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DAHOMEY DANCE
Pepi Taveira
BAU, 2004

Uno de los nombres inevitables en el panorama del nuevo jazz argentino es el del baterista Pepi Taveira. Aquí, parte de la pieza maestra que da nombre al disco, compuesta por John Coltrane, para internarse en temas propios, pasar por Vuelta atrás, de Ernesto Jodos, y desembocar nuevamente en Dahomey Dance, junto a un seleccionado que incluye a Jodos en piano, Rodrigo Domínguez en saxo alto y clarinete, Luis Nacht en flauta (soberbio en Guapa), Mariano Otero en bajo y Mariana Baraj y Mario Gusso en percusión. D. F.



CARELESS LOVE
Madeleine Peyroux
Universal, 2004

El repertorio podría llevar a una confusión: You’re Gonna Make me Lonesome when you Go de Dylan, Dance me to the End of Love de Leonard Cohen, algún blues de W.C. Handy, algún tema de Gene Austin. El acompañamiento –guitarras, teclados, bajo y percusión– también explota la sonoridad de las músicas de tradición folklórica norteamericana. Sin embargo, Madelaine Peyroux hace, indudablemente, jazz. Su abordaje, siempre creativo y, a la vez, fluido y sin sobresaltos, sigue, con brillo, el camino señalado por Cassandra Wilson. D. F.



PAÍS
Coqui Sosa
B&M , 2004

Hay algo en la voz de Sosa que remite a su origen, ese clan tucumano entre cuyos exponentes más famosos están su hermano Claudio y su tía Mercedes Sosa. Algunos de los temas le quedan mejor que otros a esa voz que trae la marca en el orillo. Entre los más contundentes están los que compuso junto al joven poeta Pablo Dumit, como Canción para despertar la patria o País, con Mercedes como invitada. El repertorio de Coqui se completa con autores como Raúl Carnota, Rafael Amor, Atahualpa Yupanqui, Víctor Jara y Teresa Parodi. K. M.



DANNY THE DOG
Massive Attack
Virgin, 2004

¿Así, sin decir agua va, cero marketeo, un nuevo disco de los magos oscuros de Bristol? Antes que el entusiasmo desborde a los fans triperos, hay que decir que se trata de una banda de sonido incidental, plena de climas y devaneos antes que canciones hechas y derechas. Quienes sepan apreciar esos soundscapes a veces opresivos, a veces movilizadores, festejarán esta edición casi en silencio. Los demás mirarán los parlantes y torcerán sus cabezas igual que Danny, el perro. E. F.