La tercera temporada del universo carcelario y femenino de Orange is The New Black (desde el 12 de junio sus trece capítulos estarán dispuestos por Netflix) implica un importante regreso. “La chica sexy está de vuelta, tu novia, la Bettie Page de Litchfield”, le dice un oficial a Piper Chapman (Taylor Schilling), promediando el primer episodio. Se está refiriendo a Alex Vause (Laura Prepon) que volvió a calzarse el traje naranja. Por esa chica tóxica, además de relacionarse con el narcotráfico, la protagonista había cometido perjurio y alargado su estadía tumbera. Durante la segunda temporada, el personaje sólo había aparecido en cuatro episodios por medio de flashbacks. Y su ausencia había generado malestar entre los seguidores de la serie de Jenji Kohan, y obligado, en gran parte a un giro narrativo. Es muy posible que por su intermitencia se haya tenido que ampliar el tapiz con las historias de sueños rotos de más y más reclusas, desdibujando un poco el de la propia Chapman.

La ficción, es cierto, mantuvo la crudeza, el desprejuicio, la gracia y cierto tono de crítica social que la volvieron inclasificable. Basta un ejemplo: en plena reconciliación, Piper y Alex se miman y lloran mientras debaten sobre besos y mocos. “En Hollywood es muy inusual que te den personajes así. Alex, y todas estas mujeres, son tan fuertes y vulnerables a la vez. No son necesariamente buenas personas pero comprendés sus motivos. Y hay tantas chicas con las cuales te podés sentir identificada. Son de distintos colores, sabores y tamaños. Es increíble”, le dice Prepon a Página/12 con voz grave y chiclosa vía telefónica. De notable buen humor, y con una simpatía más similar a la pelirroja Donna de That ’70s Show, la actriz sorprende al iniciar la entrevista hablando maravillas de sus visitas a la Argentina. “Estoy obsesionada con su país”, asegura. Al punto que su amor parece competir con el que le profesa a la azabache y pérfida Vause. “Ahora vamos a ver un lado diferente de Alex. La adoro. Es mi chica”, señala.

–Es interesante porque siempre vimos a Alex como una chica dura. Hablamos con Jenji al respecto, sobre cómo sería su reaparición. Y al principio de la temporada está devastada, es vulnerable, la vemos va completamente rota. Es como un pájaro herido.

–Es una sobreviviente, necesita analizarse a sí misma para perdonarse. No puedo decir demasiado, pero lo aplicable al perdón tiene que ver con su relación con Piper. Se da cuenta que ella ya no es la clase de chica que conoció en el pasado. Así que la dinámica va a ser otra.

–Continúa. Es esa clase de relaciones basadas en la manipulación, es tumultuosa pero hay bastante de comprensión mutua.

–No, mi personaje ama, el amor entre ellas es muy genuino. Trato de interpretarla tal como lo propone el guión. Es bastante creíble como está contado. Eso es mérito de los guionistas. Jenji, como creadora de la serie, nos alienta a que hagamos de estos personajes como queramos.

–Lo que me divierte de los flashbacks es que nos sirven para entender por qué es que se comportan así. Pero siempre disparan hacia otra parte. Vamos a tener mucho más de eso en esta temporada.

–No sabría decirlo. Honestamente quise estar en más episodios de la segunda temporada, amo esta serie, pero no pude por cuestiones de agenda y trabajos que ya tenía acordados. Jenji, definitivamente, pudo explorar otros ángulos más sombríos. Pero todo pasa por una razón, ahora es como un cierre y un nuevo comienzo. Ya sé que voy a estar en todos los episodios de la tercera y cuarta temporada.

–Definitivamente es más parecida a la primera temporada. Ahora se verán los claroscuros. Pero sigue siendo increíble. Todavía no he visto todos los episodios pero sé que les va a encantar.

–¡Totalmente! Me gusta verlos así sin que nadie me moleste.