Martes, 1 de diciembre de 2009 | Hoy
ECONOMíA › DATOS OFICIALES SOBRE EMPLEO
Por Tomás Lukin
El mercado laboral evoluciona con un desfasaje temporal respecto de la producción. El empleo no declina inmediatamente cuando estalla una crisis; y cuando la actividad mejora, su recuperación es más lenta y deja secuelas. El incremento en el desempleo durante el tercer trimestre (pasó de 7,8 a 9,1 por ciento) generó preocupación en los despachos oficiales y más de un analista privado cuestionó la capacidad del “modelo” para seguir creando puestos de trabajo. En el Ministerio de Trabajo reconocen que la crisis afectó al empleo en todos los sectores, pero rechazan esos argumentos. A partir de la evolución reciente de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), los técnicos de la cartera que conduce Carlos Tomada señalan que la caída en el empleo registrado no se profundizará.
El resultado positivo intermensual en la EIL entre octubre y septiembre (subió 0,4 por ciento), sumado a los indicios de reactivación en el sector industrial que se observan hace algunos meses, habilita el pronóstico positivo. “En el tercer trimestre se estabilizó la caída en el empleo formal; al mismo tiempo los índices de actividad venían mostrando signos de recuperación. En octubre ya observamos crecimiento neto en los puestos de trabajo”, explican en la cartera laboral. Los técnicos del ministerio consideran que “el incremento en la tasa de desempleo hasta 9,1 por ciento marcaría un techo”. Sin embargo reconocen que, aunque significativo, un resultado mensual positivo no es suficiente para marcar un quiebre definitivo y son conscientes de la persistencia de la fragilidad financiera a nivel global.
Durante los primeros nueves meses del año, todos los sectores experimentaron una reducción en los puestos de trabajo registrados. Construcción encabeza la lista: durante el tercer trimestre se perdieron 34 mil empleos, una caída de 8,3 por ciento en términos interanuales. La siderurgia, la industria automotriz y el sector textil y comercio completan los puestos siguientes. Estas ramas de actividad se encuentran entre las principales beneficiarias del Repro, el programa que cubre una parte del salario de 160 mil trabajadores. En la cartera laboral remarcan que en la producción de alimentos y bebidas, uno de los sectores con mayor conflictividad política por Kraft, la pérdida de puestos de trabajo fue marginal.
El incremento del desempleo se concentró en actividades donde predomina el empleo masculino. Según explican en Trabajo, esa afirmación no significa que no trabajen mujeres en esos sectores sino que la inserción de las mujeres se observa en puestos administrativos que son más estables. La concentración del incremento del desempleo en los varones es consistente con el incremento registrado en la tasa de actividad. La pérdida de ingresos en el grupo familiar por la inflación y/o reducción de la jornada laboral forzó a otros miembros de las familias a sumarse al mercado laboral.
En octubre, los principales actores de la mejora en el empleo formal fueron la construcción y la industria. “Con pocos meses de recuperación económica, más allá de sus debilidades técnicas, el EIL está subiendo, se estabiliza el mercado de trabajo y vemos una mejoría. Es lo que esperábamos, responde a una lógica en la que el crecimiento está orientado hacia la generación de empleo formal”, explican en Trabajo.
Desde la cartera que dirige Tomada advierten que la caída promedio mensual del empleo registrado es menor a la evidenciada durante las últimas crisis. La caída mensual promedió el 0,3 por ciento durante esta crisis, y fue compensada en parte por la regularización del empleo público.
Un ajuste característico durante las crisis es el incremento del empleo informal. Los precarización del trabajo se presenta como una alternativa empresaria para no despedir trabajadores. La tasa de informalidad ascendió al 36,2 por ciento durante el segundo trimestre. Si bien en Trabajo estimaban un incremento significativo en el de por sí elevado indicador, esa dinámica no se dio a gran escala: “Como la expulsión del sector formal no fue tan importante, el informal no tuvo que absorberlos”, explicaron. De todas formas, en la primera mitad del año, 140 mil trabajadores pasaron a la informalidad.
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