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Pese a los esfuerzos coordinados del Banco Central, junto con el Nación y el Provincia, por estabilizar el dólar, la demanda se impuso ayer y condujo a la divisa un centavo arriba, a 3,67 pesos. La intervención de la autoridad monetaria alcanzó a equilibrar los momentos de mayor desfasaje provocado por la ausencia de los exportadores liquidando su cosecha, pero no impidió que el mayorista tocara los 3,66 pesos. El volumen de negocios volvió a ser acotado y el grueso de las ventas que realizó el organismo se hizo a futuro, lo que permitió un bajo impacto en el stock de reservas. Las acciones líderes de la Bolsa porteña tuvieron su segunda alza, del 1,3 por ciento, en el índice Merval.

La demanda del mercado requirió de coordinación de la banca pública. Con el objetivo de quitar previsibilidad a los movimientos especulativos, la autoridad monetaria permitió algo de volatilidad a la operatoria. Cerca del cierre el Central realizó ventas de contado para cubrir los pedidos de los compradores, y a futuro para coberturas de fin de mes por debajo de la par (a un valor inferior al diario).

En los principales bancos y agencias de cambio de la city porteña el dólar subió un centavo a 3,67 para la venta, con lo que acumula un repunte de nueve centavos en lo que va de marzo. En el mayorista, el billete se ubicó en 3,6603 pesos, mientras que el volumen operado fue de apenas 259 millones de dólares. El stock de reservas del Central se ubicó en 46.996 millones de dólares.

La Bolsa porteña se sumó al optimismo internacional generado a partir de la información de que la FED inyectará más de un billón (millón de millones) de dólares al sistema financiero (ver aparte). Los papeles que componen la Bolsa porteña dieron vuelta una caída inicial de hasta 1,9 por ciento para terminar con 1,3 por ciento en positivo. En la escalada del indicador gravitó, por su alta incidencia, la suba de los papeles vinculados con la industria petrolera. Las acciones de Tenaris avanzaron 2,6 por ciento, en tanto Petrobras Brasil aumentó 2,7 por ciento.

La reacción no se notó entre los bonos argentinos. El Descuento en pesos cayó un 1,1 por ciento. El Par acompañó la tendencia con un margen negativo del 1,3 por ciento. Entre los títulos cortos el Boden 12 sufrió un derrumbe de 3,1 por ciento.