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El ex ministro de Economía Roberto Lavagna fue ayer el plato fuerte de la 15ª Conferencia Industrial que tuvo lugar en el Sheraton Pilar. El economista dijo que la actividad mejorará en el país el año próximo, pero que no estará acompañada por inversión ni por generación de empleo. Lavagna brindó una exposición crítica contra las políticas del gobierno nacional, en la que puso en tela de juicio desde la reapertura del canje de deuda hasta la relación que tiene la Argentina con Venezuela. El ex funcionario, con un tono más opositor que de rigurosidad analítica, sostuvo que no debe verse el tipo de cambio real con otras monedas de la región sino sólo con respecto del dólar, a pesar de que el principal socio comercial de la Argentina sea Brasil. El discurso decepcionó a varios industriales presentes, que se retiraron antes de que finalice (ver aparte).

Fue el panel con más asistencia de empresarios. El ex ministro hizo un racconto del último cuarto de siglo del país. No obstante, se centró, como logro, en sus dos años al frente del Palacio de Hacienda y, como errores, en los cuatro restantes. “Lo que desarticuló el proyecto económico fueron los dos pilares sobre los que estaba sustentado el modelo: el consumo y la competitividad”, dijo Lavagna. El ex funcionario sostuvo que la competitividad se vio afectada por la inflación. “La inflación empezó temprano, en 2006. De hecho, la intervención de la Secretaría de Comercio Interior comenzaron en abril de ese año”, aseguró. En ese sentido, sostuvo que el tipo de cambio está retrasado respecto del dólar. “Lo que importa no es el tipo de cambio real con otras monedas. Seamos honestos, lo que interesa es contra el dólar”, señaló.

Vaticinó que el año cerrará con una inflación real que rondará el 17 por ciento. “Es cinco veces lo que existe en el mundo, veinte respecto de los desarrollados y tres de los mercados en desarrollo”, aseguró el ex funcionario, tras lo cual agregó: “Piensen lo que va a venir en las negociaciones salariales que van a estar más relacionadas con la inflación real y no con el Indec”.

Lavagna afirmó que cualquier política inflacionaria tiene como requisito el superávit fiscal. “Si hay superávit fiscal el Estado se retira de los mercados como tomador de crédito y en consecuencia permite una baja importante de la tasa de interés, el país reduce deuda e interviene en la plaza cambiaria desde la Tesorería y no emitiendo pesos desde el Banco Central”, enumeró. En ese sentido, criticó que se haya aprobado la suspensión de la ley cerrojo para reabrir el canje con los bonistas que quedaron afuera en 2005. “Sólo servirá para aumentar la deuda.” Finalmente opinó que el país necesita “rankear mejor” en la región y en el mundo. “Es necesario más Brasil, más Uruguay y más Chile; y menos Venezuela”, aseveró.