿Qué representan para el barrio estos nombres?

–Significan mucho. Pero no sólo para nosotros, sino para la historia del pueblo argentino. El pueblo argentino viene luchando hace más de 200 años por la liberación y por la segunda independencia real. Por independencia económica, soberanía política y justicia social. En esa pelea el pueblo va encontrando victorias y derrotas. La década peronista del ’45 al ’55 permitió a los trabajadores obtener conquistas sociales muy importantes. El pueblo argentino conoció muy de cerca lo que es la justicia social y gobernó a través del general Perón y de la compañera Eva Perón. Pero también conoció noches muy oscuras, como fue la dictadura militar del ’76 al ’83. Las principales víctimas de la dictadura no fueron sólo los desaparecidos, o lo cuadros políticos y los militantes populares, sino el pueblo argentino. Rodolfo Walsh en su magistral Carta a la junta militar lo dice claramente. Además de denunciar a los militares que estaban llevando adelante un genocidio, los acusa de la miseria de millones de personas. Walsh no sólo fue un buen periodista que luchaba por la libertad de expresión, sino militante de una organización políticomilitar como fue Montoneros. Con aciertos y con errores.

–Las figuras de Perón y Evita atraviesan muchos de los relatos presentes en el libro.

–Hasta el día de hoy uno encuentra en los hogares humildes altares donde está la foto de Evita, junto a la de la virgen de Luján y la del padre Mugica. Los sectores populares se identifican hoy con este gobierno porque hacen inmediatamente un paralelo y la relación con la justicia social. Y en Argentina la justicia social tiene nombre y apellido. El aguinaldo, las vacaciones, un trabajo digno y una casa digna. No tiene que ver con que Perón era lindo y Evita era buena. Tiene que ver con que fueron representantes históricos de una lucha concreta de los argentinos y las argentinas por vivir dignamente.

–¿Cómo se sintieron estos últimos 12 años en el barrio?

–La Argentina estuvo a punto de desintegrarse como país. En 2001, el dinero valía menos que el papel de diario. La desocupación y la desesperación eran algo general. La miseria y no saber cuál va a ser el destino del país. De todas maneras aclaro que nosotros no nos identificamos como kirchneristas, somos peronistas y consideramos que este gobierno es peronista, que Cristina es peronista y es la jefa natural del movimiento peronista y de los peronistas. Cuando murió Néstor Kirchner fuimos a despedir sus restos y había decenas y decenas de jubilados a punto de desmayarse que no abandonaban la cola para agradecerle la posibilidad de haberse jubilado. Decenas de miles de laburantes, de obreros que salían de la fábrica, esos que sufren la plusvalía de verdad. Las conquistas sociales fueron muchas. El escenario mundial y el escenario en la Argentina fue absolutamente distinto a lo que fue la década del 45 al 55. El kirchnerismo contribuyó a la emancipación de muchas democracias, como fue el caso de Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador, conformando un bloque histórico que nos deja un nuevo escenario.

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Imagen: Guadalupe Lombardo
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