Dom 03.11.2002

ECONOMíA  › CON EL FMI HAY HASTA EL 14 PARA MATAR O MORIR

Empiezan diez días decisivos

Mientras en Economía negaban la versión de un préstamo puente norteamericano, se preparaban para recibir y enviar párrafos reformulados de la carta de intención con el Fondo Monetario.

“Esa versión de un préstamo puente norteamericano no tiene ningún fundamento. Ahora sólo nos falta que Estados Unidos lo desmienta”, reaccionaron ayer en el Ministerio de Economía ante una mención periodística, según la cual Washington podría facilitarle a la Argentina los 850 millones de dólares que el país debe pagarle al Banco Mundial el próximo día 14 para no caer definitivamente en cesación de pagos con los organismos multilaterales. En principio, el Gobierno sigue resuelto a no hacer frente a ese ni a otros vencimientos con sus reservas, por más que hayan repuntado en los últimos tiempos. De todas formas, todavía quedan esperanzas de llegar a un acuerdo mínimo con el Fondo Monetario, y se espera para los próximos días, además de contactos telefónicos, el mutuo envío de textos correspondientes a la carta de intención. Se trata de párrafos a los que se dará una nueva redacción, para ver si confluyen los puntos de vista. Ellos conciernen, entre otros temas, al superávit fiscal primario, con la cuestión crucial de aumentar o no impuestos, y a la manera como debería relajarse el actual control de cambios.
Mientras tanto, regresado ayer al país Roberto Lavagna sin avances palpables en la negociación, el Gobierno se entregó a un frenesí de declaraciones más chocantes y descomedidas que auténticamente duras respecto de las tratativas con el FMI, apelando a expresiones como “repodridos”, “chanteríos” o “estupideces” (ver recuadros en esta misma página). Eduardo Duhalde volvió, por radio, con su argumentación de que “hoy la Argentina está superando todas las dificultades que tenía, lentamente pero con paso firme”, y en consecuencia no debe cometerse el error de “firmar cualquier cosa que ponga en riesgo esta incipiente recuperación”.
Diego Guelar, llegado a Ezeiza junto con el ministro de Economía, desmintió terminantemente otra versión, según la cual Collin Powell, jefe del Departamento de Estado, habría encomendado a Alan Larson, subsecretario de Asuntos Económicos, mediar entre el Fondo y la Argentina. “Eso es absolutamente irreal”, dijo, añadiendo que Lavagna negocia directamente con las más altas autoridades del FMI. En la misma oportunidad, el embajador ante Estados Unidos aseguró que “no hay ningún indicio” de que Washington vaya a acordar un préstamo puente para evitar el défault argentino.
Un asunto respecto del cual los diferentes voceros oficiales no se tomaron el trabajo de aunar el discurso es el del presunto impacto adverso del desbarajuste político local sobre la disposición de Horst Köhler y Anne Krüger de estampar su firma al pie de alguna suerte de compromiso con Buenos Aires. Guelar fue el más explícito: “No se puede ignorar que influyen las incertidumbres del cronograma (electoral) desde el punto de vista legal... Los ruidos políticos son, por supuesto, un elemento de incertidumbre”.
Aníbal Fernández, vicejefe de Gabinete, afirmó que al Fondo no le incumbe el cronograma de las elecciones ni nunca se negoció nada de eso con el organismo, pero acto seguido reconoció que a éste sí le preocupa “la convulsión interna por no ponerse de acuerdo” respecto de las fechas. Lavagna, a su vez, se preguntaba anteayer “¿qué tiene que ver el acuerdo con el Fondo con el cronograma electoral?”. Como se sabe, ese hipotético convenio abarcaría todo el año 2003 y, por tanto, comprometería también al elenco que, en principio, debería asumir el 25 de mayo. Al respecto, el problema no es meramente de fechas: también importa la tendencia política que puedan marcar las encuestas.

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