Max Hastings funciona como lo más parecido a un historiador oficial de las guerras en las que ha estado involucrada Gran Bretaña. En sus libros ha respaldado el lanzamiento de las bombas atómicas a los japoneses en la Segunda Guerra Mundial y al mismo tiempo que denuncia los horrores cometidos por los soldados japoneses, de alguna manera justifica los de los británicos. Aún más, en esta entrevista da a entender que los maltratos recibidos por los soldados argentinos en Malvinas por parte de los gurkas estaban justificados porque asegura que los soldados argentinos continuaban disparando después de haberse rendido. En su época de corresponsal de guerra, muchos de sus colegas británicos lo acusaron, incluso, de tener un trato privilegiado por parte de las autoridades militares británicas, lo que le permitía entrar adonde ningún otro corresponsal podía hacerlo. Se trata de un gran conocedor de la guerra a la que no condena ni exalta, con una visión polémica, que se enfoca desde el clásico pensamiento conservador británico.

Es autor de una veintena de libros que incluyen historia militar, reportajes y biografías. En sus memorias de corresponsal de guerra, Going to the Wars, explica sus experiencias. En los capítulos dedicados a la guerra de las Malvinas, cuya cobertura le hizo especialmente famoso, no deja de recoger la polémica de que fue objeto al considerar muchos de sus colegas que el ejército le dio un trato de favor. En Némesis relata las últimas fases de la guerra contra los japoneses. En él, Hastings considera justificable el lanzamiento de las bombas atómicas, denuncia la falta de reconocimiento de culpa de los japoneses y tacha de indigno el papel de las fuerzas australianas.